Colombia realizará una inmersión para recuperar los restos del galeón español San José
Según crónicas de la época se perdieron cerca de 11 millones de monedas de ocho escudos en oro y plata
El presidente colombiano Gustavo Petro ha anunciado sus planes para recuperar los restos del galeón español San José que se hundió cerca de las costas de Cartagena de Indias tras un ataque inglés en 1708. Abordo iba un gran cargamento de oro, plata y otros objetos valiosos que se perdieron en el fondo del mar Caribe hasta que en 2015 se localizaron. Ahora, el Gobierno colombiano realizará una inmersión a la nave para sacar a la superficie los restos que queden y su tesoro antes de 2026, año en el que expira el mandato de Petro.
«Entre marzo, abril y mayo harán la inmersión, porque el comportamiento del mar es muy importante en este proceso. Con esa primera extracción de algunos materiales, los cuales tendrán que ir a un laboratorio de la Armada, haremos unos análisis científicos y pensaremos en una segunda extracción si es que se comportan bien para hacer una muestra que fue lo que nos comprometimos con el Presidente», comentó a la prensa el ministro de Cultura colombiano, Juan David Correa.
Sin embargo, muchos expertos han expresado su desacuerdo con la intervención del yacimiento, pues el consenso entre los arqueólogos e historiadores, apoyada en la Convención de Protección del Patrimonio Cultural Subacuático de la Unesco, es la de «preservar el naufragio en las condiciones actuales, donde ha pervivido durante siglos en equilibrio con su entorno», explicó el historiador y antropólogo Ricardo Borrero a The New York Times. En esta misma línea, el profesor del departamento de arqueología náutica de la Universidad de Texas A&M expresó de forma más rotunda que «si sólo se trata de buscar oro, lo que se perderá es la capacidad de estudiar el sitio».
El San José era uno de los galeones que realizaba la llamada Carrera de las Indias. Tras arribar en Portobelo (Panamá) se dirigió hacia Cartagena de las Indias para luego poner rumbo a La Habana y desde allí partir hacia Cádiz. Sin embargo, el navío español capitaneado por José Fernández Santillana tuvo que enfrentarse a una escuadra británica y tras una hora y media de intercambio de fuego, el San José sufrió una explosión que lo llevó al fondo del océano.
Guerras y demandas entre tres países
Fue la empresa estadounidense Sea Search Armada quien localizaría por primera vez el pecio en 1982, quedándose para sí los derechos de exploración y con el 50 % de lo extraído, según acuerdo firmado con las autoridades colombianas. Sin embargo, en 2015, el Gobierno colombiano anunció que la empresa privada que había contratado, Woods Hole Oceanographic Institution, había encontrado los restos del San José, pero en un lugar diferente al señalado por Sea Search Armada.
Sin embargo, en 2018 se supo que en realidad, la nueva localización estaba prácticamente al lado de la ubicación indicada por la empresa estadounidense, por lo que ésta demandó al Gobierno colombiano por intentar eludir su acuerdo de compartir la mitad de cualquier tesoro recuperado del pecio.
Desde que se dio a conocer el descubrimiento del pecio en 2015, España ha defendido que el San José es un buque de Estado español y, como tal, sus restos tienen la consideración de tumba submarina –600 marineros españoles perecieron tras el naufragio– y no pueden ser objeto de explotación comercial. Apoyándose en la Convención Internacional sobre el Derecho del Mar de 1982, que establece que los buques de guerra siguen siendo propiedad de su Estado incluso después de hundirse, al igual que en la Convención de 2001 de la Unesco sobre la Protección del Patrimonio Cultural Subacuático, España reclama su voz y voto en la disputa legal de Colombia y Sea Search.
No obstante, ninguno de estas convenciones fue ratificada por Colombia, que en cambio sí aprobó en 2013 la Ley de Patrimonio Sumergido adicional que le daba toda la legalidad para quedarse con el San José por llevar hundido en sus aguas más de un siglo.
«Una historia que contar y preservar»
El ministro de Cultura colombiano ya dejó claro que el galeón español se había convertido en «una de las prioridades» de Petro y que por ello el presidente les había pedido «acelerar el rito» para recuperar alrededor de 11 millones de monedas –valoradas en más de 5.000 millones de dólares–, que según relatan las crónicas de la época se perdieron junto a joyas y objetos de arte.
Sin embargo, como ya comentó Santiago Mata, doctor en Historia y periodista, célebre por desvelar el 18 de mayo de 2007 en La Gaceta de Los Negocios, el robo de patrimonio histórico español por parte de los cazatesoros de Odyssey, en una entrevista con este medio, «hay que dejar las cosas en manos de arqueólogos y no de políticos».
Y advirtió que, «en un buque histórico, como este hundido hace tres siglos, ya no hay una carga que salvar, sino una historia que contar y preservar, y en muchos casos la preservación es incompatible con la extracción, y si no hay preservación tampoco habrá historia que contar. Por eso, paradójicamente, algunos que invocan la historia para sacar aprisa esos materiales, terminan amenazando con destruir esas huellas del pasado».