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Entrega de la bandera del Numancia al batallón sin nombre por Martín Tovar y Tovar

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Domingo Monteverde, el marino que reconquistó Venezuela para España

Aunque solo contaba con 120 infantes de marina bajo su mando, Monteverde no dudó en engrosar sus fuerzas con voluntarios de toda clase social y raza hasta conformar un pequeño contingente con el que se lanzó a la reconquista

En la encarnizada guerra de independencia de Venezuela, España estuvo defendida por algunos comandantes excepcionales como Pablo Morillo o Tomás Boves. Entre ellos, sin duda merece también un puesto de honor el canario Domingo Monteverde, responsable de dar al traste con la llamada Primera República en Venezuela.

Monteverde nació en San Cristóbal de la Laguna (Tenerife) en 1773 e ingresó en la Real Armada. Sus primeros combates fueron en las guerras revolucionarias entre Francia e Inglaterra, participando en grandes batallas navales como el asedio de Tolón o la derrota del Cabo San Vicente. En Trafalgar combatió a las órdenes de Federico Gravina en el navío San Ildefonso, siendo herido y capturado por los ingleses.

La sublevación contra Napoleón de 1808 le encontró en Cádiz, donde como muchos marinos españoles se alistó para combatir como oficial de tierra en la guerra contra los franceses. Esta experiencia, que se demostraría luego muy útil en Venezuela, lo convirtió en un comandante versátil que destacaba por su arrojo.

Retrato de Domingo de Monteverde

Retrato de Domingo de Monteverde

En 1810 se produjo la sublevación de la élite criolla de Caracas, los conocidos como «mantuanos», en contra de las autoridades españolas, que establecieron la I República. Inmediatamente, toda la Capitanía General de Venezuela se sumió en la guerra civil. A las órdenes de Francisco de Miranda, la Junta rebelde de Caracas se hizo con el control de gran parte del territorio, pero sin ser capaz de someter la resistencia realista de algunas ciudades como Maracaibo o Coro.

La llegada de Monteverde volvió las tornas, iniciando una imparable reconquista española. El militar canario desembarcó en febrero de 1812 en Coro proveniente de Puerto Rico, con órdenes de reforzar a los realistas que allí resistían. Aunque solo contaba con 120 infantes de marina bajo su mando, Monteverde no dudó en engrosar sus fuerzas con voluntarios de toda clase social y raza hasta conformar un pequeño contingente con el que se lanzó a la reconquista. En una brillante campaña, avanzó rápidamente capturando todas las plazas rebeldes en su camino hacia Caracas.

Alarmados por los triunfos de Monteverde, la I República nombró a Miranda dictador con poderes extraordinarios para que detuviese el avance de los realistas. El 26 de marzo de 1812, Jueves Santo, se produjo un enorme terremoto que arrasó Caracas y gran parte de las ciudades rebeldes, causando entre diez y veinte mil muertos según las fuentes. La catástrofe fue entendida como un castigo divino contra los rebeldes, ya que las zonas realistas fueron mucho menos afectadas. A la vez, Monteverde supo aprovechar hábilmente el rechazo de las clases sociales más pobres, incluidos mestizos y mulatos, contra los ricos criollos mantuanos, mermando los apoyos hacia la causa independentista.

El dictador no fue capaz de resistir el empuje de las tropas realistas, que tomaron la ciudad haciendo huir al gobierno republicano

Miranda y Monteverde se enfrentaron cara a cara en Valencia, ciudad capital de la autoproclamada República venezolana. El dictador no fue capaz de resistir el empuje de las tropas realistas, que tomaron la ciudad haciendo huir al gobierno republicano. Puesto a la defensiva, Miranda se replegó y fortificó en La Victoria, donde consiguió rechazar tres asaltos de las enardecidas tropas de Monteverde, pero a costa de grandes pérdidas en ambos bandos. La situación de Miranda se volvió insostenible a finales de junio cuando llegaron noticas de una gran revuelta de esclavos negros en favor de los realistas en Barlovento y de una rebelión prisioneros que se hizo con el control de Puerto Cabello, defendida por el coronel Simón Bolívar.

Desmoralizado y constatando el creciente rechazo de la población venezolana a la independencia, Miranda capituló ante Monteverde el 25 de julio de 1812 en San Mateo, cesando toda resistencia rebelde. En cinco meses, Monteverde había reconquistado toda Venezuela para la Corona española y puesto fin a la Primera República.

Aunque Miranda intentó huir al exilio, fue apresado y entregado a los realistas por sus propios oficiales, entre ellos Bolívar, que a cambio recibió un salvoconducto de Monteverde para abandonar Venezuela. Se trató del mayor error del canario, porque solo un año después, la causa de la independencia renacería en Venezuela liderada por Bolívar.

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