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Amelia Earhart en un Stearman-Hammond Y-1

Amelia Earhart en un Stearman-Hammond Y-1

Una empresa de exploración marina asegura haber localizado el avión de Amelia Earhart, desaparecido en 1937

Según la empresa, los restos del aparato en el que viajaba la piloto estadounidense y su copiloto podría encontrarse a casi 5.000 metros de profundidad en el Pacífico suroccidental

Amelia Earhart ya había conquistado el cielo al batir numerosos récords y coronarse como la primera mujer en atravesar el Atlántico en solitario en 1932, así como de realizar con éxito el vuelo entre Hawái y el continente americano, un trayecto peligrosos sobre aguas del Pacífico en 1935.

Su carrera, vertiginosamente exitosa, tendría que enfrentarse en 1937 al ambicioso objetivo era dar la vuelta al mundo en avión. Esta sería su última travesía que acabaría en tragedia: cuando ella y su copiloto, Fred Noonan, habían recorrido 35.000 km, el avión desapareció el 2 de julio de 1937 cuando intentaban llegar a la isla Howland, entre Papúa Nueva Guinea y Hawái. Se perdió la conexión y ambos fueron dados por perdidos en el mar.

Su paradero nunca ha sido encontrado; sin embargo, la empresa Deep Sea Vision cree haber encontrado el aparato que tantas preguntas ha suscitado a lo largo de décadas de búsqueda. El ex oficial de inteligencia de la Fuerza Aérea de Estados Unidos y dueño de la empresa de exploración submarina, Tony Romeo, afirma haber detectado con un sónar los restos del avión de la famosa piloto.

Las imágenes tomadas por el sónar, una herramienta para escanear el fondo oceánico, muestran lo que parece ser el contorno delimitado de una aeronave parecida al emblemático Lockheed 10-E Electra de la aviadora.

Entre septiembre y diciembre del año pasado, mientras un equipo de Deep Sea Vision realizaba una exploración para cartografiar el fondo marino, apareció una pequeña anomalía con forma de avión a 4.877 metros de profundidad y a unos 161 kilómetros de la isla de Howland, la siguiente parada prevista en el itinerario de Earhart y Noonan tras despegar de Papúa Nueva Guinea.

Romeo –hijo y hermano de pilotos, así como dueño de una licencia privada de aviación– dice estar convencido de que el contorno detectado coincide casi al 100 % con el diseño del biplaza perdido debido a su diseño único: «Sería difícil convencerme de que eso no es un avión, y de que no es el avión de Amelia», comentó a NBC News. «No hay otros accidentes conocidos en la zona, y ciertamente no de esa época y de ese tipo de diseño con la cola que se ve claramente en la imagen», añadió.

«La desaparecida más famosa de América»

Con la esperanza de resolver este misterio, Tony Romeo planea lanzar una misión a finales de este año o a principios del próximo con una cámara y un vehículo operado por control remoto para obtener mejores imágenes del posible lugar del naufragio y confirmar, así, que se trata de los restos del Lockheed 10-E Electra de la aviadora.

En la inmersión realizada entre septiembre y diciembre, utilizaron el dron submarino Hugin fabricado por la empresa noruega Kongsberg, según recoge el Wall Street Journal.

«El siguiente paso es la confirmación y hay mucho que necesitamos saber al respecto. Y parece que hay algunos daños. Quiero decir, ha estado ahí durante 87 años en este punto», expresó el empresario. A pesar de ello, asegura que «Si podemos ayudar a cerrar esta historia y traer a Amelia a casa, estaríamos súper emocionados» pues se trata de «la desaparecida más famosa de Estados Unidos».

Aunque es una labor que podría tomar años, si las imágenes confirman la intuición de Romeo, significaría resolver «el mayor misterio de la historia de la aviación», indica el empresario. Su objetivo es averiguar lo que ocurrió aquel 2 de julio de 1937 después de que se perdiese la comunicación con ellos.

Este nuevo descubrimiento podría arrojar información valiosa sobre uno de los grandes misterios del siglo XX y sobre el que han surgido diversas teorías: algunos aseguran que tanto Earhart y Noonan sobrevivieron al accidente, aterrizaron en las islas Marshall y fueron hechos cautivos por los japoneses. Otros piensan que la aviadora, tras sobrevivir al accidente, se refugió en Nueva Jersey con una identidad falta. También se cree que ambos sobrevivieron a la caída, pero que; sin embargo, murieron de inanición tras recalar en una isla como náufragos. E incluso hay quienes creen que fueron abducidos por los extraterrestres.

Cabe mencionar, que en el caso de que las imágenes borrosas del sonar resultasen ser el avión, las normas internacionales de arqueología subacuática sugerirían encarecidamente que la aeronave permaneciera donde está, afirmó Ole Varmer, abogado jubilado de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica e investigador principal de The Ocean Foundation.

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