El patrimonio español en peligro de ser borrado en La Albuera: del Paleolítico a la Guerra de Independencia
El proyecto de una planta fotovoltaica ha despertado el horror de los historiadores. Piden a la Junta de Extremadura que declare el terreno Sitio Histórico
El municipio de La Albuera, en Badajoz, es conocido por su campo de batalla, donde el 16 de mayo de 1811 el ejército español y sus aliados se enfrentaron al ejército francés. Sin embargo, desde finales de abril de 2022 esta zona ha sido motivo de noticia por el proyecto de construcción de la planta fotovoltaica Las Jaras por la empresa Naturgy. Este logro en términos ambientales y económicos se acrecentaba en el número de puestos de trabajo que alcanzarían los 360 y estarían dedicados a su construcción, mantenimiento y operación.
El proyecto sigue amenazando el paisaje y los vestigios de la historia que alberga
Aunque todos celebran este proyecto, nadie se explica cómo es posible que la mayor parte de la extensión de esta planta coincida con la demarcación que los estudios de diferentes épocas afirman que dicho terreno conserva la huella de la historia de España desde el Paleolítico, pasando por la época romana, el periodo emiral y la más conocida, la anteriormente mencionada, batalla de la Guerra de Independencia.
Celebrado, pero en otro lugar
Los habitantes de La Albuera ya conocían bien esos terrenos donde se habían encontrado puntas de flecha realizadas con sílex y elementos de la cultura material de la Edad Antigua como fragmentos de cerámica y pequeños ídolos realizados en pizarra. También, vestigios de la batalla de 1811 como hebillas de cinturones y correajes, balas de mosquete, munición de artillería, trozos y bolas de metralla.
Las prospecciones arqueológicas previas sobre estos terrenos, según los informes que el Foro ha consultado, fueron negativas, tal y como ha podido saber El Debate a través de Leopoldo Stampa, diplomático español y miembro del Foro para el Estudio de la Historia Militar de España. No obstante, sí hay constancia de hallazgos arqueológicos y de numerosos restos de la batalla, por parte de particulares y vecinos de La Albuera en el terreno que ocuparía la planta.
No es de extrañar que con tan poco esfuerzo estos elementos históricos fueran encontrados, pues la capa superficial del terreno de La Albuera es muy liviana hasta llegar a la roca dura o continua, según estudios geológicos realizados en la zona anteriormente con otros fines. A pesar de que los trabajos se paralizaron al encontrar todas estas piezas y restos óseos, el proyecto sigue amenazando el paisaje y los vestigios de la historia que alberga.
La asociación histórica referida se declara sensible ante los beneficios sociales y económicos que traerá a la región, pero reclama que se reubique la planta fotovoltaica en otro lugar, para que se pueda conservar el patrimonio histórico español. Además, proponen la declaración del terreno como Sitio Histórico en consonancia con el avance en la consideración de estos espacios bélicos del pasado que se está realizando gracias al esfuerzo de proyectos como Paisajes de Guerra que dedica una página al valor histórico y patrimonial del campo de batalla de La Albuera, liderado por Rafael Zurita, catedrático de la Universidad de Alicante. En esa misma línea se manifestó José Manuel Guerrero, académico de número de la Academia de las Ciencias y Artes Militares.
La batalla de La Albuera
La pequeña localidad de La Albuera se encontraba en un lugar estratégico, en el Camino Real entre Sevilla y Badajoz. El mariscal Soult, al frente del ejército francés de 23.0000 hombres emprendió el trayecto para aliviar la presión sobre la toma de la ciudad de Badajoz (en manos francesas), pues estaba cercada por las tropas aliadas. En su paso por esta población fue sorprendido por el gran número de contingentes que se habían trasladado hasta allí que estaba compuesto sobre todo por los que aportaba el ejército inglés, por lo que el bando aliado se encontraba bajo el mando del mariscal Beresford. En total las tropas aliadas alcanzaban la cifra de 35.300 hombres y se habían situado en condición defensiva detrás del pueblo, en una amplia llanura.
El enfrentamiento comenzó en el puente de La Albuera, con la finta de los franceses para distraer al ejército aliado. Mientras, una gran parte del ejército francés trató de rodear la localidad y sorprender al ejército aliado por el flanco izquierdo. Los aliados advirtieron su táctica envolvente por lo que adelantaron su posición y llegaron a entablar una serie de combates al sur de la localidad. En este momento fue fundamental la resistencia que ofrecieron los cuatro batallones españoles al mando del general Zayas, desplegados en línea frente a los batallones de las brigadas francesas dispuestos en columnas. Cerca de 1.500 hombres murieron en pocos minutos, pero evitaron que todo el ejército aliado fuera desbordado.
Las unidades británicas acudieron a reforzar la línea española con dos brigadas mandadas por los generales Colborne y Hoghton. Los británicos contraatacaron con firmeza. Sin embargo, durante el combate fueron sorprendidos por los lanceros polacos (integrados entre las tropas de Napoleón) y los húsares franceses que exterminaron a más de dos tercios de los hombres de Colborne. A pesar de la victoria aliada desde el punto de vista táctico, el precio pagado en vidas en la batalla de La Albuera fue mayor que en cualquier otra librada en la Guerra de Independencia. Murieron aproximadamente de 8.000 combatientes franceses y 6.000 soldados del ejército aliado.