El origen de las checas en España: las cárceles de tortura republicanas durante la Guerra Civil
En España las checas fueron creadas como cárceles controladas por grupos de la zona republicana donde se detenía, interrogaba o torturaba a los sospechosos de simpatizar con el bando rebelde
El término checa proviene de la abreviatura de las palabras rusas Txrezvitchainaia Komissia (o Crezvycajnaja Komissija), esto es, Comisión Extraordinaria, que era el nombre de la primera policía política del régimen soviético, creada por Lenin en septiembre de 1917 para que sucediera la antigua okhrana tsarista, de la cual imitó la organización interna, combatiendo los elementos contrarrevolucionarios o desviacionistas. Fue sustituida en el año 1922 por la Gosudarstvennoje politceskoje upravlennije (GPU).
En su origen las checas eran un servicio secreto cuya única finalidad era implantar un régimen de absoluto control por parte del Estado que les permitiera a los bolcheviques perpetuarse al máximo en el poder. Lenin, en Polnoe sobranie sochineni, dice: «¡A menos que apliquemos el terror a los especuladores –una bala en la cabeza en el momento– no llegaremos a nada!». Las checas, con los años, fueron cambiando de nombre. Así se denominaron GPU, OGPU, NKVD y KGB. Recordemos que en España se organizó el Comisariato del Pueblo para Asuntos Internos o NKVD, bajo las órdenes del coronel Alexander Orlov, siendo su responsable Erno Gerö.
En Barcelona las checas se dividieron en dos periodos claramente diferenciados. Al inicio de la guerra y hasta los fets de maig de 1937, estas estuvieron dirigidas por miembros de la CNT-FAI y las patrullas de control. La dirección de las mismas estuvo a cargo de agentes del NKVD, bajo la dirección de Erno Gerö, quien tenía como ayudante a Victorio Sala.
La misión de estas checas era descubrir trotskistas y para infiltrar agentes en el POUM. Además de esto, las checas durante el periodo de la CNT-FAI sirvieron para detener a todos aquellos civiles y religiosos que la terrible represión asesinó, por el solo hecho de ser de ideología contraria a la impuesta por los republicanos.
En aquel primer periodo, antes de mayo de 1937, al estar controladas por los anarcosindicalistas, estos no llamaban aquellos lugares como checas, sino como Centros de Detención. Controlaban aquellos lugares las Patrullas de Control. Estas se encargaban de ir a buscar a todos aquellos que estaban sentenciados a muerte. Todos los que pasaron por ahí fueron asesinados. Así pues, hasta mayo de 1937, el control de la represión en la retaguardia catalana se la repartían la UGT, la CNT, ERC y el POUM. Posteriormente el control quedó en manos de los comunistas del PCE y el SIM. Ahora bien, hubo otras organizaciones políticas que tuvieron su propia checa. Y es que, en aquella época, poseer una checa significaba tener poder.
Alrededor de 345 checas
En Barcelona se contabilizaron 47 checas. Como hemos dicho, tener una checa significaba poder. Así se contabilizan 24 de la CNT-FAI; 13 del PCE-SIM; 1 de los Sindicatos; 3 del PSOE; 1 de la UGT; 1 de ERC; 1 de Estat Català, 1 del PSUC, 1 del POUM; y 1 de las Juventudes Libertarias.
En Madrid, el periodo en el cual funcionaron las checas, se estructura en tres partes. Desde el 18 de julio de 1936 al 6 de noviembre de 1936; desde el 6 de noviembre de 1936 al 9 de agosto de 1937; desde el 9 de agosto de 1937 hasta el final de la guerra. Eran centros donde se realizaban detenciones, se requisaba o se procedía a cometer asesinatos. El término checa, al menos hasta el 6 de noviembre de 1936, supuso que hubieran alrededor de 1.000 'chequistas' y se asesinara a unas 3.000 personas. Con la huida del gobierno a Valencia, el término siguió vigente.
En el fondo su manera de actuar fue el mismo que en Barcelona. Se buscó la muerte por el simple hecho de merecerla. Ellos decidían quienes vivían y quienes morían. Si en Barcelona fueron los anarcosindicalistas, en Madrid se llamaron 'chequistas', para darles una ideología, aunque todos pertenecían a partidos y sindicatos.
En total se establecieron 345 checas en Madrid y en Barcelona. Así se contabilizan 90 de los anarco-sindicalistas; 69 de los comunistas; 48 de los socialistas; 20 de las Juventudes Socialistas Unificadas; nueve de las Milicias y Ejército Popular Anarcosindicalista; 15 de las Milicias y Ejército Popular Comunista, 19 de las Milicias y Ejército Popular Socialista; dos de las Milicias y Ejército Popular JSU, 38 de las Milicias y Ejército Popular, 29 de la Inspección General de Milicias Populares, 12 de la Dirección General de Seguridad y 53 de otras organizaciones.
En 2016 se dieron a conocer los resultados de la investigación llevada a cabo por Alfonso Bullón de Mendoza, Ángel David Martín Rubio, Sara Izquierdo Álvarez, Jaime Escolar García y Francisco Marhuenda García, del Instituto CEU de Estudios Históricos. Una de las principales conclusiones a la que llegaron es que en Madrid hubo un total de 345 checas. Las 225 recogidas en la lista oficial de la causa General del Ministerio de Justicia y 120 checas no recogidas hasta ese momento. La mayoría de las checas estuvieron en edificios confinados ilegalmente a sus propietarios. Se instalaron en palacios, iglesias, edificios religiosos, casas particulares…
Las checas en la Comunidad Valenciana se instauraron en el momento que el Gobierno se instaló allí. También en ese momento se creo el SIM. Fue precisamente el SIM valenciano uno de los que peor fama arrastró, centrado en la figura de Loreto Apellaniz y su Brigada Especial, denostados hasta la saciedad incluso por algunos republicanos y acusados de numerosos crímenes en la Causa General. A los agentes del SIM se les conocía popularmente como los simios. Aunque sus funciones eran originalmente la eliminación de espías y saboteadores, la represión se extendió a todos aquellos contrarios al ideario republicano. En la Comunidad Valenciana se instalaron 55 checas. Así se contabilizan 47 del DEDIDE-SIM; 4 de la CNT-FAI; 1 del PCE; 1 del PSOE y 1 del Comité Metalúrgico.