¿Y si el caballo de Troya era un barco?
En la Odisea se utiliza la palabra hippos que hace referencia a un tipo de barco fenicio y que en griego significa 'caballo', cuya característica era tener tallado en el mascarón de proa la forma de un caballo
«Canta sobre el caballo de madera (de olivo) que construyó Epeo junto con Atenea y que el divino Odiseo llevó hasta la acrópolis a manera de engaño, llenándolo de los hombres que destruyeron Troya…», relata Homero en su célebre obra la Odisea. Sin embargo, el poeta no aporta suficiente información: no sabemos qué aspecto tenía, cómo de grande y tampoco hay ninguna descripción detallada del caballo.
Un documental sugiere que el caballo de Troya, uno de los mitos literarios más conocidos de la Antigüedad clásica, era en realidad un barco fenicio. Muchos de los estudios realizados se han centrado en averiguar si de verdad existió, buscar explicaciones sobre cómo se pudo construir en tan poco tiempo o el tipo de madera que utilizaron para fabricarlo. Para el arqueólogo submarino de la Universidad de Marsella, Francesco Tiboni, el caballo, tal y como ha sido descrito y representado en el imaginario colectivo, podría no haber existido, ya que no se han encontrado evidencias científicas que demuestren que lo hizo.
El resultado de sus investigaciones se reflejan en un libro titulado La conquista de Troya: un engaño llegado desde el mar y en el documental El misterio del caballo de Troya: tras la pista de un mito, dirigido por Ronald May, donde explica que la confusión entre barco y caballo se debe a la falta de descripción clara del caballo en las fuentes literarias y a un error de interpretación en las palabras que lo describen.
'Hippos', un barco fenicio
Tiboni esclareció que en la Odisea hay un «fragmento clave» que ratifica su hipótesis. Este es el momento en el que Penélope, la esposa de Ulises, se lamenta por el viaje que emprende su hijo en busca de su padre: «O cantor, ¿por qué mi hijo partió? No era necesario que se embarcara en barcos rápidos, que para los hombres son como caballos del mar». A raíz de estas líneas, el arqueólogo sostiene que la metáfora del barco y los caballos no es causal, sino que Homero quiso hacer referencia a un tipo de barco fenicio que recibe el nombre de hippos, una palabra que en griego significa 'caballo', y cuya característica era tener tallado en el mascarón de proa la forma de un caballo.
Entonces, la palabra hippos no sería otra cosa que la manera en la que los griegos denominaban a los barcos comerciales que circulaban en esa época. Es más, si se sustituye la palabra 'caballo' por 'barco' el sentido del episodio del engaño de Ulises no cambiaría sino que lo haría más factible: estos tipos de barcos se utilizaban para transportar joyas y pagar tributos lo cual pudo haber atraído a los troyanos.
Otro arqueólogo, Joaquín Ruiz de Arbulo, expone en un estudio titulado Los navegantes y lo sagrado. El barco de Troya. Nuevos argumentos para una explicación náutica del caballo de madera, que abandonado en la orilla un barco, los griegos tallarían un mascarón en forma de cabeza de caballo y que para llevar a cabo su cometido, los soldados griegos se esconderían en su interior haciendo creer a los troyanos que el navío había sido un regalo de sus enemigos y lo llevaron a la ciudad.
Por otro lado, también hay autores que sostienen que la destrucción de Troya fue provocado por un seísmo, y que el caballo sería una metáfora de esa catástrofe, teniendo en cuenta que Poseidón era el dios de los mares y «agitador de la Tierra», es decir, de los terremotos en la mitología griega.