La civilización nurágica, un misterio prehistórico de Cerdeña
La cultura talayótica de Menorca y Mallorca comparten muchas similitudes con los asentamientos prehistóricos encontrados en Cerdeña
La isla italiana de Cerdeña es un paraíso mediterráneo con playas de aguas cristalinas y pueblos con casas de múltiples colores, pero al recorrer el interior montañoso el visitante puede descubrir un mundo propio de la Edad de Bronce. A lo largo del terreno se pueden ver unas construcciones megalíticas de piedra, conocidas como nuragas, a las que en su día los arqueólogos e historiadores llamaron cultura Nurágica. Un pueblo misterioso del que solo se conocen sus torres de piedra, el poblado de Tiscali, un yacimiento de dólmenes apodado la tumba de los gigantes y varias estatuillas de bronce. Solo podemos hacer una interpretación sobre los elementos que dejaron, por eso cabe preguntarse ¿Qué es lo poco que se sabe de ellos?
Su época de esplendor terminó con la llegada de los fenicios, con los que convivieron un tiempo, hasta que los romanos llegaron a Cerdeña en el siglo II d.C
El primer paso es situarse temporalmente. Algunos expertos han datado la existencia de este pueblo en torno al 1.800 a.C., es decir, en la Edad del Bronce Medio. Aunque hay otros autores que lo colocan en el Bronce Antiguo (III milenio a.C.). Dejando de lado esta discusión académica, lo que está claro es que su época de esplendor terminó con la llegada de los fenicios, con los que convivieron un tiempo, hasta que los romanos llegaron a Cerdeña en el siglo II d.C. El siguiente paso es visitar algunas de las 7.000 torres, o nuragas, que construyeron a lo largo de la isla. La identidad de este pueblo se conoce por los edificios de piedra que dejaron, y hay arqueólogos como Giovanni Lilliu que los estudiaron durante años.
Los más impresionantes son las torres-defensivas, de las que se desconoce su uso real, aunque los expertos como Lilliu creen que tenían una función defensa, que funcionaban como silos, o eran lugares en los que se reunían los habitantes del poblado. Se han encontrado torres muy diversas, a las que se les puso el nombre de tholos, algunas son muy simples, pero otras son construcciones de mayor tamaño y suelen formar recintos amurallados. Sin duda uno de los yacimientos mejor conservados es el de Santu Antine, datado entre 1600 – 1450 a.C., situado en el Valle de los Nuragui, en el territorio de Torralba.
Santu Antine es un auténtico poblado nurágico con una torre de 17 metros de altura realizada con bloques de basalto que van disminuyendo su tamaño según va ganando altura hasta terminar en una falsa cúpula. En estas fortalezas nurágicas se han encontrado hornos y lo que parecen chimeneas que hacen ver que sus habitantes tenían una economía basada en la agricultura y ganadería.
Una pista de bronce
Dentro de estas espectaculares edificaciones como la de Su Nuraxi, en Barumini, (Patrimonio de la Humanidad por la Unesco) se encontraros esculturas y piezas de bronce que dan una pista de cómo era esta sociedad nurágica. En su mayoría representan figuras con escudos, arcos y flechas, lo que demuestra una sociedad posiblemente guerrera. Además, se sabe que daban importancia a la creación de estos objetos que utilizaban como ofrenda.
Como otras culturas de su periodo, los artesanos nurágicos utilizaron la técnica de la cera perdida, que consiste en recubrir un modelo de cera con una capa de cerámica para hacer un molde, se saca la cera y se introduce el bronce líquido que obtiene la forma del molde. Hay otros megalitos de tipo ritual o funerario como la Tumba de los gigantes, en Coddu Vecchiu, un complejo de tumbas comunes en las que no se encontraron objetos ni ajuares, lo que determina que todos eran tratados del mismo modo a la hora del enterramiento. Otro aspecto curioso que puede ayudar a entender a este pueblo.
En cualquier caso, no fue una sociedad aislada, se sabe que la cultura Nurágica ha convivido durante años con numerosos pueblos; fenicios, púnicos y romanos. Además, comparte muchos rasgos con la cultura talayótica de las islas Baleares, y con la vecina civilización Torrean de Córcega. En todo caso, todavía queda mucho por descubrir de estos asentamientos prehistóricos que tantos arqueólogos han intentado desvelar durante décadas.