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El jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell

El jefe de la diplomacia europea, Josep BorrellGTRES

Crisis migratoria

Bielorrusia y la UE discuten por primera vez sobre el conflicto en la frontera polaca

Josep Borrell y el ministro bielorruso de Exteriores abordan por teléfono la crisis migratoria antes de la aprobación de nuevas sanciones al régimen de Lukashenko por parte de Bruselas 

El jefe de la diplomacia europea y el ministro bielorruso de Relaciones Exteriores se entrevistaron el domingo por primera vez para abordar la crisis migratoria, la víspera de una reunión de la Unión Europea (UE) para ampliar las sanciones contra Minsk.

Josep Borrell señaló que habló por teléfono con el ministro Vladimir Makei de «la situación humanitaria precaria» en la frontera entre Bielorrusia y Polonia, que supone el límite oriental de la UE.

«La situación actual es inaceptable y tiene que cesar. Las personas no tienen que ser utilizadas como armas», afirmó Borrell en un tuit.

Según la declaración bielorrusa sobre esta conversación, Makei insistió en que las sanciones contra Minsk son «inútiles» y «contraproducentes».

Miles de inmigrantes procedentes de Oriente Medio acampan en la frontera entre la UE y Bielorrusia, lo que ha provocado un endurecimiento de las relaciones entre el bloque y Estados Unidos por un lado, y Bielorrusia y su aliada Rusia por otro.

Los occidentales acusan al régimen de Alexandr Lukashenko de organizar deliberadamente esta crisis, alentando a inmigrantes a dirigirse a este país y luego trasladarlos hasta la frontera con Polonia.

Bielorrusia rechaza esta acusación y culpa a Occidente. El presidente ruso, Vladimir Putin, también niega los hechos y exhorta a Bruselas a hablar directamente con Minsk.

«Cansados y enfermos»

En el más grande de los campamentos, cerca del poblado bielorruso de Bruzgi, las autoridades calculan en 2.000 los inmigrantes y refugiados, incluidas mujeres embarazadas y niños, aunque la mayoría hombres adultos.

Contactado por la AFP por teléfono, Bakr, un iraquí de 28 años, dijo que estaba en la frontera desde hacía seis días tras haber viajado a Minsk desde Bagdad vía Dubái, en el marco de un viaje organizado por un turoperador.

«Estamos todos cansados y enfermos», insistió.

Sangar, camionero de una treintena de años, oriundo del Kurdistán iraquí, precisó que se encontraba en la frontera con su mujer y sus tres hijos, uno de ellos de ocho años amputado de las dos piernas.

«Quiero ir a cualquier país que acepte tomar a mis hijos», dijo.

Las autoridades bielorrusas les brindan ayuda, como tiendas de campaña y calentadores, gesto que hace prever su presencia casi permanente en la frontera.

Según organizaciones humanitarias, hasta ahora han muerto al menos 10 inmigrantes.

Las oenegés alertan que la situación está derivando en una crisis humanitaria a medida que las temperaturas caen por debajo de 0º C e instan a una desescalada.

Medycy na Granicy (Médicos en la frontera), una organización caritativa polaca, anunció el domingo que suspendía sus operaciones después de que cinco autos utilizados por sus equipos fueron dañados por desconocidos.

Polonia se niega a permitir el ingreso a los inmigrantes a su territorio y acusa a Bielorrusia de impedirles retornar a sus lugares de origen.

El ministro del Interior, Mariusz Kaminski, indicó el sábado que corre un rumor entre los inmigrantes de que Polonia les permitiría pasar el lunes y llegarían autobuses desde Alemania para recogerlos.

El gobierno polaco envió SMS a todos los móviles extranjeros a lo largo de la frontera, denunciando «¡una absoluta mentira sin sentido!». La diplomacia alemana también desmintió el rumor.

Medidas concretas

Los ministros de Exteriores de la UE se reunirán el lunes para ampliar las sanciones contra Bielorrusia, tras las impuestas por la represión a los opositores al régimen de Lukashenko, quien gobierna al país desde hace casi 30 años.

Borrell afirmó que se decidirán sanciones contra todos aquellos involucrados en el tráfico ilegal de inmigrantes a Bielorrusia, incluidas aerolíneas, agencias de viajes y funcionarios gubernamentales

«Lukashenko se equivoca, cree que tomando represalias daríamos el brazo a torcer y se eliminarían las sanciones. Ocurre todo lo contrario», declaró a la publicación francesa Journal du Dimanche.

Por presión de diplomáticos europeos, Turquía ha prohibido a iraquíes, sirios y yemeníes dirigirse hacia Bielorrusia, y la aerolínea siria Cham Wings anuló sus vuelos hacia Minsk.

El primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, instó a la OTAN a tomar «medidas concretas» frente a la crisis.

«No nos basta con expresar públicamente nuestra preocupación. Lo que se necesita ahora son medidas concretas y la implicación de toda la alianza», declaró en una entrevista a la agencia polaca PAP.

Washington anunció que el secretario de Estado Antony Blinken se había entrevistado con su homólogo polaco, Zbigniew Rau.

«Las acciones del régimen de Lukashenko amenazan la seguridad, siembran la división y buscan desviar la atención de las actividades de Rusia en la frontera con Ucrania», declaró el portavoz del Departamento de Estado, Ned Price.

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