El regreso de los talibanes paraliza la lucha contra el aire tóxico en Kabul

El regreso de los talibanes paraliza la lucha contra el aire tóxico en Kabul

La situación del aire en Kabul se dispara a niveles tóxicos desde la llegada de los talibanes

El regreso de los talibanes lo paralizó todo en Kabul, también las medidas que la capital afgana había adoptado durante los últimos años para combatir la polución del aire, que con la llegada del invierno se dispara a niveles tóxicos.

Cuando se desciende del avión en el aeropuerto internacional de Kabul una bocanada de polución golpea la garganta, que escuece, acompañada de un olor a humo constante, como en un incendio. En el horizonte, una neblina de partículas en suspensión cubre la ciudad.

Situada a una altitud de unos 1.800 metros sobre el nivel del mar en un estrecho valle, las temperaturas medias en Kabul durante el invierno descienden varios grados bajo cero, lo que propicia que los contaminantes se mantengan a ras de suelo y no se dispersen, según detalla en un artículo el Programa de la ONU para el Medioambiente.

El principal causante de esta situación límite es el carbón, un recurso de bajo coste que proporciona energía a las fábricas y calienta edificios y casas en esta ciudad densamente poblada, explica a Efe Naqeeb Sidiqi, director de desarrollo sostenible de la Agencia de Protección del Medioambiente de Afganistán (NEPA).

En cada rincón de la capital se encuentran puestos de venta de leña o carbón, con un precio por tonelada de este último que ronda los 8.500-9.000 afganis (unos 82-87 dólares), que luego queman las familias en sus cocinas o en las habituales estufas situadas en el centro de los salones alfombrados, punto de encuentro del hogar.

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