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Liz Truss, nueva ministra del Brexit, recibe animadamente al el vicepresidente de la Comisión Europea, Maros Šefčovič

Liz Truss, nueva ministra del Brexit, recibe con entusiasmo al vicepresidente de la Comisión Europea, Maros ŠefčovičAFP

Reino Unido busca «resetear sus relaciones con la UE» con salmón escocés y cordero de Gales

Liz Truss, nueva ministra del Brexit y posible sucesora de Johnson, recurre a la seducción diplomática para resolver el Protocolo de Irlanda del Norte

En plena crisis reputacional, a finales del año pasado, Boris Johnson recibió un inesperado bofetón: la dimisión de su ministro del Brexit, el discreto Lord David Frost. Con temor a dejar huérfana la importantísima negociación del post-Brexit con la Unión Europea, el Partido Conservador colocó a su «nueva Dama de Hierro», Liz Truss, en el puesto, allanándole el camino para una sucesión cada vez más posible de Johnson.

Truss estrena el cargo con la delicada gestión del Protocolo de Irlanda del Norte, que desde noviembre enfrenta a Reino Unido con la Unión Europea. Londres busca eliminar el artículo 16, que incluye a Irlanda del Norte en el territorio comercial de la UE, porque crea una segunda «frontera de aduanas» entre esta región y el resto de Gran Bretaña y perjudica a ambas.

Para facilitar el dialogo con el vicepresidente de la Comisión Europea y negociador del asunto, Maros Šefčovič, Liz Truss optó por recibirlo entre algodones durante todo un fin de semana.

En su primer encuentro cara a cara, le invitó a su residencia oficial en el condado de Kent, cerca de Canterbury. Es una mansión de 115 habitaciones, cuyo jardín contiene un estanque y un laberinto de setos. Pasean, negocian y en la mesa, saborean suntuosos platos tradicionales, como salmón ahumado de origen escocés, cordero de Gales, y tarta de manzana, elaborada con una receta clásica de la región.

Truss y Šefčovič en Cheveney, lujosa residencia de la ministra cerca de Canterbury

Truss y Šefčovič en Cheveney, lujosa residencia de la ministra cerca de CanterburyAFP

La acogedora visita de Šefčovič dista profundamente de las rígidas mantenidas anteriormente con el ministro Frost, caracterizadas por la prisa y los viajes exprés entre Londres y Bruselas. La idea de celebrar el encuentro, en un ambiente más friendly , partió directamente de Truss.

«Liz quiere que este sea un momento de reseteo con la Unión», explican las fuentes a la BBC. «No en cuanto a los principios fundamentales, pero si respecto al ritmo y al tono».

Aquellos principios siguen siendo importantes: Reino Unido busca eliminar las inspecciones a los productos que envía a Irlanda del Norte, despojar a la Corte de Justicia Europea de su autoridad sobre el tratado, y una mayor libertad de subsidios e impuestos en esa mitad de Irlanda.

Liz Truss ya ha avisado a Bruselas de que será «pragmática y constructiva» en su pugna por encontrar soluciones. Según explica a Šefčovič, considera que un acuerdo sobre los cambios al Protocolo de Irlanda del Norte allanaría el camino hacia una cooperación mejorada entre ambos bloques.

«Su idea elemental es que los problemas con el protocolo no son insolubles si las dos partes están dispuestas a ser pragmáticas», comunicó una fuente del Gobierno al periódico The Times. «Ambos tenemos una responsabilidad hacia las personas y empresas en Irlanda del Norte para resolver este asunto, y con buena voluntad debería ser posible [llegar a un acuerdo]. Lograrlo establecería una base para el tipo de cooperación que deberíamos estar teniendo frente a problemas como el de Rusia y Ucrania, donde está en nuestros intereses el trabajar juntos». 

El enfoque de Truss contrasta con el de Frost, cuya relación con Šefčovič era gélida. La Unión Europea llegó a acusarlo de ser «deliberadamente provocador», y de haber debilitado la confianza mutua.

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