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La Reina Doña Blanca de Borbón

La Reina Doña Blanca de Borbón

Doña Blanca de Borbón, la desgraciada Reina de España

Su historia, que tuvo lugar en el siglo XIV, está repleta de desgracias e infortunios que poca gente conoce

En la madrugada del viernes santo 25 de marzo de 1350 murió de peste negra el Rey Alfonso XI, cuando estaba al mando del sitio de Gibraltar. Fue un hombre de grandes aciertos políticos y cinco años antes había llegado a una alianza con el rey francés para que le ayudara contra el sultán si atacaba Castilla, a cambio Alfonso XI ayudaría a Francia contra Inglaterra.

Las alianzas solían completarse con matrimonios reales que reforzaran los vínculos personales entre los soberanos. El Rey castellano había comprometido el matrimonio de su hijo Pedro con Doña Blanca de Navarra. Había que esperar a que el infante cumpliera los quince años.

Unas curiosas vivencias

No obstante el acuerdo, Doña Blanca de Navarra se casó con el Rey de Francia Felipe IV rompiendo el pacto. Enviudó pronto, pero las reinas viudas no volvían a contraer matrimonio. Pedro se comprometió con una princesa inglesa, Doña Juana de Plantagenet que, cuando viajaba a España para conocer a su marido, murió de peste en Gascuña.

La idea de enlazar matrimonialmente Castilla y Francia era atractiva para las dos partes. Se buscó otra candidata y la elegida fue Doña Blanca de Borbón, hija del duque de Borbón que era pariente del Rey francés. Se acordó una dote de 300.000 florines pagaderos en plazos.

Envenenamiento de Blanca de Borbón, esposa de Pedro el Cruel, pintura de historia de Louis-Georges Paradis, 1838.

Envenenamiento de Blanca de Borbón, esposa de Pedro el Cruel, pintura de historia de Louis-Georges Paradis, 1838.

Pedro I era hijo de una portuguesa y su padre Alfonso había tenido una larga descendencia bastarda con Leonor de Guzmán, la favorita de la ópera de Donizetti. Entre los hijos de Guzmán estaban dos hermanos gemelos, Fadrique y Enrique de Trastámara, castellanos por ambos progenitores y partidarios pioneros de la igualdad de filiaciones sin importar el origen. Se integraron en la Corte del hermanastro. Fadrique llegó a maestre de la Orden de Santiago. Pero los hermanos siempre estuvieron presentes en todas las revueltas contra el Rey Pedro. Tanto que el monarca, pensando que la madre era la instigadora, la mandó apresar y ejecutar en Talavera de la Reina.

Una vida repleta de problemas

Mientras tanto, se casó con Doña Blanca y empezaron los problemas. La boda se retrasó porque el rey francés no quiso pagar los primeros 25.000 florines de la dote. De manera paralela, el Rey Pedro I sostenía una historia amorosa con María de Padilla, con quien tuvo a su primera hija.

La boda se celebró por fin el 3 de junio de 1353. Dos días después, el rey abandonaba a su joven esposa. Aquí empiezan los misterios. ¿Cuál fue la causa del abandono y la posterior desgracia de la reina Blanca? Hay dos hipótesis: que Pedro I se enteró de que el Rey francés no iba a pagar nunca la totalidad de la dote porque no tenía dinero suficiente o que la Reina llegó embarazada de don Fadrique, hermanastro del Rey.

Ilustración medieval de la Reina Blanca de Borbón

Ilustración medieval de la Reina Blanca de Borbón

Estas historias medievales en las que se mezcla la política con el amor, la guerra con el dinero y la ambición con la traición tienen mucho de literario y en su época gozaron sin duda de una gran atracción del pueblo, lo que seguramente desvirtuó la verdad. Pedro López de Ayala, en sus Crónicas de los Reyes de Castilla, Don Pedro, Don Enrique II, Don Juan I, Don Enrique III (publicada en 1779), dice que el Rey abandonó a la Reina para irse con su amante María de Padilla. No parece que ese fuera el motivo porque nunca más la volvió a ver y las relaciones extraconyugales eran habituales en la época sin que afectaran a los matrimonios canónicos.

A pesar de las reconvenciones eclesiásticas y la intervención del Papa para que el Rey volviera al matrimonio, esto nunca sucedió. El Papa Inocencio VI, incitado por Francia, acabó poniendo en entredicho el trono de Pedro I. Con ello se justificaba jurídicamente la rebelión de nobles de Toledo, Jaén, Córdoba, Cuenca, Talavera, Úbeda y Baza.

El Papa acabó excomulgando al Rey y este, por su parte, mandó a la Reina a reclusión de un lugar a otro hasta que en 1361 decidió matarla. Primero la quiso envenenar y finalmente, ante la negativa del físico Alfonso de Perosa, mandó a su ballestero Juan Pérez de Rebolledo que acabara con la vida de la Reina. La muerte de la reina, como antes la de Leonor de Guzmán, le valió el apodo de «el Cruel».

Pedro I "El Cruel"

Pedro I «El Cruel»

La Reina Blanca sufrió encierros, privaciones, malos tratos. La fama de cruel superó a la de justiciero, como llamaban al Rey sus partidarios. Seguramente quería quedar libre para casarse con doña María de Padilla y, al no conseguir la anulación del matrimonio por la oposición papal, optó por el crimen.

Un clima extraño en su vida

El matrimonio era una razón de Estado; los amores extramatrimoniales eran tolerados pero, cuando se convertían en política, sobrevenían los conflictos. La situación la aprovecharon los hermanos Trastámara para, con la ayuda de Francia, derrocar al Rey y entronizar a Enrique II en 1369 tras la batalla de Montiel. Su hermano gemelo Fadrique había muerto once años antes, quizás a manos de su hermanastro en el alcázar sevillano cuando fue a pedir perdón después de una de sus muchas rebeliones.

Este clima de traición, intriga, amor y muerte es el propicio para que la imaginación popular invente conspiraciones y misterios. El mismo ambiente que aprovecharán después los novelistas románticos y góticos y, actualmente, los reverdecedores de la novela histórica. Y entonces apareció la leyenda de una posible hija de la Reina Doña Blanca, retomando el falso embarazo de esta por una relación con Fadrique.

Se propagó la leyenda de que la hija habida se dio en cuidado a una judía de Guadalcanal llamada Paloma, que la cuidó en Llerena. Todavía en esta ciudad extremeña señalan la casa donde habitaron, y existe el caño de Doña Blanca en un recodo de la muralla. Es probable que el hijo de Fadrique fuera de la misma Paloma, escondiendo así su condición extramatrimonial, y que pudiera ser Alfonso Enríquez, que le sucedió al frente del almirantazgo de Castilla.

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