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El archiduque Francisco Fernando de Austria, heredero de la corona del Imperio austrohúngaro

El archiduque Francisco Fernando de Austria, heredero de la corona del Imperio austrohúngaro

Dinastías y poder

¿Pudo un uniforme militar salvar al mundo de la Primera Guerra Mundial?

Un estudiante serbio disparaba sobre el heredero del Imperio austro-húngaro. Algunos llegaron a decir que el encorsetamiento del uniforme evitó la inmediata asistencia sanitaria

El atentado cometido contra el archiduque Francisco Fernando llevó al mundo al estallido de la Primera Guerra Mundial. Un estudiante serbio disparaba sobre el heredero del Imperio Austro-Húngaro el 28 de junio de 1914. Pocos minutos después, fallecía junto a su esposa, también víctima del atentado. Algunos llegaron a decir que el encorsetamiento del uniforme, ajustado sobre su propia silueta para mostrar mayor compostura, evitó la inmediata asistencia sanitaria. Faltaban solo 37 días para que el mundo entrase en el mayor enfrentamiento bélico conocido hasta la fecha.

La muerte del heredero del Imperio desencadenó la tragedia

Francisco Fernando se había convertido en heredero de Francisco José en 1889. El atormentado archiduque Rodolfo, único hijo varón del emperador y la mitificada Sisi, había aparecido muerto en el pabellón de caza de Mayerline junto a su joven amante, María Vetsera. Mucho se especuló sobre su muerte, desde un suicidio pasional a un posible asesinato político a causa de las discrepancias en el modo de entender el futuro del Imperio.

¿Cómo debían integrarse las naciones balcánicas que dejaban de estar bajo el influjo otomano?, ¿era ya el Imperio algo arrebatado de vitalidad? Parte de esta polémica interpretativa, puede descubrirse en Réquiem por un Imperio difunto del historiador François Fejtö, aunque en uno y otro caso, la realidad era que Francisco Fernando, primogénito de uno de los hermanos del emperador, pasaba a ser el nuevo sucesor.

Francisco Fernando de uniforme

Francisco Fernando de uniforme

Era un hombre formado en los deberes militares, de impecable apariencia, que había dado la vuelta al mundo en dos ocasiones. Con carácter explosivo, aunque familiar, se mostraba poco dado a las veleidades que habían acompañado a su primo Rodolfo. Sin embargo, el «recambio» no dejó de plantear ciertas inquietudes entre los gobernantes pues el nuevo heredero disentía también de la visión centralizadora de Francisco José en ese engranaje cultural y religioso en el que se habían convertido los territorios danubianos.

Una realidad que, en esencia, se mantenía unida por lealtad al Emperador. Pero, Francisco Fernando, apostaba por los cambios, por un modelo de corte federalista para contrarrestar los sentimientos nacionalistas y separatistas de los eslavos.

Preocupaba además el noviazgo que Francisco Fernando mantenía con una aristócrata de origen checo con la que estaba dispuesto a casarse. Entre los Habsburgo no estaban autorizados los matrimonios fuera de los círculos de la realeza y ella, aunque «dama de corte» de la archiduquesa Isabel –madre de la regente española María Cristina– no pertenecía a ninguna familia reinante.

La unión parecía vetada por el emperador, aunque Francisco Fernando no renunciaba a su unión. Solo la mediación de León XIII y según algunas fuentes, del joven kaiser Guillermo II, valieron para convencer a Francisco José de la conveniencia de aquel enlace. El emperador accedió, aunque no sin especificar que ella quedaba fuera del juego dinástico, igual que los futuros hijos del matrimonio.

Retrato de Sofía Chotek

Retrato de Sofía Chotek

La novia, Sofía Chotek, recibiría solo el tratamiento de princesa de Hohenberg sin poder acceder, cuando llegase la hora, a la dignidad de emperatriz. Aquello, en el potente y todavía poderoso Imperio austro-húngaro complicaba todavía más la cuestión sucesoria.

La boda se celebró el 1 de junio de 1900 en Reichstadt y según las crónicas de la época, «la ceremonia del casamiento tuvo el carácter de una fiesta íntima de familia» (La Época, 3 julio 1900). Se establecieron en el castillo de Konopiste (hoy en la República Checa). Él cumplió con sus responsabilidades institucionales y tuvieron tres hijos, Sofía, Maximiliano y Ernesto, que no los acompañaban el día del fatídico atentado.

Era domingo, 28 de junio de 1914, cuando el coche descubierto de Francisco José y Sofía, un lujoso modelo Gräf&Stift, atravesaba las calles de Sarajevo con dirección al ayuntamiento. El archiduque lucía uniforme de Mariscal de campo del Ejército austro-húngaro, con guerrera azul celeste, remates dorados y tocado por un bicornio coronado de plumas verdes. La casaca, tenía unas presillas de hilo en las que se ponían las condecoraciones y medallas. El resto se ajustaba al cuerpo con botones y corchetes, igual que los actuales.

El uniforme manchado de sangre del archiduque Francisco Fernando

El uniforme manchado de sangre del archiduque Francisco Fernando

Algunas fuentes han desvelado que quien conducía el auto era nada menos que Josip Broz, el mariscal Tito, futuro gobernante de Yugoslavia. Cuando estaban a punto de llegar al destino, un obrero tipógrafo lanzó una bomba que hizo explosión, aunque la pareja resultó ilesa. Continuaron hacia el ayuntamiento donde se celebró la recepción y a la salida, otra vez con el matrimonio en el auto, un estudiante llamado Gavrilo Princip disparó contra ellos cinco tiros causándoles graves lesiones (La Correspondencia de España, 29 junio 1914).

Francisco Fernando seguía vivo con un tiro en el cuello, aunque agonizaba. Las dificultades para desvestirle debido al modo en el que, según costumbre llevaba encajada la guerrera, dificultaron la inmediata asistencia para salvarle. Moría pocos minutos después. Sofía, malherida en el abdomen, fallecía en el hospital. Era la primera sangre de un conflicto que dejaría cerca de nueve millones de muertos.

La conmoción en el Imperio fue enorme, aunque fuera de sus fronteras aquello se vio como un episodio más en el polvorín en el que se habían convertido los Balcanes. Con sus hijos apartados de la línea de sucesión, le tocaba al archiduque Carlos, sobrino-nieto de Francisco José, asumir el nuevo papel de heredero. El emperador tenía entonces 86 años. Austria exigía responsabilidades a Serbia y el 28 de julio le declaraba la Guerra. La Primera Guerra Mundial acababa de comenzar.

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