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El presidente ruso Vladimir PutinAFP

Putin se atribuye la «victoria» en Kazajistán

El presidente ruso alaba el papel de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva, alianza militar liderada por Moscú

El presidente ruso Vladimir Putin se atribuyó la supuesta victoria en Kazajistán durante una cumbre militar virtual, celebrando el cese de las violentas manifestaciones que sacudieron las grandes ciudades kazajas la semana pasada. Describe la amenaza como una sublevación alimentada for terroristas extranjeros, y promete a los estados ex-sovieticos que la alianza liderada por Moscú los protegería en circunstancias similares.

Almaty, la mayor ciudad de Kazajistán, recuperó cierta normalidad este lunes tras una semana de agitación, la peor violencia en los 30 años de independencia del país. El número de muertos se estima en 164, y miles de personas han sido detenidas.

Los equipos de limpieza siguen recogiendo escombros en las calles, donde coches calcinados permanecen aparcados. La mayoría de las tiendas están volviendo a abrir, ha vuelto el tráfico regular, y el internet regresa durante varias horas por primera vez desde el último miércoles.

La semana pasada, Putin envió soldados paracaidistas a la escena de los disturbios, después de que agitadores quemaran y saquearan edificios públicos. Durante los enfrentamientos entre civiles y autoridades han muerto docenas de personas.

El rápido despliegue de fuerzas rusas demostró la disposición del Kremlin de reiterar su influencia sobre la que antiguamente fuera la Unión Soviética, en plena época de tensión con Occidente a causa de la actividad de sus tropas en Ucrania.

Durante la cumbre virtual de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva, alianza militar liderada por Rusia, Putin explicó que sus fuerzas habían logrado «prevenir la destrucción de los fundamentos del estado, la degradación total de la situación en Kazajistán, y bloquear a terroristas, criminales, saqueadores y otros elementos criminales».

«Por supuesto, entendemos que los eventos en Kazajistán no son los primeros ni serán los últimos en intervenir en los asuntos internos de nuestros estados desde el exterior», explicó a sus aliados. «Las medidas tomadas por la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva demuestran claramente que no permitiremos que la situación se agite en casa».

En la misma reunión, el presidente de Kazajistán Kasym-Jomart Tokayev explicó que su país había sufrido «un intento de golpe de estado».

«Bajo la guisa de manifestaciones espontáneas, se desencadenó una ola de agitación», contó. «Quedó claro que el principal objetivo era socavar el orden constitucional y hacerse con el poder».

Tanto Rusia como Kazajistán han presentado las manifestaciones como una insurrección respaldada internacionalmente, pero no han dicho a quien culpan de organizarla. Rusia responsabiliza a Occidente por fomentar las denominadas «revoluciones de color», insurrecciones que han derrocado los gobiernos de países como Georgia, Ucrania y Armenia. Asimismo, promueve su propio papel en la supresión de estas. Apoyó la represión en las demostraciones de Bielorrusia de 2020.

Según el presidente Tokayev, las tropas rusas empezaran a abandonar el país en los próximos dos días.

«La principal misión de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva se ha completado con éxito», compartió el presidente durante un discurso difundido en la televisión nacional. «En dos días empezarán la retirada escalonada de sus fuerzas. El proceso no tomará más de 10 días».

La misión incluye a más de 2.000 tropas y grandes cantidades de armamento militar pesado.