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Entrevista a Yunior García en El Debate

Entrevista

Yunior García: «El régimen cubano ha tenido más de 60 años para perfeccionar sus métodos de tortura y represión»

El dramaturgo cubano tuvo que salir de Cuba por la presión del régimen, pero al término de su visa de turista en España, espera regresar

Yunior García, dramaturgo cubano y una de los líderes de las marchas contra el régimen cubano, se encuentra en España. Cuenta en esta entrevista a El Debate, cómo se siente en Madrid, cómo viven los cubanos, las razones de las protestas populares, la situación de los presos políticos y debate sobre temas polémicos como el 'embargo' de Estados Unidos a Cuba, su acercamiento a funcionarios españoles y el rol que la comunidad internacional podría emprender para restaurar las libertades en la isla. 

–¿Qué le hace sentir Madrid que no te hacía sentir La Habana? 

–Libertad para hablar, para decir lo que pienso. Incluso aquí en Madrid, aunque esto parezca increíble, estoy más cerca de mis compañeros en La Habana, en Cuba, porque por lo menos puedo hablar con ellos por las redes. En Cuba no podía. Mis últimos días en La Habana fueron no sólo con nuestra vida amenazada y con nuestra casa rodeada, sino además sin posibilidades de tener contacto con ningún amigo a través de ninguna vía. 

Nos cortaron el teléfono fijo, nos cortaron internet a todos en la casa, rodearon nuestra casa con alrededor de 200 personas entre agentes de la seguridad del Estado y simpatizantes del régimen. En una situación de desprotección, porque todo el mundo ahí fue para hacernos un acto de repudio, gritarnos ofensas, ofensas muy fuertes como ‘este barrio no te quiere’, ‘vete de este barrio’. 

Yo me sentía como si fuera un judío en el fascismo, en la Alemania de Hitler

Yo me sentía como si fuera un judío en el fascismo, en la Alemania de Hitler y curiosamente no había un solo policía, porque supuestamente la policía es quien debe proteger a los ciudadanos, quien debe velar por el orden. En Cuba no existe equilibrio. O sea, todas las instituciones, todas las fuerzas, la policía, el ejército, los tribunales... todos responden al mismo poder y el ciudadano está totalmente desamparado. 

Y después del 11 de julio vimos como muchos abogados decían a sus clientes: «Guarden silencio, no hablen con la prensa, esto puede perjudicar su caso»; cuando en verdad sabemos que es todo lo contrario. En la medida en que vuelves invisible un caso de injusticia, la injusticia se vuelve más grande. Entonces, realmente aquí en Madrid, aunque es temporal, porque yo quiero regresar a mi país, por lo menos tengo mientras esté la oportunidad de hablar no sólo con la prensa, sino también con la gente. Tratar de cambiar algunas mentalidades, de sacudir determinadas ideas preconcebidas que hay sobre Cuba y que están totalmente equivocados, porque Cuba no es eso que el gobierno intenta vender al mundo: el pequeño David enfrentado al Goliat de los Estados Unidos, un pueblo armonioso que quiere construir un sistema socialista. Eso es falso. 

–Algunos aquí en España y también en América Latina, creen y repiten el discurso del régimen cubano, de que la isla es una forma de democracia, mientras otros sostenemos que es claramente una dictadura. ¿Cómo se supera ese debate en favor de la democracia y los derechos humanos? 

–Escuchando las voces desde Cuba, no solo escuchando al Gobierno, no solo escuchando a la prensa oficialista cubana, escuchando a quienes están dentro de Cuba, a la gente real que sufre y vive lo que significa estar en Cuba. En Cuba no hay socialismo ni nada que se le parezca. Cuba es un capitalismo monopolista, de Estado prácticamente feudal, donde hay una familia que controla absolutamente todo el poder económico y militar con una apariencia democrática. 

En Cuba quizás tenemos el parlamento más grande de la región, son más de 600 diputados y, sin embargo, ni un solo diputado se ha puesto del lado de los manifestantes. Casi todo en ese parlamento se aprueba por unanimidad. Es un Parlamento que se reúne seis días al año. El resto del tiempo no hace nada y obviamente está dar una apariencia democrática a un régimen que no tiene nada, ningún tipo de mecanismo democrático. 

El propio Díaz-Canel ha dicho públicamente que la separación de poderes en Cuba no existe, que en Cuba lo que hay es unidad de poderes. Ese disparate ya no solo destierra cualquier tipo de democracia, sino probablemente hasta el propio concepto de República. A veces los cubanos dudamos de vivir en una República. 

Yunior García, en la redacción de El Debate

Yunior García, en la redacción de El DebatePaula Argüelles

–¿Usted en algún momento creyó en la Revolución? Si fue así, ¿Cómo se logra evadir el adoctrinamiento que el régimen impone por medio de la educación y la comunicación? 

–En Cuba vivimos un adoctrinamiento feroz desde que nacemos. La televisión todo el tiempo está mandándote mensajes de propaganda revolucionaria, que ya no es revolucionaria, es muy conservador, pero ellos siguen llamándole revolución. Desde que empiezas en la escuela te obligan a decir todos los días que serás como el Che y que serás comunista. Te van bombardeando desde que eres un niño. 

En mis tiempos, cuando yo estudié, te daban incluso preparación militar desde la primaria y los niños tenían que saber lanzar una granada, tenían que saber disparar un arma. Y romper ese mecanismo de propaganda es bien difícil, sobre todo cuando en mi tiempo todo el control de los medios estaba en poder del Estado. La prensa escrita, la televisión. 

Los jóvenes empezaron a usar las redes sociales para comunicarse más allá de los mecanismos de control del régimen

Eso ha cambiado últimamente gracias a internet. Internet en el mundo ya lleva un buen tiempo y las redes sociales. Pero en Cuba es un fenómeno reciente. Y en seguida los jóvenes empezaron a usar las redes sociales para comunicarse más allá de los mecanismos de control del régimen. Empezaron a aparecer todos estos movimientos fuera del régimen y a conectarse a través de internet y por supuesto, también movimientos por cambios políticos. 

–Todo aquel que logra romper este cerco de propaganda y de adoctrinamiento y logra escapar a las redes sociales y expresarse libremente ha sido reprimido violentamente. ¿De qué es capaz el régimen? ¿Qué cosas no conocemos todavía quienes estamos fuera de la isla? 

–El régimen ha tenido muchísimo tiempo, más de 60 años para perfeccionar sus métodos de manipulación, de control, de tortura, de represión. Se han vuelto muy profesionales a la hora de con sutileza tratar de deconstruirte como persona, es decir, volverte una no persona. Generalmente, para aquellos que se oponen al régimen se usa el término gusanos, porque es justamente en eso en lo que te quieren convertir. De pronto, pierdes a tus compañeros de trabajo. Las personas no quieren estar cerca de ti cuando eres marcado por el régimen, porque eso podría buscarles problemas a ellos. 

Para aquellos que se oponen al régimen se usa el término gusanos, porque es justamente en eso en lo que te quieren convertir

A veces tu propia familia comienza a insistir con que abandones porque temen por ti, temen por tu vida. Llega el momento en que si eres artista te censuran y no puedes estar en ningún medio, no puedes trabajar ya en ningún lugar. En mi caso, la censura fue muy sutil, nunca fue una censura declarada, pero ya, por ejemplo, no podía aparecer en televisión. Mi nombre no se podía mencionar positivamente en televisión, mis obras no recibían la misma promoción y así iban perfeccionando los métodos de represión. 

Es como la gota de agua que alguno pudiera pensar que es una tortura inofensiva. Pero cuando ya llevas demasiado tiempo recibiendo la misma gota en el mismo lugar, es un martillazo lo que cae sobre tu cabeza. 

Yunior García en entrevista en El Debate

Yunior García en entrevista en El DebatePaula Argüelles

–Para miles de cubanos el exilio ha sido un camino hacia la libertad, aunque algunos dicen que eso oxigena de alguna manera al régimen. En su caso, ¿esperaba ser parte de ese exilio?, ¿quiere regresar? Por ejemplo, Rosa María Payá intentó regresar a La Habana. ¿Cuánto beneficia el exilio  al régimen y cuánto le perjudica el regreso de los exiliados?

–Ellos obviamente creen que si mantienen a los disidentes fuera es más cómodo, porque lo que más les preocupa es que estén dentro del país. Si estás dentro tendrían que gastar muchos recursos para evitar que te muevas, para evitar que te comuniques. Para tratar de aislarte. Y si de pronto ahí aparecen muchos liderazgos dentro de la isla, se volverían locos tratando de silenciar, de amordazar, de apresar a todos esos liderazgos que aparezcan. Entonces se crea una especie de tormenta interna que ellos prefieren alejar y tenerla en la periferia. 

Con el tema del exilio es complicado porque contradictoriamente el sistema se ha mantenido en todo este tiempo de pandemia gracias a ese exilio que, con sus remesas, con las recargas de internet, con las recargas telefónicas y con la ayuda que envían a sus familiares en Cuba es con lo que se ha mantenido el propio régimen, el propio sistema. 

No por gusto, una de las medidas que tomaron durante la pandemia, que es de las más injustas y de las más rechazadas, pero es de las que más oxígeno le da al sistema, es que todos los productos básicos prácticamente para comprarlos tienes que hacerlo con moneda extranjera o con dólares o con euros, no con la moneda que te pagan en tu país. Y eso es muy contradictorio. Es una injusticia tremenda. Es lo que quizás ha generado más descontento en una buena parte de la población que no se preocupa tanto por la ideología, por la democracia o por la libertad. Pero le afecta esto de manera directa. 

No quiero saber de ti, te odio, pero por favor, dame tu dinero

El tema de que trabajen por gusto, porque con su salario no pueden comprar ni siquiera lo básico. Dependen de tener un familiar fuera de Cuba que te envíe dólares o euros para con eso comprar, un rollo de papel higiénico o algo de comer o cualquier otra cosa. Entonces, es una relación contradictoria la que tiene el régimen con su exilio, porque al mismo tiempo lo ha denigrado, ha ofendido a ese exilio, ha dicho los peores horrores que se le puedan decir. Pero, por otra parte, necesita ese dinero y todo el tiempo está culpando a Estados Unidos de que no permite las remesas, culpando a Estados Unidos de que no permite viajes con frecuencia y es una relación tensa de amor-odio en la que eres mi enemigo. No quiero saber de ti, te odio, pero por favor, dame tu dinero. 

– ¿Cuál es la situación real de los presos políticos en Cuba?

–Bueno, no hay cifras oficiales. Hay varias organizaciones que han estado tratando de recopilar información, pero es difícil, porque no siempre los familiares están dispuestos a dar información porque temen que eso perjudique a los familiares que tienen en la cárcel. Te decía que hay abogados incluso que han recomendado que no se dé información. 

No obstante, se ha hecho un gran trabajo por parte de muchas organizaciones para tener listados de desaparecidos, de personas que están presas. Creemos que son más de 600 personas las que ahora están detenidas, incluyendo a muchos menores de edad. 

Realmente la situación de los presos es muy difícil, porque no hay transparencia, no hay cifras reales. Es imposible a veces conocer el estado en el que están y la familia no siempre está dispuesta a ofrecer información. 

–Ha planteado un tema polémico como es criticar el embargo de EE.UU. porque considera que mantenerlo le da excusas al régimen. Algunos cubanos no están de acuerdo con usted, porque terminar con esa política beneficia económicamente al régimen y no a la libertad de los cubanos. ¿Cómo defiende ese argumento? 

–El tema del embargo sigue siendo polémico porque la mayor parte de los cubanos hablamos del embargo y realmente no todo el mundo conoce en qué consiste. Concretamente, yo moralmente no puedo aceptar ninguna sanción que afecte directamente a las familias cubanas, que haga pasar hambre a la familia cubana, que les haga pasar necesidad en pos de que se rebelen y provoquen un cambio de sistema. El cambio tiene que ser realmente una decisión nuestra porque no tenemos democracia, porque no tenemos libertades, porque debemos conquistarlo, porque es un derecho, pero no porque otro país sancione o tome medidas que hagan que se empobrezca. 

La situación de los cubanos, no obstante, es un asunto complejo porque el propio Nelson Mandela en algún momento defendió sanciones contra el régimen de Pretoria. Habrá que discutir las sanciones que afectan a las familias. No las apruebo ahora. Sanciones que condenen a los culpables de la dictadura, a los que han cometido crímenes, a los que están en el poder y han reprimido y cometido violaciones contra los derechos humanos. Por supuesto que algo hay que hacer, pero no pueden venir de un solo país. 

Esto no puede ser solo un asunto de Estados Unidos, tiene que involucrar al resto de la comunidad internacional y hay que encontrar soluciones para condenar a ese régimen, afectando lo menos posible a la gente que sufre, que es el pueblo de Cuba. 

–Precisamente ahora está en Madrid. ¿El gobierno de España ha hecho lo suficiente para poder forzar un cambio en Cuba? 

–Entiendo que es complicado porque quizás todavía en España no se conoce del todo la realidad de Cuba. En la medida en que se escuchen testimonios, en la medida en que se sacudan las conciencias, se eliminen determinadas miradas equivocadas sobre la realidad de Cuba, se borren ciertos romanticismos que el régimen cubano supo vender muy bien en medio de postales envejecidas con barbudos rebeldes y un pueblo enérgico. 

Toda esa propaganda que han intentado y que han sabido vender muy bien, en la medida en que se supere esa mirada infantil hacia Cuba, yo creo que no solo los políticos, sino la población en general, la comunidad internacional estarán en otra posición hacia Cuba y se tomarán otras posturas hacia Cuba. Pero lo primero es que no se trata de convencer a un político, se trata de convencer a la gente, de que vean la realidad y entonces los políticos reaccionarán. 

Yunior García

Yunior GarcíaPaula Argüelles

–Sin embargo, es importante también la postura oficial del Gobierno de España. ¿Ha tenido contacto con funcionarios o con los diferentes partidos políticos? ¿Ha habido acogida de su mensaje? 

–Sí, he hablado con personas de derecha a izquierda, con algunos portavoces de los partidos. He hablado con Pablo Casado. También me reuní con el ministro de Relaciones Exteriores. He hablado con muchos políticos y está bien. Yo siento que hay una preocupación honesta y real por las libertades en Cuba y por la situación de Cuba. El tema es que no basta con solo estar preocupados. Realmente hay que hacer algo concreto por la gente. Hay que ayudar a la gente de Cuba que está sufriendo. 

Yo siento que hay una preocupación honesta y real por las libertades en Cuba (...) el tema es que no basta con solo estar preocupados

Hay que interesarse realmente por un pueblo que no tiene ahora mismo libertades ni derechos y hay que decirle abiertamente al régimen de Cuba que no se aprueba lo que ha hecho y que no se le puede permitir humanamente que en este siglo sigan comportándose como poderes abusivos, incluso con elementos fascistas. Porque en Cuba han ocurrido incidentes que no pueden catalogarse de otra manera que no sea como acciones fascistas. Eso no se puede tolerar en la actualidad. 

Entonces yo sí creo que podrían ser mucho más enérgicos, pero dependerá de que la sociedad española, en este caso también la europea y luego la comunidad internacional, logre quitarse toda esa miopía que hay con respecto a Cuba y comenzar a ver las cosas con claridad y darse cuenta de que realmente le han vendido una estafa. 

–Todavía hay un sector de la población española que ve con admiración el camino seguido por Cuba desde la Revolución. ¿Cómo se puede cambiar esa idea? 

–Todo ese tema de luchar contra un mundo hegemónico, que Cuba dice en sus discursos de la ONU, pero si estamos en contra de un mundo hegemónico dentro de Cuba, es peor, porque en Cuba existe la hegemonía del partido único, existe un solo partido, un solo pensamiento y cualquiera que se oponga a ese pensamiento es aplastado, es llevado a la cárcel o es desterrado. 

Entonces uno tiene que darse cuenta de todo ese doble discurso, de todo ese doble rasero que hay dentro de la política cubana, que al final no es otra cosa que hipocresía. Porque, ¿cómo puedes condenar un mundo unipolar o aparentemente unipolar cuando dentro de Cuba tú tienes el pensamiento único como base y no permites que ningún ciudadano te haga la mínima crítica? Cuba no es un país socialista, eso hay que entenderlo. Cuba es un régimen con una casta, con una familia que tiene todo ese control económico y militar y que domina absolutamente todos los sectores de la sociedad a través de sus instituciones y organizaciones. 

En Cuba hay un capitalismo monopolista de Estado que es brutal, con características feudales, bastante ineficiente

En Cuba hay un capitalismo monopolista de Estado que es brutal, con características feudales, bastante ineficiente. Y el ejemplo más claro de que Cuba no es socialista es un joven llamado Leonardo Romero Negrín, que en medio de unas protestas en abril sacó un cartel en un parque que decía: 'Socialismo sí, represión no'. Y fue totalmente reprimido por la policía. Y luego, el 11 de julio, ese mismo joven no solo fue golpeado en la calle, sino que, dentro de la estación de la policía, con una tabla fue golpeado de nuevo. 

El régimen se ensañó con un joven que se auto reconoce como socialista, pero que no está de acuerdo con la represión. Entonces no se trata aquí de un problema ideológico, se trata de un problema de un sector, una casta, una cúpula que está en el poder y que está dispuesta a lo que sea porque nadie lo saque de ese poder que constituye, por supuesto, grandes privilegios. 

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