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Concentración de la Falange en Zaragoza, octubre de 1936

Cuando llegaron instructores alemanes para impartir disciplina en las academias de oficiales falangistas

La necesidad de mandos político-militares propios para dotar a las banderas de Falange de disciplina en los distintos frentes llevó a la creación de academias de oficiales falangistas

Desde que la cúpula falangista libre y superviviente se instaló en Salamanca surge la necesidad de encuadrar a las decenas de miles de voluntarios, camisas viejas y nuevas, que combaten en los diversos frentes de batalla. Para solucionarlo se crean dos cosas, la figura del alférez provisional en manos del Ejército y las academias de oficiales de los partidos rebeldes.

Esa necesidad de mandos político-militares propios para dotar a las banderas de Falange de disciplina en los distintos frentes con sus propios mandos y sin recurrir a otros ajenos, celosos de la independencia del partido llevó a la creación de academias de oficiales falangistas. Al principio, Manuel Hedilla, jefe de la Junta de Mando y posterior jefe nacional, consideró que esta idea era irrealizable.

Propuso como opción practicar un control político sobre las milicias, situando en cada unidad un responsable político azul, un comisario político. Pero al fin se decidió a crear dos academias militares, aprovechando el Decreto 94 de la Junta de Defensa, de 4 de septiembre de 1936, que autorizaba a los partidos que apoyaban la rebelión antigubernamental a crear sus propias escuelas castrenses, dado que como dijimos los rebeldes estaban cortos de oficiales para encuadrar al gran número de voluntarios que acudían a sus filas.

La Junta de Mando puso en marcha las academias de oficiales provisionales de Falange, instaladas en Pedro Llen (Salamanca) y La Jarilla (Sevilla); lo que fomentó nuevas protestas en sectores del ejército alzado que no querían competencia en el mando. Estas academias, de acuerdo con Manuel Hedilla y con el permiso del mando militar, solicitaron del embajador alemán la petición a Berlín del envío de un grupo de instructores teutones que hablaran español para encargarse de la formación de los jefes de centuria de las milicias.

El mismo diplomático proponía que este grupo estuviera al mando del comandante de Caballería Von Issendorff. El cuerpo docente en la academia charra fue suministrado en su mayoría por la embajada alemana en Salamanca, estando compuesto por Miembros del Gruppe Issendorff, así llamado por el nombre de su primer jefe, el teniente coronel Walter von Issendorff.

La docencia teutona

También conocidos como Imker Ausbilder (Imker Instructores), ya que el nombre codificado para el conjunto del personal del Ejército alemán adscrito a la Legión Cóndor era Imker. Entre estos instructores algunas fuentes citan al teniente coronel alemán Oskar Dirlewanger.

Los alemanes ya estaban en España en enero de 1937. En marzo se dispensó el permiso oficial para que los profesores germanos iniciaran su actuación pedagógica. Se adelantó la primera academia, en Sevilla, donde comenzaron los cursos a primeros de febrero de 1937, con asistencia de unos cincuenta alumnos, donde los que miembros de la Primera Línea formaban, junto con instructores alemanes, llegados por vía marítima a la capital andaluza. Al mando del grupo vino el teniente Peter Bozung y como adjunto Joachim von Knoblach y otros oficiales. Las enseñanzas ofrecidas fueron instrucción en orden cerrado, táctica de combate por escuadras, sección y compañía, tiro, táctica, topografía y ordenanzas militares.

Von Haartman

En el mes de marzo inició su funcionamiento la Academia de Jefes de Centuria, como centro nacional, de la localidad de Pedro Llen, emplazada en una finca de reses bravas situada en el pueblo de Las Veguillas. El 12 de abril se inició el segundo curso en Pedro Llen, éste con noventa alumnos, con el mismo programa de estudios de Sevilla.

El director de la academia durante el tumultuoso día 16 de abril, previo a la Unificación de falangistas y requetés, tuvo un papel relevante ene la reducción del triunvirato falangista disidente a la disciplina de Manuel Hedilla. La persona que dirigía la escuela en ese momento era el oficial finlandés Carl Magnus Gunnar Emil Von Haartman.

De aquí salieron cincuenta cadetes para intervenir en los enfrentamientos citados producidos en la dirección de la Falange poco antes de la Unificación política forzosa de los partidos rebeldes decretada por Franco, el 19 de abril de 1937. Su intervención y la de falangistas de Toledo fue cardinal para que Hedilla tomara el control del partido.

¿Quién era el director de la academia? Von Haartman había dejado los estudios para alistarse a las órdenes del general finlandés Mannerheim contra los bolcheviques. Pasó del Regimiento de Dragones de Nylandy a la nobel fuerza aérea finlandesa. Completó su formación militar. En la Escuela de Pilotos de Libau, en Letonia, logrando el título de piloto de combate, y en la Escuela de Caballería de Pinerolo, en Italia.

Carl von Haartman uno de los , jefes de las academias de oficiales falangistas

En 1919 ingresó en la nueva Academia de Oficiales de Finlandia, graduándose como teniente de Caballería y ascenderá a capitán en 1921, año en que fue destinado en Italia como representante militar. Le citó directamente el escritor Curzio Malaparte, a en su novela Kaputt.

Piloto y actor en Estados Unidos

Von Haartman luchó en la la Guerra de Independencia de Estonia, en 1919, encuadrado en el Cuerpo de Voluntarios finlandeses. En 1922, se traslada a los Estados Unidos, en donde trabajó en multitud de empleos temporales, albañil y ganadero y, finalmente, como gerente de una agencia de viajes, lo que le permitió instalarse en la sede de la industria cinematográfica de los Estados Unidos, Hollywood. En su vinculación con el mundo del cine comenzó con esporádicas colaboraciones como asesor en aspectos militares y aeronáuticos en las producciones bélicas cinematográficas, así se hizo famoso. en 1927, es contratado por la Paramount para interpretar el papel de un oficial alemán durante la I Guerra Mundial en la producción titulada Wings (Alas) (1927).

Antes fue reclutado por el U.S. Army Air Corps, con el objeto de formar pilotos de combate y dirigir el proceso de instrucción en la base de Rockwell Field, San Diego, California haciendo amistad en Hollywood con Douglas Fairbanks, debutando como director de la mano de la Fox, con The Twins of Suffering Creek (1920). Siete años después, entraba para siempre en la historia del cine cuando la Paramount Famous PlayersLasky Corp le contrató.

Tras ese periplo ultramarino en el séptimo arte, Von Haartman acudió a España a combatir al comunismo soviético y el 8 de septiembre de 1936 llega al Burgos rebelde con un nulo conocimiento del español y traba amistad con algunos oficiales pertenecientes a las milicias falangistas que hablaban inglés, lo que le permitió contactar con Manuel Hedilla, que por entonces se hallaba inmerso en el proyecto de organizar unas milicias de partido, lo que resultó definitivo para que Haartman fuera destinado, en calidad de instructor militar, a la I Centuria de la Territorial de Cataluña «Virgen de Montserrat».

Allí contó con la inestimable colaboración como intérprete del falangista Serrallach i Juliá, inventor de la mercromina. Bajo las órdenes del capitán también falangista Martín Busutil y encuadrada en la columna del teniente coronel Moliner, partió la Centuria hacia el frente el 5 de octubre, resultando herido por vez primera, de las varias que sufrió durante la Guerra, en el frente de Espinosa de los Monteros.

En enero de 1937 es elegido a instancias de Von Haartman para dirigir la Academia de la Falange de Pedro Llen, teniendo como dijimos un papel relevante en los sucesos de Salamanca, por los que incluso fue detenido y posteriormente recluido en el Gran Hotel de la capital charra hasta el mes de junio en que por mediación de su amigo Von Faupel, obtuvo la autorización para incorporarse a la 3ª Bandera de FET y de las JONS de Burgos integrada en la 81ª División del coronel Ollo. De este modo, participó en los frentes de Levante, Teruel, Peñarroya y Asturias, sufriendo diferentes heridas en combate y ganando doce medallas.

Jóvenes falangistas participan en un curso de preparación militarArchivos Digitales Nacionales de Polonia

Tras la guerra española regresará a invadida por la Unión Soviética al mando del Regimiento de Cazadores nº 24, tanto en la Guerra de Invierno como en la de Continuación, durante la Segunda Guerra Mundial, coincidiría con el escritor falangista Agustín de Foxá. Su vida mítica quedó opacada por su enérgica oposición al comunismo, igual que el reconocimiento al talento de Foxá.

Sus experiencias en la Guerra Civil fueron recogidas en unas memorias no traducidas tituladas En nordisk caballero i Francos armé (Un caballero nórdico en el ejército de Franco)(Söderström & Co, 1939) y Francon Armeijasta Kollaanjoelle (Desde el ejército de Franco hasta el río Kolla)(Otava, 1940).

Franco clausura las academias

La última escuela de mandos puesta en marcha fue en Zaragoza. Inicialmente, se formaron nuevos equipos de instructores para que actuaran en nueve ciudades, tales como Toledo, Cádiz, Málaga, Cáceres y La Coruña, además de otras que habrían de crearse en otras sedes aunque todas se clausuraron tras el citado Decreto de Unificación.

El cierre forzoso de estos centros permitió que sus docentes se incorporasen a las Academias de Alféreces Provisionales del Ejército, que no renunciaba al control del cuerpo de oficiales y no lo quería compartir con los partidos políticos. Tras todo ello había existido una treta política, que buscaba dificultar el mando de Franco, quien respondió con vigor a la tentativa del general Monasterio para controlar el brazo armado de los partidos políticos alzados: las milicias. El 20 de diciembre por el Decreto 122 Franco unificaba todas las milicias bajo el mando militar en aquel momento del propio general Monasterio, más antiguo que Franco y poco entusiasta del Caudillo. Franco hizo fracasar la tentativa de Monasterio. Clausuró las academias.

Una broma significativa en forma de juego de palabras sobre su efímera existencia recorrió las trincheras: «Entraron de tenientes y salieron detenidos». La unificación política se palpaba. El 6 de enero de 1937, Hedilla concede unas declaraciones al diario pamplonés Arriba España en la que reconoce ya como innegable la tendencia a una unificación política, si bien avisa al mismo tiempo de que ello debe hacerse a través de la Falange, asimilando la Falange «aquellos puntos del tradicionalismo que sean compatibles con las necesidades del momento».

No hay una interpretación lasa. Hedilla rechazó la monarquía borbónica en una conversación con Franco y también la reinstauración de la dinastía de Saboya cuando el fascista Farinacci, enviado del duce Benito Mussolini, le sondeó al respecto.

«Antes de la Guerra Civil española, no existían estrechas relaciones entre el Partido Nacional Socialista alemán y la Falange. El ideal de José Antonio Primo de Rivera era más bien el fascismo italiano (...) Después de estallar la Guerra Civil y de tener lugar la confrontación interna dentro de la Falange, cuando el Partido Nacional Socialista logró estrechar más los contactos (...) intentaron en vano reforzar con su adhesión la actitud de los viejos falangistas rebeldes (...) a la izquierda que simpatizaba con los nacionalsocialistas», según el historiador alemán Klaus-Jörg Ruhl.

El curso de la guerra exigía un mando político-militar central. Los mejores candidatos eran Mola y Franco. Mola cedió el poder voluntariamente. Es sabido que se acabó eligiendo a Franco «un hombre al que –según Stanley G. Payne– algunos significados camisas viejas consideraban como el principal enemigo de la Falange». Si en el orden interior se instalaba en la cúpula del poder político un militar ajeno a las tendencias falangistas, en el ámbito exterior las cosas pintaba mejor para los falangistas.

A cambio, «Manuel Hedilla, gozaba de la simpatía del entonces embajador alemán Faupel y de los representantes del Ministerio de Propaganda en su rebelión contra Franco» a raíz del decreto de unificación de abril de 1937 aunque cuando llegó el momento de esta crisis, no le fueron muy útiles estas simpatías.