Nuevo gobierno en Alemania
Alemania estrena el Gobierno Scholz-Lindner con la vista en el problema de deuda de la UE
Alemania estrena un Ejecutivo con objetivos contradictorios entre los miembros de la coalición que lo sostiene y con un poderoso ministro de finanzas, decidido a atajar las políticas de gasto y de subida de impuestos
El nuevo Gobierno alemán, después de la larga era de 16 años protagonizada por Angela Merkel, echa a andar con el nuevo canciller Olaf Scholz al frente de una coalición de partidos heterogénea que, presumiblemente, resultará difícil de gestionar.
El nuevo canciller socialdemócrata encabezará un Gobierno «semáforo», por los colores de los tres partidos políticos que lo conformarán, formado por ministros del Partido Socialdemócrata (SPD), Los Verdes y el Partido Liberal (FDP).
De esa manera, el nuevo Ejecutivo alemán saldrá con el apoyo de 416 diputados de los 736 que conforman el Parlamento alemán (Bundestag).
Más allá de las pretensiones frustradas de lograr un Gobierno paritario, con igual número de hombres que de mujeres, en el nuevo Ejecutivo destaca el nombre del liberal Christian Lindner como ministro de Finanzas.
Los retos sanitarios planteados por la pandemia de covid-19, las consecuencias de la grave crisis económica, la creciente tensión con Rusia en el este de Europa (con la vista puesta en Ucrania y Bielorrusia), o los retos de la Unión Europea tras la salida de Reino Unido, convierten a la coalición Scholz-Lindner en una cuestión europea que trasciende del contexto alemán.
El nuevo ministro de Finanzas, con un presupuesto anual de 500 mil millones de euros, deberá hacer frente a una inflación de precios sin precedentes en décadas. Lindner abogó por reducir los niveles de deuda en la zona euro para combatir la inflación.
Los planes de Lindner chocan de forma frontal con las pretensiones de sus socios socialdemócratas y verdes, y la música de sus fórmulas recuerda a las recetas frente a la crisis de deuda del año 2007.
En un momento en que la Unión Europea decidirá si flexibiliza las normas de equilibrio presupuestario de los Estados miembro, Lindner, y los liberales alemanes, proponen contención y austeridad, de forma que se ponga punto final a la «barra libre» de deuda y sin subidas de impuestos.
En definitiva, en materia de política financiera, el nuevo Gobierno alemán, con Lindner como ministro de Finanzas, no discurriría por sendas muy diferentes a las recorridas por los Gobiernos de Merkel.
El nuevo Gobierno alemán deberá encontrar la fórmula para conjugar la política financiera de los liberales con las promesas de Olaf Scholz de subir el salario mínimo interprofesional a 12 € la hora.
Por el momento, las propuestas más radicales de socialdemócratas y verdes, como la introducción de un impuesto a la riqueza, ya han decaído ante la negativa de los socios liberales a las políticas de gasto y de subidas de impuestos.
Las pretensiones de Lindner y, por lo tanto, del nuevo Gobierno encabezado por un socialdemócrata como Scholz, chocarán con las políticas de países como España, donde el modelo es el opuesto al propugnado por el ministro de Finanzas liberal con aumento del gasto, subidas de impuestos e intervencionismo económico.
Más allá de las finanzas y la política económica, el nuevo Ejecutivo alemán encabezado por Olaf Scholz se centrará en la lucha contra la pandemia de coronavirus, la firmeza frente a Rusia ante sus pretensiones expansionistas en Ucrania y un continuismo «crítico» en la posición frente a China.