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Alfonso XIII junto al comandante y los oficiales de Elcano
De Alfonso XIII a la Princesa Leonor: un siglo de historia a bordo del Juan Sebastián de Elcano
En el Alcázar una plaza de bronce con la inscripción: Tu Primus Circumdedisti Me («Fuiste el primero que me circunnavegaste»), recuerda el título que le otorgó el emperador Carlos V a Sebastián Elcano tras la gesta de la primera vuelta al mundo
Hasta hace unos días, pocos en España sabían que la Armada tiene un bergantín-goleta de casi 100 años en el que se forman los futuros oficiales de la Armada. Tampoco sabían que Elcano es el «velero» militar en activo más antiguo del mundo, que ha navegado una distancia equivalente a unas 89 vueltas y ha visitado puertos de todo el mundo, ni que el buque es una «embajada flotante» en toda regla. Hace una semana, el Juan Sebastián de Elcano era un gran desconocido. Ahora bien, ¿por qué se llama así y cuál es su historia?
Sus orígenes se pueden descubrir subiendo a bordo. Los cuatro palos del buque, que miden casi 50 metros, tienen nombre propio: Almansa, Blanca, Asturias y Nautilus, como recuerdo de los buques-escuela que precedieron a Elcano. Durante la dictadura de Primo de Rivera, el ministerio de Marina se vio en la necesidad de modernizar la flota y renovar su buque-escuela.
La propuesta inicial consistía en trasformar un viejo velero italiano llamado Augustella, en un nuevo buque al que llamarían Minerva, la diosa griega de la guerra, la navegación y la estrategia militar. El ministerio sacó a concurso público la remodelación, que ganaron los astilleros Echevarrieta y Larrinaga en enero de 1923, con un presupuesto de dos millones de pesetas y un tiempo de ejecución de un año.
Pero la idea se desechó porque el velero era muy pequeño y tampoco se adaptaba bien a las necesidades de instrucción de los futuros oficiales. Entonces se tomó la decisión de construir un nuevo buque, desde cero, y en noviembre de 1925 comenzaron las obras en los astilleros de Cádiz. Con un presupuesto inicial de siete millones y medio de pesetas, el coste final ascendió hasta los ocho millones, que equivaldría a poco menos de 50.000 euros actuales.
Construcción de Elcano en los asilleros de Cádiz
Elcano se proyectó en plano como un bergantín-goleta con un casco de acero y cuatro palos que sostienen 20 velas. El responsable de su diseño fue el ingeniero Juan Antonio Aldecoa y Arias, el director de los astilleros. Las partes más artísticas, como el mascarón de la diosa Minerva en la proa y otras tallas menores, son obra del escultor bilbaíno Federico Sáenz Venturini. Esta historia se recuerda a bordo a través de una plaza situada en un mamparo de proa.
Juan Sebastián de Elcano
El buque se llama así porque se empeñó Horacio Echevarrieta, dueño de los astilleros que llevan su apellido. Solicitó a Primo de Rivera que el navío llevase el nombre del marino español que consiguió circunnavegar la totalidad de la tierra por primera vez entre 1519 y 1522: Juan Sebastián Elcano. A bordo se descubre parte de la historia de este marino en el Alcázar, una de las cubiertas del buque.
En el mamparo de popa, situada junto a la campana se ubica una plancha de bronce en la que aparece la inscripción: Tu Primus Circumdedisti Me («Fuiste el primero que me circunnavegaste»), que recuerda el título que le otorgó el emperador Carlos V a Sebastián Elcano tras la gesta de la primera vuelta al mundo.
Además, en la cámara del señor comandante, situada a popa hay una vidriera en el techo con el escudo de armas que concedió el emperador a Elcano en 1523, que es también el del buque. Sobre el nombre hay también cierta confusión, algunos eliminan el «de», otros escriben El Cano. Sin embargo, la respuesta a cómo debemos llamar al buque es muy sencilla. El marino español firmaba como Juan Sebastián del Cano, 500 años después lo conocemos popularmente como Elcano. Pero no hay duda sobre cuál es el nombre correcto de buque-escuela: Juan Sebastián de Elcano, porque así se decidió hace ya un siglo.
En marzo de 1927 se realizó la ceremonia de bautismo del nuevo buque-escuela, pero no fue hasta julio de 1928 cuando se incorpora de forma definitiva a la flota, tras varias pruebas de mar durante las que embarcó el rey Alfonso XIII. Desde entonces, más de 22.000 marinos han pasado por Elcano en diferentes navegaciones, entre ellos el rey Juan Carlos I en 1958 y después, en 1987 su hijo, el rey Felipe VI y ahora la princesa Leonor.
Fue construido durante la dictadura de Primo de Rivera, navegó durante la II República y permaneció inmovilizado en la Guerra Civil
Elcano también ha formado parte indirecta de la historia de España, porque fue construido durante la dictadura de Primo de Rivera, navegó durante la II República y permaneció inmovilizado en la Guerra Civil, y durante la Segunda Guerra Mundial se pintaron grandes banderas nacionales en las aletas y los costados de la proa para evitar ataques de los países en conflicto, respetando la neutralidad de España y su papel como representante nacional.