Estos son diez de los yacimientos arqueológicos más importantes de España
Desde pinturas rupestres, fósiles, sepulturas, sedimentos de civilizaciones antiguas, artefactos que constatan la presencia de la vida humana; España es uno de los países que más yacimientos arqueológicos atesora
España es uno de los países que más yacimientos arqueológicos atesora. Íberos, celtas, fenicios, griegos, tartessos, cartagineses, romanos o visigodos son algunas de las civilizaciones que dejaron su huella a lo largo de la historia en el territorio que actualmente es España. Desde pinturas rupestres, fósiles, sepulturas, sedimentos de civilizaciones antiguas, artefactos que constatan la presencia de la vida humana… los yacimientos arqueológicos son más que historia y huellas legadas. Estos son algunos de los sorprendentes ejemplos que se pueden visitar en nuestro país.
Atapuerca
En este yacimiento próximo a Burgos, se han realizado importantes descubrimientos de restos fósiles a lo largo del tiempo. El primer proyecto de excavaciones comenzó en 1964 con el profesor Francisco Jordá y que en los años setenta y ochenta continuaría el prestigioso paleontólogo Emiliano Aguirre, referente en la crónica atapuerquense.
La época dorada de las excavaciones llegaría en los años noventa: en 1992 se encontraron dos cráneos conocidos como Agamenón y Miguelón. A partir de este último se pudo reconstruir el cuerpo de un homínido (Homo heidelbergensis) relativamente parecido a nosotros con 300.000 años de antigüedad.
En 1994 se encontró una pelvis masculina fósil en la Sima de los Huesos. Aquel pelvis, que bautizaron como Elvis, era de la misma especie que Agamenón y Miguelón. Cuatro años más tarde, en 1998, se recuperó un hacha de mano –a la que llamaron Excalibur– en cuarcita que representa el utillaje de los humanos que habitaron la sierra en el Paleolítico. En este yacimiento se encontraron fósiles de los homínidos más antiguos de Europa, entre ellos el del homo antecessor, una nueva especie humana que había sido devorada por los habitantes del lugar.
Altamira
El descubrimiento de la cueva de lo más fortuito. En 1868 un lugareño de Santillana del Mar, en Cantabria, descubrió la cavidad mientras quien yendo de caza intentó liberar a su perro que se había quedado atrapado entre las grietas de unas rocas. Sin embargo el hallazgo pasó desapercibido. Tiempo más tarde, en 1875 visitaría la cueva Marcelino Sanz de Sautuola, aficionado a la paleontología, pero no observó nada destacable. Sería dos años más tarde y acompañado por su hija María, quien mientras su padre exploraba la gruta se adentró en una sala lateral y exclamó: «¡Mira, papá, bueyes!» María acababa de descubrir el primer conjunto pictórico prehistórico de gran extensión conocido en el momento.
Bisontes, ciervos, caballos, manos y otros misteriosos signos pintados se extendían por el interior de la gruta. Este hallazgo supuso una revolución para el mundo de la paleontología al demostrar que nuestros ancestros ya poseían una notable capacidad artística mucho antes de lo que se pensaba.
Casas del Turuñuelo
Aunque el yacimiento arqueológico tartésico de las Casas del Turuñuelo era conocido con anterioridad, los trabajos de excavación de hace relativamente poco. En 2014 aparecieron en Guareña (Badajoz) los indicios de un edificio imponente que fue sellado tras un sacrificio masivo de animales. La magnitud del tumulto, la envergadura de los muros que salían a la luz y la riqueza de los materiales encontrados llevaron a los arqueólogos a solicitar a la Junta de Extremadura, un año después, un permiso para una excavación más amplia del yacimiento.
Los investigadores lograron documentar un complejo edificio de dos plantas en adobe, con múltiples salas, una escalera monumental y un patio donde se sacrificaron 60 animales. Junto a los restos óseos de caballos, burros, cerdos y mulas se encontró también los de un guardián, pertrechado con lanzas, y una gran cantidad de objetos de lujo destruidos intencionadamente.
Entrevista con el autor de 'tartesos y tartesios'
Ruiz Mata: «Los rostros de las esculturas de Turuñuelo son más cercanos al mundo etrusco y griego que al tartésico»
Este lugar arqueológico volvía a sorprender al mundo en abril de este año tras la noticia del descubrimiento de los rostros de cinco relieves antropomorfos del siglo V a.C., los primeros pertenecientes a la cultura tartésica. Un hallazgo que suponía un cambio en la interpretación de la cultura tartésica, considerada anicónica por representar a las divinidades a través de piedras sagradas y de motivos animales o vegetales.
Numancia
Este enclave ubicado en la provincia de Soria fue excavada por Schultten en 1908 cuyos trabajos arqueológicos han sacado a la luz dos ciudades: una más antigua de época celtibérica y, sobre ella, otra posterior de época romana, acomodada a la estructura de la anterior. De esta última se han encontrado restos de los campamentos que levantaron los romanos durante su asedio, se ha desenterrado una buena cantidad de armamento y efectos personales de los combatientes de ambos bandos.
Alcudia
A tres kilómetros al sur de Elche se realizaron excavaciones durante casi todo el siglo XX por la familia Ramos hasta que en 1996, el recinto arqueológico fue adquirido por la Universidad de Alicante iniciándose así una nueva fase centrada en la valoración científica del yacimiento y de sus monumentos y en la potenciación de su riqueza cultural. Uno de los mayores tesoros de nuestro patrimonio es la Dama de Elche, un busto finamente labrado en el siglo IV a.C. que podría haber decorado la tumba de alguna noble de Alcúdia (Alicante), un asentamiento íbero reconvertido en ciudad tras la conquista romana.
Guarrazar
Como la mayoría de estos descubrimientos, este se produjo de forma casual en 1858 cuando Francisco Morales y María Pérez transitaban por el camino de Toledo, pasando por el paraje de la fuente de Guarrazar. Según sus declaraciones, vieron un objeto brillante a través del hueco de unas losas que habían quedado descubiertas por las lluvias torrenciales de una gran tormenta que hubo el día anterior.
Se trataba de un rico ajuar compuesto por coronas hechas de oro fino y perlas: un autentico tesoro de orfebrería visigoda de varios reyes del reino visigodo de Toledo, entre las que se encuentra las coronas del Rey Recesvinto y Suintila.
Castro de Santa Tecla
Considerado uno de los asentamientos indígenas más extensos de Galicia, este yacimiento albergaba una población de entre 3.000 y 5.000 habitantes dedicados al cultivo del grano, la pesca y la marisquería. Estuvo habitado entre los siglos I a.C. y I d.C. Está rodeado por una muralla pareció servir más como elemento fronterizo que de protección. Aunque su urbanismo es parecido al de Coaña, las casas presentan algunas innovaciones arquitectónicas como un pequeño atrio de entrada circular al que a veces se le añadió un pequeño horno.
Ampurias
Fue fundada por los griegos hacia el siglo VI a.C. llegando a convertirse en el principal puerto comercial del noroeste de Hispania. Tras llegar los romanos, la colonia triplicó su población gracias a la creación de un nuevo núcleo urbano equipado con termas, un anfiteatro y las villas y factorías de la élite local.
A pesar de que se conocía el emplazamiento exacto de la ciudad desde el siglo XV, las excavaciones no comenzarían hasta finales del siglo XVIII, mientras que en el siglo pasado comenzaron las primeras investigaciones arqueológicas con una metodología con carácter científico. Dichos trabajos tuvieron que pararse al estallar la Guerra Civil y se reanudaron en 1939 bajo la dirección del profesor Martín Almagro Basch. En los siguientes años hallaron tramos de la muralla romana, la domus y el foro, así como algunas catas de la ciudad griega.
Medina Azahara
Fue la ciudad palatina que mandó construir en el siglo X el primer califa de Córdoba, Abderramán III a las afueras de Córdoba. Destruido durante la caída del Califato, no fue hasta 1911 que volvió a ver la luz, cuando Alfonso XIII impulsó la excavación y reconstrucción del complejo, tarea que sigue en marcha actualmente.
Antequera
Este conjunto de sepulturas megalíticas construidas hace entre 6.000 y 2.200 años forma parte del Patrimonio Mundial, siendo uno de los primeros ejemplos de arquitectura en la Prehistoria. Se tratan de unos túmulos que alcanzan los 50 metros de diámetro y cuatro de altura son sin duda los más espectaculares de Andalucía.