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Daniel Malgouyres junto a su esposa FrançoiseRedes Sociales

Historia de un crimen

«¿El motivo? El jardín y el dinero»: Una estrella de la jardinería, a juicio por asesinar al ladrón que él mismo contrató

El jardinero francés organizó un falso atraco para hacerse con los ahorros escondidos por toda su vivienda, y empezar una nueva vida con una amante

Una celebridad del mundo de la jardinería está siendo juzgado por matar a un supuesto ladrón. La naturaleza del asesinato, que en su primer momento se justificó como defensa propia, se torna complicada con las últimas revelaciones: el jardinero contrató a dos atracadores para amenazar a su mujer, hacerse con los ahorros de ambos, divorciarse, y huir con su amante.

Daniel Malgouyres, de 72 años, administraba junto a su esposa Françoise las visitas turísticas al jardín de Saint Adrien, en el territorio de Servian al sur de Francia. El jardín, premiado abundantemente por agencias turísticas y paisajísticas francesas, recibía unas 40.000 visitas anuales costando 6 € la entrada. Era tanto la fuente económica principal del matrimonio como su pasión.

En 2017, Daniel Malgouyres mató de un tiro a David Viers, de 43 años. Supuestamente, Viers habría irrumpido en la vivienda de la pareja junto a su cómplice Richard Bruno, con la intención de robarles las ganancias adquiridas por las visitas al jardín.

Se estima que los Malgouyres tenían más de 100.000 € en billetes escondidos por toda la casa, guardados en el congelador u ocultos dentro de ollas y sartenes para evitar impuestos. La mayoría del dinero estaba en una caja fuerte, protegida por un código secreto. Los ladrones golpearon a Françoise y la amenazaron de muerte apuntándola con sus armas; aún así, la mujer se negó a facilitarles la contraseña.

Según contaron las autoridades policiales a la fiscalía después del hecho, Daniel Malgouyres subió al piso de arriba con Viers y lo mató de un tiro.

En aquel momento, el jardinero alegó haber cometido el acto en defensa propia; ahora, sin embargo, Malgouyres está siendo juzgado por orquestar el robo a su propia mujer, que recientemente lo había descubierto con una amante. Se le acusa de asesinato.

El delegado del superintendente Thierry Laporte de la policía francesa contó al tribunal de Montpellier encargado de juzgar a Malgouyres que el jardinero había querido «asustar» a su mujer para que abandonase la casa, y poder quedarse con los cientos de miles de euros escondidos en la propiedad. Esperaba divorciarse de ella sin tener que compartir el dinero.

Laporte argumentó que Malgouyres prometió a los atracadores David Viers y Richard Bruno que podrían quedarse con los contenidos de la caja fuerte, un botín de 100.000 €. Pero el plan se torció cuando la esposa de Malgouyres resistió ante los ataques y se negó a divulgar el código. El asesinato a Viers, cuenta el oficial Laporte, siguió a una amenaza del ladrón de revelar toda la verdad a Françoise.

Tanto Richard Bruno, el ladrón superviviente, como Richard Llop, amigo de Malgouyres, lo acusan de haber orquestado el falso atraco. Ambos están siendo juzgados por complicidad y se declaran culpables; sin embargo, Daniel Malgouyres insiste sobre su inocencia, alegando haber sufrido un robo genuino y actuado en defensa propia.

De hecho, acusa de la planificación del hurto a su hijo Olivier, de 41 años, con el cual tiene tan mala relación que, según compartió con un miembro de la investigación, «tendría que [haberse] puesto condón en vez de tenerlo».

Françoise, la mujer de Malgouyres, declaró ante el tribunal sus sospechas sobre la intención de su esposo de matarla durante el falso atraco. Habría sido, según Françoise, una forma de evitar un divorcio muy caro después de que ella lo pillase en pleno affaire con Yolanda Davila Pardo, empleada del jardín.

Es una teoría que corrobora Bruno, el segundo ladrón; comenta que Malgouyres le dijo que quería empezar una nueva vida con su amante. Sin embargo, el oficial Laporte declaró ante el juzgado que a Malgouyres no le interesaba tanto su amante: «¿El motivo?», comparte, «el jardín y el dinero».

«Mi amante era mi jardín», secunda Daniel Malgouyres, alegando que Yolanda fue solo una amante pasajera.