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Elecciones Chile

Las decisivas e impredecibles elecciones chilenas y el riesgo de la extrema izquierda

Aunque algunas encuestas dan como claro ganador al candidato de la izquierda, las últimas disponibles predicen un empate técnico entre ambos candidatos 

las elecciones presidenciales de este domingo en Chile tienen lugar dos años después del inicio de las violentas protestas que sacudieron al país sudamericano en octubre 2019, y tuvieron como desenlace el inicio de un proceso constituyente para reformar la constitución de 1980 heredada de la dictadura de Pinochet, a la cual se le achacan las inequidades existentes en un país, hasta antes de la pandemia, con extraordinarios índices macroeconómicos.

A pesar de que tanto la Asamblea Constituyente ya está definida en su composición con dos terceras partes dominada por la izquierda y que la primera vuelta, no sólo permitió definir los candidatos a competir este domingo, sino también configurar un poder legislativo bicameral en el que los bloques de derecha e izquierda están muy igualados, la elección del presidente de Chile sigue siendo decisiva para el país y para Hispanoamérica.

Bloques definidos y polarización

José Antonio Kast, candidato de derecha por el Partido Republicano y Gabriel Boric, candidato de izquierda por la alianza Frente Amplio –que incluye al Partido Comunista–lograron sumar apoyos de los otros candidatos que no lograron superar la primera vuelta.

Kast logró sumar al candidato oficialista Sebastián Sichel y Boric por su lado sumó el apoyo de la socialdemócrata Yasna Provoste, siendo la segunda ocasión en la historia de Chile que la Democracia Cristiana endosa su apoyo a un candidato de izquierda respaldado por el Partido Comunista. La primera vez lo hizo en 1970.

Sin embargo, tras dos debates presidenciales bastantes parejos y el empate técnico que las encuestadoras más serias predecían entre ambos candidatos, el apoyo del tercer candidato presidencial más votado en primera vuelta, Franco Parisi habría sido fundamental, pero ninguno de los dos candidatos en disputa logró su apoyo oficialmente.

José Francisco Lagos, del centro de pensamiento chileno Respública, considera que sí hubo un apoyo implícito a la de candidatura de Kast. Lagos explica a El Debate que «las críticas que ha hecho Parisi hacia el programa de Gabriel Boric con epítetos bastantes contundentes, si bien no hay un apoyo explícito a José Antonio Kast, sin duda marca una preferencia al descartar el programa de Boric como uno sensato para la realidad actual» y añadió «creo que eso es lo más importante que va a marcar la agenda para este domingo».

La meta de ambas campañas

Según el análisis de Lagos, la campaña de Kast tenía que volver a poner énfasis en las cosas que «más han estado dentro de las preocupaciones ciudadanas durante el último tiempo como la seguridad pública, la inmigración, la violencia y sobre todo ajustar el programa en aquellas cosas que hayan sido cuestionado durante la primera vuelta».

Por parte de Gabriel Boric, añade Lagos, «el gran desafío era darle sostenibilidad y transmitir sostenibilidad a su programa económico sumando gente más transversal y sobre todo intentando despejar las dudas o intentar pronunciarse sobre aquellas cosas en las que no había entrado a debatir como la seguridad, violencia, inmigración, etc.»

Según Lagos, «es difícil predecir el escenario» dado que es una «competencia bastante pareja en la que última encuesta los tienen casi empatados». Igualmente agrega que ambos debates presidenciales «no movieron tanto el eje de la percepción» ciudadana siendo lo único relevante el apoyo implícito de Pasisi a Kast.

Posibles escenarios

Chile no contempla el voto obligatorio, por lo que es un elemento que distorsiona la predicción de las encuestas, así mismo prohíbe la publicación de encuestas dos semanas antes de la elección, lo que hace que, a pesar del favoritismo del candidato de la izquierda, el resultado sea imprevisible.

Ante este escenario incierto, Lagos analiza para El Debate que si gana el candidato de la izquierda «probablemente los mercados serían afectados, el dólar subiría porque aumentaría la incertidumbre económica» y por el contrario si gana Kast «la gran disyuntiva es si la izquierda va a aceptar el resultado, refiriéndome a la izquierda que ha estado en la calle durante el último tiempo y si se producirán eventos violentos o si eso no va a pasar esa es la gran duda que hay respecto al lunes».

«Chile ha sido víctima de un experimento social sofisticado»

Precisamente sobre los temores a la violencia que podría emprender la izquierda, el expresidente colombiano Andrés Pastrana, expuso recientemente en la Iberocumbre 2021 de líderes por la democracia y la libertad que «Chile ha sido víctima de un experimento social sofisticado para destruir la democracia y entregarle el país al Foro de Sao Paulo o el Grupo de Puebla».

Según Pastrana, «este experimento consta de tres partes primero mediante una maniobra masiva de propaganda para convencer a los ciudadanos sobre todo a los más jóvenes de que el país está mal pese a haber mostrado uno de los mejores índices de crecimiento económico de toda la región; segundo, promover protestas vandálicas como las de octubre del año 2019 cuando incendiaron el metro de Santiago.

Los dirigentes del vandalismo, según el exmandatario colombiano, «eran individuos preparados y bien entrenados para ejercer el máximo daño posible» y afirmó «que fueron impulsadas y financiadas desde el exterior con el apoyo especialmente del régimen cubano, del régimen venezolano (…) estas protestas son los que Nicolás Maduro y Diosdado Cabello llaman las brisas bolivarianas».

Denunció que durante décadas las fuerzas militares y de policía han sido atacadas acusándolas de violentas y de violadores de los derechos humanos. Pastrana añadió que «para lograr el fin de paralizar a militares y policías la izquierda ha venido tomando el control de las organizaciones defensoras de los derechos humanos que siempre condenan a las fuerzas de seguridad mientras que justifican a la guerrilla urbana y a los grupos de choques marxistas.»

La tercera y fase final de este experimento social según Pastrana son las elecciones, en donde «pese a que la mayoría de los chilenos son de la centroderecha muchos prefieren optar por el candidato comunista, no porque crean en sus capacidades sino porque creen que votando por él se acabarán las protestas y volver a la tranquilidad».

La paz nunca procede de un chantajeExpresidente Andrés Pastrana

Pero advirtió que «la paz nunca procede de un chantaje, porque quizá se acaben las protestas, pero el nuevo Gobierno impondrá otro tipo de violencia, la violencia del Estado y contra del ciudadano mediante la pérdida de todas las libertades y la destrucción de la economía privada.»

Finalmente, Pastrana señaló –en clara referencia a lo podría pasar este domingo en Chile– que «lo normal en una democracia es perder las elecciones, pero lo que no es normal es en unas elecciones perder la democracia»