Fundado en 1910
La Comisión Central para la Navegación del Rin, la institución europea más antigua

La Comisión Central para la Navegación del Rin, la institución europea más antigua

Cuando el Rin dejó de ser «frontera» en tiempos de guerra: la comisión que controla la navegación por el río

Creada por el Congreso de Viena en 1815, sigue funcionando a base de pragmatismo y objetivos precisos

Escribe el historiador Thierry Lentz en su libro sobre el Congreso de Viena que, hasta la celebración de la cumbre que rediseñó las relaciones internacionales en 1815, «la idea dominante [en materia de navegación fluvial] era que un río constituía una frontera y no un bien común», por lo que, en caso de guerra o crisis, «los beligerantes cerraban su porción de vía navegable a los transportes extranjeros, incluso para los terceros ajenos al conflicto».

El paradigma empezó a cambiar un año antes del Congreso de Viena, el 30 de mayo de 1814, fecha en que se firmó el Tratado de París, que consagró el principio de la libre circulación. «En lo sucesivo», señala Lentz, «los Estados separados o atravesados por un mismo río navegable se comprometían a resolver amistosamente todas las cuestiones relativas a la navegación por dicho río, mediante comisiones creadas en un plazo de seis meses a partir de la firma del Acta final [del Congreso]».

Así nació la Comisión Central para la Navegación sobre el Rin, una de las instituciones europea más antigua aún en funcionamiento. Su papel se vio reforzado por el Acta de Mannheim de 1868, «que amplió sus competencias para garantizar la prosperidad de la navegación en el Rin y en Europa, así como un alto nivel de seguridad para la navegación y su entorno», explica a El Debate su actual secretaria general, la neerlandesa Lucia Luijten. «Esta normativa iba a desempeñar un papel pionero en el establecimiento de un mercado de transportes libre y común, realizado en gran medida 100 años más tarde por las autoridades europeas».

La organización siempre ha continuado su labor, a pesar de guerras y conflictos

A pesar de su gran antigüedad, la CCNR es una institución internacional moderna que ha sabido adaptarse a lo largo de los siglos y ante un entorno cambiante. La organización siempre ha continuado su labor, a pesar de guerras y conflictos (excepto durante la Segunda Guerra Mundial, cuando interrumpió sus trabajos de 1940 a 1945). La sede de la organización cambió (Maguncia, luego Mannheim, después Estrasburgo), los Estados miembros evolucionaron y también lo hicieron las grandes temáticas. Pero los principios del Rin (libertad de navegación, unidad del ordenamiento jurídico e igualdad de trato) así como los objetivos (prosperidad y seguridad de la navegación interior) siguen siendo los mismos desde hace más de 200 años.

Un periodo a través del cual la institución ha sufrido diversas modificaciones en su composición. En sus inicios (1815-1871), estaba formada por representantes de los Estados ribereños: los Estados alemanes (los länder, que estaban directamente representados: Baden, Baviera, Hesse, Nassau y Prusia), Francia y los Países Bajos. Francia dejó de pertenecer temporalmente entre 1871 y 1919, a consecuencia de la anexión alemana de Alsacia –zona ribereña del Rin– y parte de Lorena.

Salón principal de actos de la Comisión

Salón principal de actos de la Comisión

A raíz del Tratado de Versalles –firmado el 28 de junio de 1919– se produce una reorganización en profundidad de la Cncr: además del regreso de Francia, Suiza, Bélgica, el Reino Unido e Italia se convierten en nuevos miembros, mientras que Alemania ocupa el lugar que anteriormente correspondía a sus länder. Sin embargo, con el advenimiento del nazismo, se retiró, junto a la Italia fascista, de las actividades de la CCNR sin renunciar a su membresía. Hubo que esperar a 1961 para que Estados Unidos se retirara. El Reino Unido hizo lo propio en 1993. Hoy en día, son miembros de pleno de derecho de la CCNR, Alemania, Países Bajos, Francia, Suiza –es decir, los Estados bañados por el Rin– y Bélgica, por la fuerte conexión entre el puerto de Amberes –uno de los más importantes de Europa– con el tráfico fluvial renano.

–¿Podrían producirse nuevas adhesiones?

–Se requeriría un protocolo adicional, pero, en teoría, sería posible. Sin embargo, con la creación del CESNI (Comité Europeo para la Elaboración de Normas para la Navegación Interior), la adhesión de un nuevo Estado miembro tiene menos interés.

El CESNI reúne a los Estados miembros de la CCNR y a los Estados miembros de la Unión Europea. Este comité, creado en 2015 bajo los auspicios de la CCNR, se encarga de adoptar normas técnicas en varios ámbitos: en relación con los buques, las tripulaciones y las tecnologías de la información.

Mas es solo un aspecto periférico del funcionamiento de una organización que combina la cooperación intergubernamental con elementos de supranacionalidad. La sesión plenaria –dos veces al año se reúne en Estrasburgo– es el órgano central y decisorio de la CCNR. Adopta las resoluciones de la Comisión Central. Cada Estado dispone de un voto. Las decisiones se toman por unanimidad.

Por lo tanto, son los cinco Estados miembros los que toman decisiones conjuntas. Una vez adoptadas las resoluciones, los Estados miembros son responsables de aplicarlas en sus propios países y velar por su cumplimiento. ¿Y si se produce un conflicto? «La CCNR representa a los cinco Estados miembros y cualquier resolución se adopta por unanimidad. Si uno de los Estados miembros no está de acuerdo, la CCNR no toma ninguna decisión ni se posiciona, por lo que no hay motivo de conflicto». La Comisión también dispone de grupos y comités especializados que realizan una labor preparatoria.

–¿Cuál es el secreto de la longevidad excepcional de la CCNR?

–La cooperación ha demostrado su eficacia desde el punto de vista económico, el ámbito de trabajo es limitado (el objetivo está claro) y los cinco Estados miembros tienen un claro interés en tomar decisiones conjuntas (las decisiones se toman por unanimidad). En efecto, dado el carácter internacional de la navegación por el Rin, todos los Estados miembros –y el sector– sólo pueden beneficiarse de una cooperación internacional eficaz. Además, la CCNR tiene una visión de 360° de la navegación interior.

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