Fundado en 1910

El bosque Chateau (Schlosswald) sólo estaba formado por tocones de árboles tras los intensos bombardeos de artillería (1917)

¿Existen normas en una guerra?: así se han regulado los conflictos a lo largo de la historia

Las normas significaban el respeto al enemigo porque lo trataban de igual. Fueron los griegos los primeros en impulsar en Occidente la regulación de la guerra

Si tenemos la curiosidad de repasar los viejos manuales de Derecho Internacional Público que se publicaron hasta la Primera Guerra Mundial, comprobaremos que tres cuartas partes de sus páginas se dedican a la guerra. Y en los editados entre las dos guerras mundiales, casi la mitad de su contenido conciernen también a la guerra. Eso significa dos cosas: una, que la guerra seguía siendo a principios del siglo XX la manera habitual de resolver conflictos internacionales; dos, que había un cierto sentido humanitario para establecer reglas que limitaran la barbarie.

Se regulaban hechos como las declaraciones, las treguas, el empleo de ciertas armas, armisticios, capitulaciones, tratador, trato a los prisioneros, etc. Y algunos de estos aspectos se recogían ya en tratados multilaterales, sobre todo a partir de la creación de la Sociedad de Naciones. Se puede decir que la evolución de la humanidad busca eliminar la guerra como modo de resolver conflictos que no se han podido eliminar mediante la diplomacia. Pero, por desgracia y como vemos ahora en Europa, la guerra sigue existiendo.

La evolución de la humanidad busca eliminar la guerra como modo de resolver conflictos que no se han podido eliminar mediante la diplomacia

La guerra es el más cruel enfrentamiento entre sociedades humanas. Es la imposición de la fuerza sobre el acuerdo y la razón. El dominio de unos sobre otros basado en la potencia destructiva. Se puede entender que, precisamente por lo que tiene de cruel, la guerra se ha desarrollado siempre sin límites. En realidad esto no es así, aunque cualquier norma en la guerra se puede eludir.

Regular las agresiones

La regulación de la guerra es muy antigua. Las normas significaban el respeto al enemigo porque lo trataban de igual. Fueron los griegos los primeros en impulsar en Occidente la regulación de la guerra. Ellos entendían que las diferencias políticas entre sus ciudades estados no eliminaban la raíz fraternal de sus habitantes. La guerra turbaba la deseable armonía, pero era necesaria para la expansión de sus estados. Por tanto, no trataron de eliminarla como manera de hacer la política externa, sino que trataron de humanizarla.

Los griegos no trataron de eliminar la guerra como manera de hacer la política externa, sino que trataron de humanizarla

Entendían que las relaciones entre ciudades eran casi siempre hostiles pero que existía un impulso natural entre los humanos hacia la cooperación, como ya señalaba Aristóteles. Y los sentimientos humanitarios debían reflejarse en las leyes que regularan las agresiones y limitaran los derechos del vencedor. Por desgracia, los griegos no sistematizaron por escrito sus leyes como hicieron los romanos. Su derecho internacional era rudimentario, con algunas instituciones en una etapa inicial imperfecta.

Pero tenemos muestras de lo que practicaban y para ello, como para comprender otras tantas cosas de su civilización, hay que acudir a Homero. Cuando había una ofensa de un pueblo a otro, se enviaban embajadores para pedir la satisfacción de la injuria. Solo cuando no se conseguía esto, se declaraba la guerra mediante un acto formal.

Es en la guerra de Troya cuando vemos escritos los primeros actos de regulación de la guerra. Primero enviando embajadores para obtener satisfacción y evitarla. Después con un acto claramente hostil como era matarlos. Y tercero, declarar una guerra que ya se consideraba justa por esos actos hostiles. En la Ilíada se encuentran muchos ejemplos de la actuación de los embajadores. Después del rapto de Helena, Menelao y Ulises fueron a reclamarla. Negándose Príamo a devolverla, se decidieron a vengar a París y declarar la guerra.

Los griegos usaron también un método pacífico para terminar con las hostilidades que fue someter el conflicto a un arbitraje. Así se pactaban las condiciones para la paz, usando muchas veces a los vencedores de los juegos olímpicos como árbitros.

Los griegos usaron también un método pacífico para terminar con las hostilidades que fue someter el conflicto a un arbitraje

Declarar la guerra

Se sitúa el origen más claro de la regulación de la guerra y la paz en un colegio creado en Roma en la época de la monarquía. Se trataba de los feciales o sacerdotes nombrados para ocuparse de las relaciones diplomáticas. Eran los que declaraban la guerra y firmaban la paz en nombre de Roma. Su importancia decayó al final de la República y prácticamente desaparecieron en el Imperio.

Los romanos perfeccionaron el sistema seguido por Grecia que, unificada por Alejandro Magno, ya no combatía entre ciudades sino contra enemigos exteriores. Mucho más formalistas que los griegos y con un sentido ritual de los actos jurídicos, le dieron más importancia al acto de declaración de guerra. De la misma manera griega, observado un acto hostil a Roma se enviaban unos embajadores a la nación que lo habían realizado.

Óleo de Maynier de Adriano y Justiniano con el Códice de Derecho Romano, 1803Wikimedia Commons

Estos parlamentarios eran inviolables y su santidad debía respetarse por el enemigo. Realizaba la petición de satisfacción de la injuria recibida. Injuria entendida según la justicia y religión romana, por lo que cualquier cosa podía convertirse en acto hostil si así interesaba. Si no era aceptada la compensación, el embajador volvía a Roma y sometía la cuestión a los sacerdotes feciales que decidían sobre si declarar la guerra o no. Si la consideraban justa, uno de los feciales acudía a la frontera con el pueblo enemigo y lanzaba una lanza contra su campo, dado por iniciadas las hostilidades. Los feciales vigilaban el desarrollo de la guerra, intervenían los tratados de paz y los conservaban en un gran archivo que era la memoria de las relaciones diplomáticas de Roma.

El genio jurídico romano perfeccionó el sistema creando el Ius Gentium, el derecho de gentes que reconocía los derechos de todos los pueblos de la humanidad, la posibilidad de establecer entre ellos reglas respetables contenidas en tratados y, en su aspecto patológico, las reglas de la guerra. Fue Hermogeniano, un jurista del siglo III quien codificó estas normas de la guerra en una obra compilatoria mucho más amplia, el Código Hermogeniano.

Seguir las formalidades, empezando por la declaración, era una manera de acotar la actividad violenta de las naciones. Un clásico como es José de Olmeda León, en su Elementos del derecho público de la paz y de la guerra (Madrid, 1771), escribía que era «preciso usar de aquellos medios que las Naciones Políticas han introducido para distinguirse de las bárbaras y poco cultas».