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Silvio Berlusconi, en una imagen de archivoAFP

Italia

Berlusconi se deja querer como presidente de la República de Italia

Berlusconi y Draghi son los nombres que más suenan para suceder a Mattarella como jefe del Estado

La política italiana se encuentra inmersa en plena «batalla por el Palazzo del Quirinale» (sede de la jefatura del Estado), una compleja y opaca carrera para nombrar al sucesor de Sergio Mattarella como Presidente de la República. 

Dos son los nombres que suenan con más fuerza: el del actual primer ministro Mario Draghi y, para sorpresa de muchos italianos, el del ex primer ministro Silvio Berlusconi

La elección presidencial se celebrará en el Parlamento italiano entre el 18 y el 24 de enero pues en Italia, república parlamentaria, son los diputados y no los electores quienes eligen al jefe del Estado. El mandato de siete años de Mattarella concluye el próximo 3 de febrero de 2022 y de forma reiterada afirmó que no tiene intención de optar a un segundo mandato.

En este contexto, la prensa italiana destaca que tanto la candidatura de Draghi como la de Berlusconi plantean problemas, aunque de diferente naturaleza. Mario Draghi es el candidato que genera mayor consenso a derecha e izquierda y, si finalmente prospera como candidatura, su elección sería casi segura. 

Sin embargo, sin Draghi en el Palazzo Chigi, sede del consejo de ministros, es poco probable que las fuerzas parlamentarias fueran capaces de establecer nuevos consensos para nombrar a un nuevo primer ministro.

Por ello, la llegada de Mario Draghi al Palazzo del Quirinale, haría inevitable dar por cerrada la legislatura y el país iría a nuevas elecciones en un momento delicado con los planes de recuperación por encarrilar. 

De todos modos, Mario Draghi no se ha pronunciado sobre si pretende o no optar a la presidencia de la República, por lo que su candidatura podría ser más un deseo de algunos diputados que una realidad.

Berlusconi, candidato

Ante ese problema, que para muchos es imposible de esquivar, toma fuerza desde hace semanas la candidatura de Silvio Berlusconi. Il Cavaliere anunció oficialmente sus intenciones el pasado 20 de noviembre, cuando sorprendió con un vídeo en Twitter en el momento de recibir la segunda dosis de la vacuna contra el coronavirus. «Quien todavía no se haya vacunado, que lo haga lo antes posible», señaló en el mensaje que muchos interpretaron en clave presidencial.

Berlusconi lograría concentrar todo el voto de la derecha, con Fratelli d’Italia y la Lega de Matteo Salvini como principales apoyos.

Tendría garantizados 440 votos, pero le faltan 65 que tendría que arañar de los partidos de izquierda, poco propensos a respaldarle. Aun así, Fratelli d’Italia ya está conversando de forma discreta con el Partido Demócrata (centroizquierda) y el Movimiento 5 Estrellas para tratar de lograr algún apoyo extra. El hecho de que el voto sea secreto es, en ese sentido, una ventaja. 

Su principal problema es su pasado durante el período en que fue primer ministro. En 2013 y 2015 fue condenado por fraude fiscal y corrupción, pero, sobre todo, en la memoria de los italianos continúa fresco el escándalo de las fiestas sexuales por las que todavía tiene causas abiertas con la justicia.

En un país donde la figura del presidente es considerada como un venerable «padre de la patria» que encarna los valores y la historia de la nación, la presencia de Berlusconi como inquilino del Quirinale sería un shock para muchos italianos. 

Otro obstáculo con el que se encontrará Berlusconi es su delicada salud. De 85 años, Berlusconi padece problemas de corazón y respiratorios agravados por la COVID-19 que contrajo en septiembre de 2020.

Quien parece tenerlo más claro es el líder de la Lega, Matteo Salvini, quien afirmó que Berlusconi es «un candidato real». Aseguró que «el centroderecha debe tener la determinación de asumir la responsabilidad y el honor de elegir al presidente de la República». Y concluyó convencido de que la elección de Berlusconi como presidente de la República «será el regalo de Navidad que haremos a los italianos». 

Decide el Parlamento

Por lo tanto, el futuro es incierto en lo que respecta al sucesor de Mattarella. De hecho, aunque hasta ahora Mattarella se había descartado para la reelección e incluso ha procurado mantenerse en un discreto segundo plano, recientemente pareció no cerrar la puerta del todo. 

De ser así, sería la segunda vez en la historia de la República de Italia en que el presidente es reelegido. El primer caso fue el del presidente Giorgio Napolitano, reelegido para un segundo mandato en un momento de fuerte crisis política en Italia.

En el caso de Mattarella, el actual presidente sorprendió a todos el pasado 8 de diciembre durante la representación de Macbeth de Verdi en la Scala de Milán. El público recibió al presidente con una larga ovación de seis minutos y gritos de «bis-bis» para reclamarle un segundo mandato como presidente.

Preguntado por los periodistas a la salida sobre su opinión por lo que había sucedido en la Scala, su respuesta fue un ya no tan tajante «decide el Parlamento».