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Grabado de la cloaca máxima

Grabado de la cloaca máxima

¿Cuál fue la primera gran obra de la Antigua Roma?

Construida alrededor del año 600 a.C., la cloaca máxima es el primer sistema de drenaje de la historia de Europa

Mucho antes del esplendor constructivo que llegó a tener la Ciudad Eterna con el emperador Constantino, su último gran emperador, Roma era una modesta comunidad que luchaba por su supervivencia, lejos de las hazañas (políticas y constructivas) que llegaría a tener en el futuro. Sin embargo, se las arregló para ser capaz de uno de los grandes logros de ingeniería de la urbe, además del primero.

Hablamos de la cloaca máxima de Roma, el primer sistema de drenaje de la historia de Europa. Conocida como «La Alcantarilla Mayor» (traducción literal de su nombre), esta obra maestra de ingeniería hidráulica y arquitectónica se convirtió en la pieza central de una red de saneamiento que brindó servicio de higiene a las colinas alrededor de Roma.

Fue construida alrededor del año 600 a.C. por voluntad de Lucio Tarquino Prisco, quinto rey de Roma. Su idea era crear un sistema de canales a cielo abierto para drenar el agua de los pantanos en el fondo de los valles de las siete colonias que, en aquel entonces, se trataba de tierra inhabitada y que, con el tiempo, se convertiría en el primer foro de la ciudad. Tras un recorrido de 600 metros de largo, las aguas residuales acabarían en el curso del río Tíber.

Mapa del centro de Roma en la época del Imperio romano, con la Cloaca Máxima en rojo.

Mapa del centro de Roma en la época del Imperio romano, con la Cloaca Máxima en rojo.

Bajo la dirección de ingenieros etruscos y el trabajo de una gran cantidad de obreros, en su mayoría esclavos, este sistema evolucionaría lentamente hasta conseguir un complejo método de alcantarillas cubierto y parecido a los drenajes modernos. De este modo, la evacuación de las letrinas se realizaba hacia el sistema de alcantarillado principal; luego, a través de un canal central, al río o arroyos más cercanos. Esto permitió mejorar enormemente la salubridad, ya que el agua estancada era una fuente de enfermedades: «Se convirtió así en la pieza central de una red de saneamiento que brindó servicios de higiene a las colinas alrededor de Roma», considera Aguae Fundación.

Según iba creciendo Roma, este mecanismo canalizaba el agua que proporcionaban los once acueductos a la gran urbe hacia el siglo primero después de haber abastecido a los muchos baños públicos como las termas de Diocleciano y las de Trajano, así como a las fuentes públicas, los palacios imperiales y las casas particulares.

La principal característica de las antiguas cloacas romanas, en especial de La Cloaca Máxima, fue su estabilidad y resistencia. Lo que permitió que se mantuviese en funcionamiento durante más de mil años, como mínimo —según recoge National Geographic Historia— hasta finales de la edad imperial y posiblemente a principios de la Edad Media. Además, los estudios arqueológicos han revelado vestigios de diferentes eras, lo que indica que este sistema de drenaje recibía una atención periódica.

Vista de la Cloaca Máxima tal como aparecía en el año 1814. Óleo sobre lienzo de Christoffer Wilhelm Eckersberg

Vista de la Cloaca Máxima tal como aparecía en el año 1814. Óleo sobre lienzo de Christoffer Wilhelm Eckersberg

Los romanos exportarían esta obra de ingeniería a todas las ciudades de su imperio. Gracias a ello, tenemos ejemplos muy bien conservados de cloacas en España. Como en Cádiz, donde se encuentran los restos de la cloaca romana de Gades, que se encuentra bajo el barrio del Pópulo. Otro vestigio muy significativo es la cloaca romana de Barcelona, bajo la calle Reina Elionor. De ella, aún pueden contemplarse restos de una conducción romana subterránea.

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