Tal día como hoy
La toma de Cuzco por Francisco Pizarro: ¿cómo vencieron 168 españoles a 30.000 incas?
El 15 de noviembre de 1533, la hueste de Pizarro, acompañado de Manco Inca y todos sus hombres, entró en la capital del Imperio inca: los pocos habitantes que habían sobrevivido a la masacre llevada a cabo por Quizquiz vieron a los españoles como salvadores
Las tropas lideradas por Francisco Pizarro, un 15 de noviembre de 1533, tomaron la ciudad de Cuzco, capital del Imperio inca, ganando al ejército de Atahualpa. Aquella conquista supuso la caída de la civilización inca y el final de la primera fase de la conquista de Tahuantinsuyo. El lugar por el cual entró Pizarro y sus hombres actualmente se conoce como calle Conquista. Pizarro contó con la ayuda de aliados indígenas y parte de la nobleza incaica partidarios del Emperador Huáscar. ¿Cómo se llevó a cabo la conquista de Cuzco?
Con anterioridad, el 26 de julio de 1533, Atahualpa fue capturado en la Plaza de Armas de Cajamarca. Aquel mismo día fue ejecutado. Para que aquella muerte no provocara ningún caos, Pizarro escogió a un nuevo Emperador. Era el hermano de Atahualpa llamado Túpac Hualpa o Toparpa. Pizarro partió de Cajamarca dirección Cuzco en agosto de 1533. Durante aquel viaje, Túpac Hualpa murió envenenado por orden de Chalcuchímac, general de Atahualpa. El ejército de Pizarro llegó a Vilcashuamán y Vilcaconga, donde se enfrentaron al ejército del Quizquiz, también general de Atahualpa.
Entre tanto, el 14 de noviembre se nombró Emperador a Manco Inca, hijo de Huayna Cápac, de 20 años. Era un gobernante apoyado por diferentes nobles importantes del Imperio inca y que, a su alrededor, podía reunir a muchas personas fieles. Además, leal a Huáscar y referencia natural para Quizquiz, que era el único enemigo capaz de disputar la posesión de Cuzco. Con el apoyo de Pizarro y considerando que podía superar las habilidades de Quizquiz, decidió marchar hacia Cuzco.
Paralelamente, se unió a Pizarro Manco Inca, noble y líder de la resistencia y hermanastro de Atahualpa. Este informó de un posible incendio en Cuzco provocado por Quizquiz. Por eso Pizarro envió a Hernando de Soto, con 40 jinetes y hombres, para que inspeccionaran el terreno. Al llegar a Cuzco pudo ver bocanadas de humo que salían de los tejados de las casas. Al ver una multitud de enemigos, con los hombres que llevaba, decidió enfrentarse a ellos. Al conocer los indígenas que iban a enfrentarse al ejército de Quizquiz, se retiraron detrás de Hernando de Soto y sus jinetes.
El miedo se apoderó de aquellos hombres. Se inició el ataque del ejército de Quizquiz y los primeros heridos fueron los españoles. Ante aquella situación de desventaja, decidieron retirarse. Lo curioso es que no los siguieron y dejaron que se escaparan. ¿Por qué? Quizquiz sabía de la superioridad de los caballos españoles en campo abierto y temiendo que pudieran contraatacarlo, decidió tomar posiciones y permitir su huida.
Temiendo que las tropas de Pizarro pudieran derrotarlo, Quizquiz envió a sus hombres a los territorios montañosos para anular a los soldados a caballo de Hernando de Soto en aquellos lugares abruptos. Con lo cual Pizarro entró en Cuzco, sin ninguna oposición, el 15 de noviembre de 1533, acompañado de Manco Inca y todos sus hombres, junto con los españoles, por la actual calle Conquista, como hemos dicho. Los habitantes de Cuzco los recibieron entre vítores, al haber derrotado a Atahualpa.
Como hemos dicho, no hubo resistencia. Los pocos habitantes que habían sobrevivido a la masacre llevada a cabo por Quizquiz vieron a los españoles como salvadores y enviados del divino Wiracocha y del Tahuantinsuyo. Después de explorar la ciudad, Pizarro se instaló en el palacio de Casana, que había sido del Inca Huayna Cápac. Diego de Almagro, en otro situado al lado, y Gonzalo Pizarro, en el palacio Cora-Cora, que había pertenecido a Túpac Yupanqui. A continuación entraron en los lugares sagrados y se llevaron 580 mil pesos de oro y 215 mil en plata. Eso hizo que los habitantes de Cuzco cambiaran la visión que tenían de los españoles.
El 16 de noviembre de 1533 Manco Inca fue nombrado Sapa Inca y vasallo de la Corona española. Pasó a ser conocido como Manco Cápac II. En la Navidad de 1533, ya investido como mascapaycha, aceptó el protocolo de requerimiento que exigía el Rey de España. Con dicho protocolo reconoció a Felipe II como supremo soberano de sus dominios. Asimismo, aceptó que su hermano Paullo Inca, con 5.000 soldados, marchara con Hernando de soto contra Quizquiz.
Una vez conquistado Cuzco se transformó la ciudad en un estado de ultramar, una práctica habitual, aunque no resultó nada fácil al ser un terreno vasto y muy poblado. Y es aquí cuando se creó, años después, una leyenda negra alrededor de Francisco Pizarro. Se le acusó de frenar el desarrollo de la identidad nacional, genocida, racista, fanático religioso, ignorante, barbárico, criador de cerdos, incompetente militar, que se lo debía todo a la superioridad tecnológica, y destructor del Imperio inca por su codicia y supremacismo.
Pizarro «reclamó con insistencia que se respetasen los territorios originales de los incas y promovió leyes para proteger a los indígenas»
En contrapartida Guillermo Lhomann, en Francisco Pizarro. Testimonio, lo tilda de estadista, legislador, fundar de ciudades, y sensible con los nativos. Sobre Pizarro escribió María del Carmen Martín Rubio que «reclamó con insistencia que se respetasen los territorios originales de los incas y promovió leyes para proteger a los indígenas. No quiso para nada destruir el Imperio Inca, como se puede comprobar en su correspondencia».
En realidad Francisco Pizarro intensificó una política de alianzas con los pueblos nativos del territorio que comprendía su gobernación; se dispuso a garantizar la protección y educación de los descendientes de Atahualpa; traslado pueblos indígenas repoblar y recolonizar regiones desoladas por las Guerras Fratricidas; ordenó la remodelación de la ciudad imperial del Oosgo; supervisó personalmente el diseño de la capital de Nueva Castilla llamada Ciudad de Los Reyes, actual Lima; organizó la defensa en el Sitio de Lima; prosiguió con el repartimiento general de tierras, creación de encomiendas y fundación de ciudades y villas para los españoles; autorizó la partida de la expedición de Pedro de Valdivia para la conquista de Chile; se mantuvo organizando la capital como su alcalde, hasta que fue asesinado en junio de 1541.
Pizarro murió asesinado en Lima, el 26 de junio de 1541, por un grupo de hombres, «los de Chile», al mando de Juan de Rada, que asaltaron su casa y acabaron con su vida a golpes de espada y cuchillo.