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El calzado militar se convierte en protagonista de una exposición: «Todo empieza con unas alpargatas»

Mónica Ruiz, comisaria de la exposición Marcando el pasoEvelio Jiménez

El calzado militar Segarra se convierte en protagonista de una exposición: «Todo empieza con unas alpargatas»

La relación entre Calzados Segarra y las Fuerzas Armadas españolas, es una historia conjunta de más de un siglo que la Cátedra Interuniversitaria CEU Silvestre Segarra Aragó de Historia de la Empresa y que acoge en sus instalaciones el Instituto de Historia y Cultura Militar nos trae en una exposición temporal titulada Marcando el paso. El Calzado Segarra

Para muchas generaciones de españoles, la «bota militar» se ha asociado al apellido Segarra, la empresa de calzado más antigua de España. La relación entre Calzados Segarra y las Fuerzas Armadas españolas, es una historia conjunta de más de un siglo que la Cátedra Interuniversitario CEU Silvestre Segarra Aragó de Historia de la Empresa y que acoge en sus instalaciones el Instituto de Historia y Cultura Militar (Paseo Moret, 3) nos trae en una exposición temporal titulada Marcando el paso. El Calzado Segarra, disponible hasta el 19 de febrero de 2024.

«Hemos sido testigos -nunca mejor dicho- de ese caminar del Ejército de Tierra español a lomos de estas botas desde las frías tierras del Pirineo hasta las ardientes tierras del desierto donde nuestras tropas se han hecho famosas por adaptarse tan bien a ese terreno y ese clima», ha destacado el general de División y director del Instituto de Historia y Cultura Militar del Ejército de Tierra, Antonio Ruiz Benítez durante la inauguración de la exposición.

Inauguración de la exposición Marcando el paso. El calzado militar Segarra

Inauguración de la exposición Marcando el paso. El calzado militar SegarraEvelio Jiménez

La empresa Segarra, desde sus orígenes artesanos en 1882, llegó a convertirse en una de las más importantes fábricas de España del siglo XX. Pero no puede entenderse su prodigioso crecimiento sin su estrecha relación con el Ejército, del cual fue el principal proveedor de calzado: «Se puede y debe afirmar que los Segarra le debemos todo al Ejército español», subrayó durante su intervención Silvestre Segarra.

Al terminar su servicio militar Silvestre Segarra Aragó pone en marcha un taller familiar para fabricar alpargatas en el pueblo de Vall de Uxó de la provincia de Castellón. Las guerras liberadas por España en el norte de África entre 1909 y 1926 se convirtieron en una enorme oportunidad para la familia Segarra y en 1912, bajo la dirección del primogénito, Silvestre Segarra Bonig, se convertiría en la principal suministradora de calzado del Ejército español y una empresa de referencia nacional en la producción de este calzado que «era el que se usaba a finales del siglo XIX y principios del XX entre las tropas españolas», indicó Mónica Ruiz, comisaria de la exposición, a este medio.

Con la creación de la empresa familiar de los Segarra, los maestros artesanos especializados en el tratamiento del cuero empezaron a aplicar sus conocimientos en la fabricación de calzado masculino de estilo militar, hasta conseguir las mejores botas tácticas del mercado: «Tenían que fabricarse como si no se rompiesen jamás» y «garantizó al Ejército que cada alpargata sería sustituida gratuitamente si no duraban el tiempo acordado», explicó Segarra.

De alpargatas a las botas de tres hebillas

«Pensar que durante los años de las campañas españolas en el protectorado de Marruecos y en Cuba o en Filipinas, e incluso durante el primer tercio del siglo XX en España y en parte también durante la Guerra Civil; pensar que los soldados españoles en gran medida llevaban alpargatas ya nos hace imaginar cómo ha ido evolucionando esta cuestión. Tras la guerra los Segarra introducen el calzado de cuero, se hacen famosísima sus botas de tres hebillas, que son las que todo el mundo vincula o relaciona con el servicio militar obligatorio. Y luego pues también se introducen materiales como el caucho y las telas, etcétera. Pero la cosa empieza -y parece mentira- con las alpargatas», analiza la comisaria de la exposición.

Años más tarde, continuó la expansión en España: «En 1932 se abre la tienda en Madrid, Barcelona, Castellón, Valladolid, Zaragoza, Santander, Málaga, Córdoba, Sevilla... llegando a tener tres o cuatro tiendas en Madrid y Barcelona», indicó el miembro de la familia Segarra.

Mónica Ruiz, comisaria de la exposición

Mónica Ruiz, comisaria de la exposiciónEvelio Jiménez

En 1938, «la fábrica quedó desmantelada al quedar atrapada la localidad entre dos frentes de guerra: el de la sierra de Espadán y el del Levante», prosiguió. «Las instalaciones quedaron prácticamente destruidas tras el fin de la contienda», pero con su reconstrucción, su expansión llegó hasta el extranjero. Tanto es así, que uno de los miembros de la familia presentes entre el público, confesó, durante la inauguración, que la empresa familiar vendió calzado militar al Ejército estadounidense y varios de sus soldados las llevaron durante la Guerra de Vietnam (1955-1975).

A través de numerosas piezas de todo tipo; no solo calzados y uniformes, sino también utensilios, herramientas y maquinaria de trabajo, al igual que fotografías de época procedentes de colecciones particulares y documentación empresarial, Marcando el paso. El calzado militar Segarra tiene como objetivo principal dar a conocer la labor de la empresa castellonense y su relación con las Fuerzas Armadas españolas a lo largo de todo un siglo.

«Yo siempre he dicho que éste [el calzado] es un elemento de lo más modesto, pero absolutamente imprescindible para todos los Ejércitos de antes, de ayer y de hoy y de mañana. Y la prueba es cómo ha ido evolucionando y cómo va a seguir evolucionando el uniforme. También el resto del equipo, por supuesto, el armamento... Pero no olvidemos el modesto zapato, que es el que hace que el soldado esté confortable dentro de lo poco confortable que debe ser ir a la guerra», concluye Ruiz.

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