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Lully, La Barre y otros músicos. Pintura de Tournières

Lully, La Barre y otros músicos. Pintura de Tournières

Picotazos de historia

La ridícula muerte del maestro de música de Luis XIV

Jean Baptiste Lully se encontró firmemente asentado en la corte del monarca más poderoso de su tiempo, cuya corte era una referencia mundial de la cultura y el arte

Jean Baptiste Lully (1632-1687) fue una de las grandes figuras de la música del periodo barroco, inspiración de otros grandes compositores posteriores como fue el caso de Johann Sebastian Bach y Georg Friedrich Händel. Hijo de un molinero florentino, muy joven entró al servicio de Roger de Lorena, caballero de Guisa, que le introdujo en al corte de su sobrina la duquesa de Montpensier. Es al servicio de esta dama que aprenderá a tocar el violín, el clavecín, danza, así como teoría y composición musical. No tenía veinte años cuando creó para su señora una orquesta de cámara que demostró estar mejor preparada que la del propio rey.

El Rey Sol, Luis XIV, no se dejaba eclipsar por nadie, por lo que contrató a Lully. Tras pasar un examen, que le hizo el propio monarca, fue nombrado director de lo que se conocerá como «la pequeña orquesta de violines». El hijo del molinero se encontró firmemente asentado en la corte del monarca más poderoso de su tiempo, cuya corte era una referencia mundial de la cultura y el arte.

Es en medio de este esplendor que afloró la verdadera personalidad del maestro de música: un individuo tiránico con sus inferiores y servil de manera abyecta con sus superiores; un oportunista astuto capaz de la más indigna doblez y un bisexual rabioso al cual el matrimonio y el crear una familia no contuvo en sus inclinaciones.

El joven rey Luis XIV en el papel principal de Apolo en el Ballet de la Nuit, 1653. En esa ocasión, Lully bailó junto al rey

El joven rey Luis XIV en el papel principal de Apolo en el Ballet de la Nuit, 1653. En esa ocasión, Lully bailó junto al rey

El rey Luis XIV le tenía en gran estima y valoraba mucho sus capacidades como músico, es por ello que fue tolerante con su inclinación al llamado entonces «vicio italiano» del maestro, hasta el «escándalo de 1685». Ese año se organizó un gran revuelo en la corte –fomentado por la favorita del rey, madame de Maintenon, que tenía muy poco aguante hacía personas de esta inclinación– cuando pillaron in fraganti, al maestro de música, con un joven paje que servía en el coro de la capellanía real y que se apellidaba Brunet.

Desesperado por haber sido apartado de la gracia y favor de la real persona y con idea de recuperar su prestigio a ojos del monarca, solicitó el honor de dirigir a la orquesta, de más de 150 músicos, que interpretaría el tedeum durante la misa de acción de gracias con motivo del buen resultado de la intervención de una fistula anal de Luis XIV. Un acontecimiento importante. Y si no se lo creen les hablaré de ella en otro artículo. Pero volvamos al asunto.

Representación de la ópera Alceste de Lully ("ornamentada con entradas de ballet") en el Patio de Mármol de Versalles el 4 de julio de 1674

Representación de la ópera Alceste de Lully en el Patio de Mármol de Versalles el 4 de julio de 1674

En ese tiempo el director de orquesta no utilizaba una batuta. En lugar de ello usaba un largo y pesado bastón con punta metálica en el extremo para golpear el suelo. Y es con este instrumento –llamado bastón de dirección – con el que se marcaba el ritmo para dirigir a los músicos. Pues ocurrió que, el 8 de enero de 1687, mientras ensayaba con la orquesta, perdió los nervios con los músicos, que ese día no debían estar muy finos. Bien es verdad que el señor Lully tenía fama de ser un tirano con ellos.

Como fuera, le llevaron los demonios y en un arrebato de ira se golpeó el pie con la punta del bastón de dirección. La violencia del golpe le produjo una herida y le fracturó un hueso del pie. El ensayo terminó con un Lully sacado fuera de la sala de ensayo mientras profería todo tipo de insultos y maldiciones. La herida se infectó y los médicos ofrecieron la única medicina efectiva que tenían entonces: la amputación. Lully estaba muy orgulloso de sus habilidades como bailarín y rechazó con horror tal medida. De esta manera tan estúpida acabó entregando su alma a Dios Jean Baptiste Lully (nacido Lulli), el 22 de marzo de 1687, a los cincuenta y cinco años de edad.

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