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Daniel Ortega junto con su esposa y vicepresidenta Rosario MurilloMaynor Valenzuela / AFP

Elecciones 2021

Las elecciones en Nicaragua buscan perpetuar el régimen de Ortega

La dirigente de la Unidad Nacional Marcela Guevara afirmó que los nicaragüenses, «a través de quedarse en casa, dieron un nuevo mensaje al dictador y a la dictadora»

os centros de votación de Nicaragua cerraron este domingo sus puertas, en una jornada marcada por la baja asistencia a las urnas y en las que se espera una nueva reelección del sandinista Daniel Ortega, en el poder desde 2007.

Las primeras urnas de los 3.160 Centros de Votación fueron cerradas gradualmente a partir de las 18:00 hora local en unos comicios en los que los ciudadanos elegirían al presidente y vicepresidente de Nicaragua, 90 diputados ante la Asamblea Nacional y 20 representantes ante el Parlamento Centroamericano.

Las autoridades electorales, que destacaron el orden y la tranquilidad con que se desarrolló la votación, esperan ofrecer los primeros resultados provisionales hacia las 20:30 hora local.

En estos comicios, Ortega busca su quinto mandato y cuarto consecutivo, con siete aspirantes a candidatos presidenciales de la oposición en situación de prisión acusados de «traición a la patria».

Reportan irregularidades

El observatorio multidisciplinario Urnas Abiertas informó de que en el marco de la jornada se registraron una serie de irregularidades, incluido detenciones de opositores, mientras que la opositora Unidad Nacional Azul y Blanco indicó altos niveles de abstención.

En un informe preliminar, Urnas Abiertas identificó «200 hechos de violencia política en los Centros de Votación», entre estos «la negación del ingreso a fiscales opositores, intimidación de paraestatales y fuerzas de choque sandinistas», o «trabajadores del Estado obligados a enviar una foto de la boleta con su nombre escrito en el sitio en que se marca la equis».

La representante del observatorio Olga Valle dijo que dos «periodistas del medio independiente Masaya Al Día fueron retenidos y liberados después mientras daban cobertura».

También reportó que hubo «casas de vigilancia en los alrededores de Centros de Votación desde donde se llevaba un conteo paralelo de quiénes acuden a las urnas», especialmente dedicados a seguir a «trabajadores públicos, policías de civil y paraestatales».

El informe también hizo referencia a visitas de militantes del gobernante Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) a casas en los barrios, para «indagar si las personas han ido a votar», así como «amenazas a militantes», supuestamente para que fueran a votar.

La también integrante de Urnas Abiertas, Ligia Gómez, señaló que Ortega violó la Ley Electoral al tratar de influir en el voto ciudadano durante los comicios, e informó de propaganda electoral oficialista en los Centros de Votación, y el uso de automóviles, incluyendo ambulancias, además de personal estatal, para «transportar» a votantes.

La coacción o facilidades para el voto se debieron a que los nicaragüenses atendieron el llamado al «paro electoral», que consistía en no salir a votar, según refirió la opositora Unidad Nacional Azul y Blanco.

La campaña «Quédate en casa»

La dirigente de la Unidad Nacional Marcela Guevara afirmó que los nicaragüenses, «a través de quedarse en casa, dieron un nuevo mensaje al dictador y a la dictadora».

Estas elecciones han sido criticadas por el encarcelamiento de siete aspirantes a candidatos a la Presidencia por la oposición, la eliminación de tres partidos opositores, y la eliminación de la observación electoral.

Al igual que la oposición, la Organización de los Estados Americanos (OEA) y la Unión Europea, han cuestionado la legitimidad de las elecciones de Nicaragua, en las que 4,4 millones de nicaragüenses fueron convocados a votar.

Ortega, que el próximo 11 de noviembre cumple 76 años y que coordinó una Junta de Gobierno de 1979 a 1984, presidió por primera vez el país entre 1985 y 1990, y busca su quinto mandato y cuarto consecutivo desde que retornó al poder en 2007.