El presidente francés Emmanuel Macron
Inmigración
Francia reducirá el número de visados para inmigrantes de Argelia, Marruecos y Túnez
Macron toma la medida a raíz de la poca colaboración para la deportación de nacionales de estos paises
Francia se dispone a endurecer las medidas contra la inmigración proveniente del norte de África, enfocando sus esfuerzos en reducir el número de visados concedidos a los candidatos a la residencia francesa.
En vista de que los gobiernos de sus países se niegan a facilitar su vuelta en caso de deportación, Macron ha decidido rebajar a un 50% la cantidad de visados otorgados a aquellas personas originarias de Argelia y Marruecos y de un 30% para Túnez.
Esta decisión intenta solucionar imposibilidad de expulsión que Francia ha enfrentado estos últimos años. De las 7,731 deportaciones formalizadas, tan solo 22 inmigrantes volvieron a Argelia, su país de origen. Este bajo porcentaje se debe a la reticencia del gobierno argelino de facilitar los permisos de paso necesarios para ejecutar las expulsiones. De la misma manera, solo un 2% de los deportados marroquíes regresaron a Marruecos, mientras que a Túnez volvió casi el 40%.
En los primeros meses del 2020, 63.000 visados fueron concedidos. Macron busca ahora otorgar un máximo de 31.500 visados.
Marruecos critica la medida
El gobierno Marroquí considera la decisión «no justificada». Según Naser Burita, ministro de Asuntos Exteriores, el problema se origina en un fallo en la administración francesa a la hora de otorgar salvoconductos, y no al revés.
Le Pen propone un referéndum
El proyecto de ley que prevé someter a los franceses si gana las presidenciales de la próxima primavera «incluirá un plan completo de control de la inmigración», según indicó en conferencia de prensa.
A su parecer, la inmigración no solo se está imponiendo en el debate político preelectoral, sino que «estará en el centro del próximo mandato presidencial« y «es la gran problemática del siglo XXI».
Renegociar Schengen
La líder de la ultraderecha indicó que se impondrá también «la primacía de la Constitución y de la ley francesa» sobre las normas europeas y los tratados internacionales.
Con ese mecanismo pretende evitar que Francia tenga que salir de la Unión Europea o denunciar el Convenio Europeo de Derechos Humanos, que en cualquier caso dejaría de aplicarse cuando contraviniese normativas internas.
Otra consecuencia es que habría que renegociar acuerdos como el Tratado de Schengen, sobre las reglas de entrada y de libre circulación en Europa.
