Afganistán
El informe sobre la hambruna en Afganistán «confirma nuestros peores miedos»
Más de la mitad de la población afgana se encuentra a las puertas del nivel «emergencia» en cuanto a inseguridad alimenticia
Más de la mitad de la población afgana, que asciende a unos 22.8 millones de personas, podría enfrentarse al hambre este invierno. Según un informe del World Food Program de las Naciones Unidas, el país está al borde de una crisis de hambruna.
Los datos recopilados por el informe de Integrated Food Security Phase Classification (IPC), que se traduciría como «Clasificación de seguridad integrada de alimentación» plasma que casi 18 millones de afganos (45% de la población total) están experimentando «altos niveles de inseguridad alimenticia». Si no se toma acción inmediata, se espera que la cifra suba a 22.8 millones entre noviembre y marzo.
«Es aterrador. Creo que confirma nuestros peores miedos», dice Richard Trenant, representante de la organización de alimentos y agricultura de la ONU en el país. «Lo que estamos viendo aquí es un empeoramiento dramático de la situación humanitaria en Afganistán».
Nivel 4, 'emergencia'
La IPC utiliza un sistema de clasificación de cinco niveles para medir la inseguridad alimenticia. Con el nivel «1» siendo «mínimo» y el «5» implicando «hambruna». En el caso de Afganistán, casi la mitad de la población se encuentra entre el nivel «3», en la categoría de «crisis» y el «4», «emergencia». La ONU determina este ranking midiendo factores como el acceso a la comida o el impacto de la desnutrición, sobre todo en niños.
El nivel catalogado como «crisis» significa que la gente sufre escasez de alimentos y los hogares empiezan a saltarse comidas, pero aún encuentran la forma de aguantar ya sea vendiendo sus posesiones o haciendo trabajos extra. Cuando una familia escala al nivel de «emergencia» quiere decir que esas opciones se han terminado, dice Trenchard.
«Tenemos una preocupación especial por los niños, porque además de estar siendo afectados actualmente, las consecuencias de la desnutrición pueden acompañar a un niño durante el resto de su vida», dijo.
Problemas de economía
La economía afgana ha empeorado fuertemente estos últimos meses, en gran parte a causa de la retirada de ayuda internacional cuando el talibán volvió al gobierno este agosto. A los bancos se les ha terminado el dinero en efectivo, y los envíos de afganos en el extranjero se han reducido por culpa de la pandemia.
Pero los problemas empezaron antes de que el talibán alcanzara el poder de nuevo. Las Naciones Unidas constataron que alrededor de 665,000 personas fueron desplazadas a causa de conflictos internos entre enero y septiembre. Además, una sequía que empezó a finales del 2020 llevó a que se redujese la nieve en las montañas, afectando a los granjeros que dependían de ella para sus cultivos y rebaños -casi el 70% de la población afgana vive en zonas rurales.
Ante todo, Richard Trenchard estima que la gente de Afganistán necesitará «asistencia». Ha comprobado de primera mano la rapidez con la que se desarrollan las crisis de hambruna en el mundo, de las cuales la afgana destaca por su velocidad. Su alcance nacional podría ser muy preocupante, tanto en zonas rurales como urbanas.