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Familia Rotschild

Dinastías y poder

Los Rothschild: ¿los banqueros más odiados?

Las revoluciones del último tercio del siglo XVIII suponían anticipos que las casas reales necesitaban para financiar sus guerras: los Rothschild se los proporcionaban

Se les ha culpado de todos los males de la humanidad. Casi de ser los responsables de un apocalíptico fin del mundo. Goebbels les dedica la primera de las películas de su polémica «trilogía judía». Pero ¿qué sabemos de esta dinastía de origen alemán prestamista de monarcas? Las revoluciones del último tercio del siglo XVIII suponían anticipos que las casas reales necesitaban para financiar sus guerras: los Rothschild se los proporcionaban. A ellos se debió parte de la financiación inglesa que posibilitó la victoria de Wellington frente a Napoleón. Los Rothschild dejaron también su impronta en España, a través de las minas de mercurio de Almadén en Ciudad Real y las de Riotinto en Huelva. Hasta en El Ferrol establecieron una sucursal por medio de su agente Bauer.

Los orígenes familiares de los Rothschild se remontan a 1743 en Frankfurt, cuando en un establecimiento de orfebrería empezaron a prestar dinero. Un cartel con un águila dorada en un escudo rojo, era el emblema que se colocó en la puerta. Acababa de comenzar su historia. El hijo del propietario, Amschel, empezó a ejercer de banquero personal de Guillermo IX de Hesse-Kassel y descubrió que las casas reales del revolucionario siglo XVIII necesitaban préstamos para hacer política.

Los Rothschild habían evolucionado de comerciantes a gestores de fondos

Él fue el primero de una saga que terminaría dejando su estela sobre toda Europa. Uno de sus hermanos se estableció en Londres, otro en París, Viena y Nápoles. Consolidaron su poder a comienzos del siglo XIX y con la llegada de la revolución industrial decidieron diversificar las ganancias: metalurgia, carbón y ferrocarriles. Los Rothschild habían evolucionado de comerciantes a gestores de fondos, atendiendo a su amplia cartera de bonos gubernamentales. Desde entonces sus beneficios fueron infinitos y se convirtieron en barones y baronesas.

En España tuvieron su brazo financiero gracias a las minas de mercurio y a Riotinto. Encontramos muchas referencias a ellos en el Mercurio de España, La Ilustración que el 4 de agosto de 1856, les dedica hasta un monográfico y el catalán La Hormiga de Oro. Solo la rama italiana, en parte como consecuencia de la unificación, llegó a la quiebra, aunque los lazos dinásticos consiguieron remontarla de la bancarrota. Mantuvieron además ciertas relaciones con el Banco del Vaticano.

Su condición de judíos provocó que perdiesen sus propiedades y patrimonio durante la Alemania nazi

Su condición de judíos provocó que perdiesen sus propiedades y patrimonio durante la Alemania nazi. En 1938, los intereses vieneses de los Rothschild fueron saqueados por el gobierno nacionalsocialista, poniendo fin a más de un siglo de control bancario en Europa Central. En Alemania, se vieron obligados a abandonar el país durante el Tercer Reich: confiscación de sus propiedades, saqueo de sus casas y obligación de venta del banco familiar a precio bajísimo.

Elisabeth de Rothschild, fue apresada por la Gestapo en Francia y murió de tifus en Ravensbrück, el campo de concentración de mujeres a unos noventa kilómetros de Berlín. El resto, casi todos se marcharon. La imagen de los Rothschild quedó todavía más dañada como consecuencia de la película de 1940 de Erich Waschneck, que recreaba a la rama de la familia inglesa en la lucha antinapoleónica con todo su odio antisemita en la avaricia y falta de escrúpulos. Otra versión, estadounidense de la Fox de 1934, con Boris Karloff, La casa de los Rothschild, ofrecía una visión mucho más amable de la familia.

Cartel de la película La casa de los Rothschild

Tras la Segunda Guerra Mundial, muchas de sus colecciones artísticas y palacios pasaron a manos del sector público o bien, fueron incautados. Hasta hace pocos años, la rama austriaca todavía pugnó por la recuperación del patrimonio expropiado, aunque muchos emigraron a Estados Unidos y no regresaron.

En la actualidad los Rothschild ya no se encuentran en primera línea de la popularidad social. De hecho, en ese ámbito, siempre han resultado bastante prudentes. La rama inglesa sigue activa en los negocios, aunque muchos otros miembros de la familia se han dedicado a la filantropía, el arte y la ciencia. En Francia, tras las nacionalizaciones de bancos que hizo Mitterrand cuando llegó al poder, optaron por aventurarse en la producción de vinos.