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Fuerzas talibanas en KabulAFP

Afganistán

ISIS-K: la amenaza que busca desequilibrar al Gobierno talibán en pos del «califato puro»

Su posición de absoluta intransigencia frente a otras creencias ha atraído a antiguos militares talibanes, descontentos con su propio régimen

Dos meses después de la vuelta al poder de los talibanes, Afganistán sigue envuelto en violencia, muerte y miedo. Las tropas estadounidenses se han retirado, pero los nuevos gobernantes islamistas se enfrentan a una nueva amenaza: la insurgencia del grupo terrorista Estado Islámico, en su rama en la región de Khorashan –a partir de la cual se denominan ISIS-K–. Su movimiento tiene profundas diferencias con las creencias del talibán y busca crear un califato «puro».

Desde el regreso talibán el pasado mes de agosto, ISIS-K ha llevado a cabo una serie de atentados suicidas con bombas, incluyendo uno en el aeropuerto de Kabul y dos en mezquitas chiíes, además de matar a cientos de militares talibanes en ataques a sus convoyes. Los analistas advierten de que si la violencia de ISIS-K aumenta, podría impedir que el talibán consolide su dominio sobre Afganistán.

Al igual que el Estado Islámico 'original', ISIS-K sigue una doctrina salafista yihadista basada en la rama sunní del islam. Su posición de absoluta intransigencia frente a otras creencias ha atraído a antiguos militares talibanes, descontentos con su propio régimen. La ideología de ISIS-K buscaría imponer mayores restricciones en sus mujeres, y limitar la apertura diplomáticas con países como EE. UU., China, y Rusia.

Los analistas hablan de una «erosión de la confianza pública» en el Gobierno talibán y sus promesas de traer paz

«La guerra americana ha terminado, pero las guerras afganas no», dice el escritor Avinash Paliwal, director del instituto del sur de Asia en Londres y autor de «El enemigo de mi enemigo».

Ahora, varios analistas internacionales alertan sobre una escalada en el conflicto doméstico entre ISIS-K y el Gobierno afgano, que pondría en peligro el control del talibán sobre el territorio afgano. El analista político Nasratullah Haqpal habla de una «erosión de la confianza pública» en el Gobierno talibán y sus promesas de traer paz causado por el incremento en violencia a manos de ISIS-K.

«Los ataques están poniendo en duda la credibilidad del Talibán», añade Haqpal. «Llevan años diciendo que son el único grupo capaz de traer seguridad y estabilidad a Afganistán», pero el ISIS-K está poniendo en duda esta promesa.

ISIS-K se responsabilizó del ataque del 26 de agosto en el aeropuerto de Kabul, que mató a 180 afganos y 13 soldados americanos. También es sospechoso del bombardeo a la mezquita Eid Gah en Kabul este mes, donde líderes talibanes se reunían para conmemorar la muerte de uno de ellos.

A pesar de las fuerzas que despliega el Gobierno para contrarrestar sus ataques, ISIS-K sigue sembrando el terror. Estas últimas semanas, sus militantes han perpetrado atentados contra dos mezquitas chiíes, matando a más de 100 creyentes.