Felipe Neve, el español que fundó Los Ángeles hace 200 años
La zona donde se fundó Los Ángeles ya había sido explorada por los franciscanos Junípero Serra y Joan Crespí a mediados del siglo XVIII
En la enorme ciudad de San Francisco, hay un parque llamado La Placita, en Olvera Street, con una estatua de un hombre con capa. No es Superman, es Felipe de Neve, el militar español que fundó La Reina de los Ángeles del Río de Porciúncula el 4 de septiembre de 1781, hace 242 años. Un poblado en el que empezaron viviendo once familias y 44 personas que fue el germen de lo que sería la ciudad de Los Ángeles, la segunda más poblaba de Estados Unidos, detrás de Nueva York.
Junto a la estatua hay una placa en la que aparecen los nombres de los primeros habitantes junto al del fundador. Ante una historia tan apasionante pero desconocida merece la pena hacer un viaje al pasado para descubrir, aunque sea brevemente, ese legado español.
Felipe de Neve nació en Bailén (Jaén) en 1724, en una familia acomodada. A los 20 años ingresó como cadete el Regimiento de Cantabria, dos años más tarde pasó a la Guardia de Corps y estuvo destinado en Madrid. El oficio le venía de familia, su padre había sido capitán de artillería. Su carrera militar lo llevó a recorrer varios territorios del Imperio como Flandes, Milán o Monterrey. Aunque eso no le impidió formar una familia en Sevilla con su mujer María Nicolasa Pereira.
Su carrera militar lo llevó a recorrer varios territorios del Imperio como Flandes, Milán o Monterrey
Por desgracia, cuando ascendió a sargento mayor lo destinaron a Nueva España y no volvió a ver a su mujer nunca más. A pesar de todo, siguió cosechando éxitos profesionales y en 1774 fue ascendido a teniente coronel de caballería. Su trabajo llamó la atención de sus superiores directos y del Rey Carlos III, lo que ayudó a que el virrey Antonio María de Bucareli lo nombrase gobernador de las Californias en 1775.
Desde su llegada a la Alta California vio la necesidad de aumentar la población, que por entonces solo contaba con siete misiones. Como las fundaciones debía aprobarlas el Rey, preparó un documento en el que argumentó la necesidad de crear dos nuevos pueblos, uno en el río Guadalupe que se llamaría San José y Nuestra Señora de Los Ángeles, próximo al río Porciúncula.
El gobernador Felipe de Neve comprendía que necesitaba conseguir algún incentivo para estimular la llegada de pobladores y fomentar la prosperidad económica, por lo que en su carta al monarca trasladó una petición para que durante los próximos diez años «se dispense el pago de Diezmos de frutos y Granados a los Pobladores, y sean exentos de pagar tributos».
Nadie puso pegas, la aprobación real para la fundación de Los Ángeles llegó en 1779. Ahora solo necesitaban reclutar a los primeros pobladores, una misión que se le encargó al capitán Fernando Rivera. El gobernador le encomendó encontrar a 24 personas, pero la tarea se complicó cuando la gente empezó a marcharse. Al final consiguieron 14 familias, pero tres se marcharon dejando una población fundacional de 22 matrimonios y 22 niños.
En el nuevo pueblo de Los Ángeles se habló español hasta 1848, cuando México se independizó de España y toda California pasó a manos de los Estados Unidos de América. Más de dos siglos después, el legado español no solo perdura en la estatua de Felipe de Neve, también en el nombre de la ciudad, sus calles y en su escudo aparecen las armas de Castilla y Aragón.