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Irvine (con gorro) y Mallory en 1924 antes de atacar la cumbre del Everest

La aparición de la bota congelada de Irvine en el Everest podría aclarar si logró hacer cumbre hace cien años

Un equipo de National Geogrpahic encuentra el pie de Irvine en el Everest y podría resolver uno de los mayores misterios del alpinismo

Una bota atrapada en un trozo de hielo, un calcetín en su interior con restos humanos y una etiqueta cosida: A.C. IRVINE. Et voilà, uno de los mayores misterios de la historia del alpinismo y de la exploración acaba de resolverse.

Durante mucho tiempo el destino de los alpinistas británicos Andrey Comyn Irvine –Sandy, como le conocían– y George Mallory ha sido un interrogante cuya resolución se daba ya por imposible.

Ambos escaladores participaron en 1924 en el primer intento con posibilidades de alcanzar la cumbre del mundo: la cima del Everest.

Se trataba de la tercera expedición británica que intentaba la proeza, y esta vez parecía que iban a conseguirlo. La expedición se había dotado de equipos de oxígeno y se había preparado de forma concienzuda.

La ruta trazada para alcanzar la cima partía desde el Glaciar de Rongbuk, en el Tíbet, pues el gobierno de Nepal había prohibido a los occidentales el acceso a los Himalayas nepalíes.

El geólogo y alpinista Noel Odell, miembro de la expedición, fue el último en ver con vida a Irvine y Mallory desde el campamento V con un telescopio cuando, tras despejarse una nube, pudo observarlos ascendiendo entre rocas a 7.900 metros de altura. Luego la bruma volvió a cerrarse y nunca más volvió a saberse de ellos.

Irvine y Mallory nunca regresaron al campamento y su destino fue una incógnita durante décadas. ¿Habían logrado alcanzar la cima del Everest antes de desaparecer? ¿Cómo murieron?

En 1999 una expedición del alpinista Conrad Anker localizó los restos de Mallory. Tenía grandes heridas causadas por la cuerda que llevaba atada alrededor del cuerpo y una pierna brutalmente rota. Los indicios encontrados en el cuerpo parecía indicar que se despeñó en algún momento durante un intento de descenso nocturno, y que probablemente iba atado a Irvine.

La lógica indicaba que los restos de Irvine estarían cerca, pero nunca aparecieron. La aparición del cadáver de Mallory aumentó las especulaciones sobre si Irvine y Mallory habían conseguido ser los primeros en alcanzar la cima del Everest.

Según explica Anker, hay un detalle del cadáver de Mallory que podría apuntar a que, efectivamente, hicieron cumbre. Mallory portaba con él una fotografía de su mujer que tenía planeado depositar en la cumbre del Everest.

Esa fotografía, que nunca se encontró en la cima de la montaña más alta del mundo, no estaba en la ropa de Mallory cuando se encontró su cuerpo.

Pese a ello, por el momento, si lograron o no hacer cima seguirá siendo una incógnita. Pero, al menos, lo que acaba de resolverse es el misterio del paradero de Irvine, o como mínimo de su pie izquierdo, que es lo que acaba de localizar un equipo de grabación de National Geographic.

El equipo de grabación del documental que han protagonizado el hallazgo estaba formado por el fotógrafo y director Jimmy Chin y los escaladores Erich Roepke y Mark Fisher.

El descubrimiento fue totalmente casual. Por el estado en el que se encontraba la bota, lo más seguro es que hubiera comenzado a descongelarse pocos días antes de su aparición.

La vieron a lo lejos como uno de los muchos restos de basura acumulada en el Everest debido al bum turístico que ha experimentado la montaña en los últimos años.

Sin embargo, una corazonada llevó a Chin a acercarse a aquel resto. Rápidamente comprobó que no era un desperdicio más, sino una reliquia de la «prehistoria» del alpinismo, como si de una cápsula del tiempo se tratara.

Una bota de cuero agrietado y envejecido, pero en muy buen estado de conservación. La suela claveteada con clavos de acero de época pretérita. La emoción en el equipo de National Geographic se contenía difícilmente.

Chin describe cómo, con cuidado, levantó el calcetín y encontró la etiqueta roja con el nombre A.C. IRVINE. Una incontrolable explosión de alegría se adueñó de los miembros de la expedición de National Geographic: «Comenzamos a correr en círculos soltando tacos», reconoció el director del documental.

El hallazgo del pie de Irvine no resuelve del todo lo que sucedió en aquella trágica expedición, pero acerca un poco más a la resolución y, sobre todo, supondrá un consuelo para la familia del escalador.

Lo primero que hizo Chin fue comunicar a la dirección de National Geographic el descubrimiento efectuado por la expedición. Lo segundo fue llamar a la sobrina nieta de Irvine, Julie Summers y autora de la biografía de su antepasado. Y es que más allá de la importancia del descubrimiento para la historia, la aparición del primer resto físico del cuerpo de Irvine permitirá cerrar a su familia una herida que arrastran desde hace generaciones.

Es, con todo, un buen indicio sobre dónde buscar para encontrar el resto del cuerpo de Irvine. ¿Por qué es importante encontrarlo? La clave se encuentra en la cámara Kodak Vest de Irvine, apuntan en National Geogrpahic.

Irvine la llevaba en todo momento con él y lo más probable es que, de llegar a la cima, habría hecho fotografías desde allí. Si se localiza el cuerpo de Irvine y con él la cámara, en el carrete podría estar la clave de si Irvine y Mallory fueron o no los primeros en coronar el Everest.

Hasta entonces, ese mérito seguirá siendo del neozelandés Edmund Hillary, quien junto con el sherpa nepalí Tenzing Norgay, fue el primero en alcanzar la cumbre del Everest en 1953.