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Urraca I de León

Urraca, Isabel o Juana: las reinas en la Monarquía española, pionera en tener mujeres como gobernantes

Solo en la Edad Moderna hubo 17 mujeres que fueron reinas, pero solo algunas, muy pocas, fueron reinas por sí mismas, por derecho propio, las llamadas «reinas propietarias»

En palabras de la historiadora María de los Ángeles Pérez Samper (Barcelona, 1949) «Ser Reina es un destino extraordinario para una mujer en cualquier época(...). Frente a millones de mujeres, eran un grupo muy reducido, pero alcanzaron gran poder e influencia. Con el factor añadido de que, a pesar de su excepcionalidad, constituyeron un punto de referencia para las demás mujeres». Solo en la Edad Moderna hubo 17 mujeres que fueron reinas, indica la historiadora en su artículo Las reinas en la Monarquía española de la Edad Moderna, pero solo algunas, muy pocas, fueron reinas por sí mismas, por derecho propio, las llamadas «reinas propietarias», una singularidad de la Monarquía española, pionera en tener mujeres como monarcas.

Castilla y León

En España ser Reina nunca fue fácil y mucho menos por nacimiento. No obstante, en las Partidas de Alfonso X (cuerpo normativo redactado en Castilla en el siglo XIII para conseguir una uniformidad jurídica del Reino) se recoge la posibilidad de las mujeres para gobernar como reinas siempre que no tuvieran hermanos varones. De esta manera, Urraca heredaría el trono de León y Castilla entre 1109 y 1126. Hija de Alfonso VI, le sucedió al morir los hijos varones de éste. Este fue un hecho insólito y hubo que convocar cortes especiales para nombrarla sucesora. Al conseguir gobernar en solitario se puso al frente de sus tropas demostrando ser una gran estratega no solo defendiendo sus tierras, sino también ampliándolas.

A Urraca le seguiría Berenguela de Castilla, que llegaría al poder como Reina titular tras el tercer y definitivo intento de unificar León y Castilla. Entre 1197 y 1204 había sido la Reina consorte de León por su matrimonio con Alfonso IX, pero el Papa declaró nulo su matrimonio por motivos políticos alegando parentesco (eran parientes en tercer grado). Tras esto volvió a Castilla con sus padres pero sus hijos siguieron siendo legítimos. Al morir su hermano Enrique I de Castilla sin herederos, será ella quien le suceda en el trono reinando en 1217.

Berenguela de Castilla permanecería en el trono tan solo un mes ya que cedería sus derechos al hijo que tuvo con Alfonso IX de León, Fernando III, quien a la muerte de su padre, heredaría ambos reinos unificados definitivamente en una misma corona.

A pesar de su breve reinado, Castilla vería a otra gran mujer gobernar. Entre 1474 a 1504 la «incomparable Isabel la Católica» sería Reina titular con el añadido de poder impartir justicia, algo que no pudo hacer Urraca en su día, por lo que Isabel tuvo tanto poder como un monarca varón.

Navarra y Aragón

Tanto en Navarra como Aragón, las mujeres podían reinar, pero sin ejercer su poder, que debía ser ejecutado por un varón. En este sentido tenemos los reinados de Petronila de Aragón, monarca de Aragón entre 1157 y 1164 con su marido ramón Berenguer IV. En Navarra reinará con estas condiciones Juana I entre 1274 y 1305; Juana II, junto a su marido Felipe III entre 1328 y 1349; Blanca I (nieta de Carlos II) y su esposo Juan II de Aragón entre 1425 y 1441. Con esta unión quedaba Navarra vinculada a Aragón.

A la muerte de Blanca I, su esposo quedó como único Rey de Navarra y continúo con aquel titulo hasta su muerte en 1479 tras enfrentarse en guerra civil a su hijo Carlos, príncipe de Viana. Antes de morir había declarado como sucesora a su hija Leonor, obviando al ya mencionado Carlos y a su otra hija Blanca, mayores que Leonor. Por tanto, tras su muerte le sucedió Leonor I en Navarra.

La última reina de Navarra sería también la última del reino como independiente antes de pasar a Castilla tras la conquista de Fernando el Católico: Catalina I.

España

Solo dos mujeres han sido Reinas de toda España. La primera, Juana I, hija de los Reyes Católicos, que reinó a partir de 1504, pero cuya acción fue arrebata por su supuesta «locura». Fue encerrada primero por su marido, Felipe I, y por su padre, Fernando II, y más tarde por su hijo, Carlos I. Juana se convirtió en Reina titular de Castilla a la muerte de su madre, Isabel I, en 1504; y de Aragón y Navarra en 1516 a la muerte de su padre, Fernando II. A partir de aquel año sería su hijo, Carlos, quien gobernaría en todos los reinos hispánicos apareciendo ella en la intitulación como Reina, pero sin ejercer ningún poder de facto.

Y por último, la segunda Reina titular de España fue Isabel II (1833-1868) a quien Benito Pérez Galdós denominó «la de los tristes destinos». Ascendió al trono al morir Fernando VII murió sin hijos varones y derogando la Ley Sálica, declaró a su hija Isabel como heredera. En 1833 el país se dividió en una guerra civil, la primera guerra carlista, entre los partidarios de Isabel II y los de su tío Carlos.

Con el apoyo de los liberales y de las clases burguesas, los partidarios de Isabel ganaron la guerra en 1840, pero Isabel no reinó de manera efectiva hasta 1843, cuando alcanzó la mayoría de edad. Su reinado fue convulso. El desbarajuste económico, social y político hizo que su reinado culminara en 1868, con la revolución conocida como «La Gloriosa», que encabezaron Serrano, Prim y Topete y fue expulsada de España, muriendo en el exilio en 1902.