El conflicto en Etiopía estrangula el flujo de alimentos y ayuda humanitaria de la ONU
En un primer momento se conoció que hasta 72 personas subcontratados por el Programa Mundial de Alimentos (PMA) habían sido detenidas
Dieciséis empleados etíopes de la ONU están detenidos en ese país africano por las autoridades, en un momento en que la comunidad internacional intenta poner fin al conflicto que enfrenta al gobierno con los rebeldes de la región del Tigré, al norte, informaron portavoces de Naciones Unidas.
Según Stéphane Dujarric, portavoz de la ONU en Nueva York, 16 trabajadores siguen detenidos y seis fueron liberados y no se ha recibido hasta el momento ninguna explicación sobre las razones de su arresto.
En un mensaje enviado previamente, la oficina había cifrado en 72 los detenidos en Semera, capital de la región de Afar, y había resaltado que todos ellos habían sido subcontratados por el Programa Mundial de Alimentos (PMA). Por el momento no han trascendido más detalles sobre lo sucedido.
El portavoz de la Secretaría General de la ONU, Stéphane Dujarric, denunció que habrían podido ser arrestados en medio de redadas contra personas procedente de Tigray bajo el estado de emergencia decretado la semana pasada por el Gobierno.
Grupos de derechos humanos, entre ellos Amnistía Internacional, han denunciado estas medidas de emergencia, que permiten registrar y detener sin orden judicial a cualquier persona sospechosa de apoyar a «grupos terroristas», como argumenta el gobierno.
Este no es el primer incidente entre el gobierno del primer ministro de Etiopía, Abiy Ahmed y la ONU. A finales de septiembre, el ministerio etíope de Relaciones Exteriores expulsó a siete importantes funcionarios de la ONU por presunta «injerencia».
Mayor presión diplomática
«Las informaciones parecen sugerir arrestos por motivos étnicos y, si eso se confirma, lo condenaremos firmemente», declaró desde Washington el portavoz del Departamento de Estado, Ned Price. «El acoso y la detención por parte de las fuerzas de seguridad sobre la base de la etnia es completamente inaceptable», añadió el representante estadounidense.
Los esfuerzos diplomáticos para poner fin a esta guerra aumentan, al igual que las noticias sobre las atrocidades y el hambre que castigan a la población. Este martes, el subsecretario general de la ONU para Asuntos humanitarios, Martin Griffiths, pidió que se dé una oportunidad a la paz tras haber visitado durante el fin de semana Mekele, la capital del Tigré.
Suplico a todas las partes que escuchen al secretario general de la ONU y pongan fin inmediatamente a los enfrentamientos sin condiciones
El conflicto comenzó el 4 de noviembre de 2020 cuando el primer ministro de Etiopía, Abiy Ahmed ordenó una ofensiva militar en represalia por el ataque a la base del Ejército en Mekelle tras meses de tensiones entre el Frente de Liberación del Pueblo Tigré (TPLF) y el Gobierno central en torno al aplazamiento de las parlamentarias, finalmente celebradas en junio y en las que Abiy logró una victoria aplastante ante los llamamientos al boicot y la falta de votación en varias zonas --entre ellas Tigray-- por la inseguridad.
Sin embargo, el TPLF logró importantes avances en junio que le permitieron recuperar Mekelle, tras lo que Abiy anunció un alto el fuego unilateral citando motivos humanitarios, rechazado por el grupo, que expandió su ofensiva a las adyacentes regiones de Amhara y Afar, haciendo temer una propagación de la guerra al resto del país.
Con información de AFP y Europa Press