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Panorámica de la planta nuclear de Chernóbil al norte de UcraniaPresidencia de Ucrania

Crisis en Ucrania

Chernóbil, una ruta clave para la invasión rusa a Ucrania desde el norte

La zona de exclusión de Chernóbil podría ser una de las rutas utilizadas por Rusia para alcanzar Kiev, lo que implicaría la cooperación del régimen bielorruso

Los esfuerzos diplomáticos de los últimos días no terminan de descartar un escenario de guerra entre Rusia y Ucrania. Putin contaría con Bielorrusia como un aliado incondicional para invadir Ucrania desde el norte intentando llegar a Kiev cruzando la zona de exclusión de Chernóbil.

Este viernes el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, insistió en que Rusia tiene planes de invadir Ucrania, una invasión que podría producirse en el mes de febrero. Un poco más tarde el presidente ruso, Vladimir Putin, se quejó ante su homólogo francés, Emmanuel Macron, de que Occidente rechazara sus exigencias para rebajar las tensiones entre Moscú y los aliados de la OTAN en torno a Ucrania.

Según un informe del Center for Strategic & International Studies (CSIS) existen tres posibles escenarios de invasión: por el norte desde Rusia y Bielorrusia, en un ataque que buscaría rodear las defensas ucranianas alrededor de Kiev. Por el centro, avanzando hacia el oeste de Ucrania. O desde el sur, desde la anexionada península de Crimea.

Posibles rutas de invasión de Rusia sobre Ucrania

Precisamente la ruta de invasión por el norte necesitaría cruzar la zona de exclusión establecida para aislar la central nuclear de Chernóbil que después del accidente nuclear de 1986 la convirtió en una verdadera cuidad fantasma, ya que la población fue evacuada por la alta contaminación que aún sigue siendo peligrosa. 

Este inhóspito lugar, que solo es visitado por turistas bajo estrictas medidas de seguridad, podría convertirse en una pieza clave en la actual tensión entre Rusia y Ucrania, puesto que Chernóbil representa la ruta directa más corta desde la frontera bielorrusa hasta Kiev.

Chernóbil podría convertirse en un escenario de guerra y Ucrania no descarta que Vladimir Putin decida tomar ese peligroso camino hasta la capital, pese a que presenta ciertas dificultades a la hora de planear una invasión, ya que se trata de una zona pantanosa y densamente boscosa.

Esta potencial amenaza rusa hace que Ucrania se vea obligada a desplegar miles de militares para custodiar una zona que abarca cerca de 2.600 kilómetros cuadrados de bosque, pantanos, aldeas abandonadas, la ciudad de Prypiat y la central nuclear Vladimir Illich Lenin. «No importa si está contaminado o si nadie vive aquí. Es nuestro territorio, nuestro país, y debemos defenderlo», manifestó a The New York Times el teniente coronel del Servicio de Guardia de Fronteras ucraniano Yuri Shakhraichuk.

Militares ucranianos en maniobras de entrenamientotwitter.com/DefenceU

El militar reconoció que los efectivos desplegados en esa región no alcanzarían para evitar una invasión rusa, pero indicó que patrullan la zona para detectar señales de advertencia y transmitirlas a las agencias de inteligencia: «Recogemos información sobre la situación a lo largo de la frontera».

El pasado otoño, los 1.100 kilómetros de frontera entre Ucrania y Bielorrusia estaban casi sin vigilancia; sobre todo en las zonas de alta irradiación. Pero la situación cambió el pasado mes de noviembre y la preocupación de las autoridades ucranianas creció aún más en las últimas semanas ante el aumento de tropas rusas y la cooperación militar entre Moscú y Minsk.

La necesaria complicidad de Lukashenko

Aleksandr Lukashenko, se ha acercado cada vez más a Rusia desde que Occidente rechazara las fraudulentas elecciones de 2019. Lukashenko tensó aún más la situación al acusar a Ucrania de acumular tropas cerca de Bielorrusia y en los últimos días lanzó una dura advertencia a Kiev y sus aliados al sostener que es «imposible» derrotar la alianza de Minsk y Moscú.

La semana pasada el Ministerio de Defensa bielorruso anunció la llegada de un número indeterminado de tropas rusas para ejercicios militares. «Los próximos ejercicios de preparación y de combate se realizan debido al agravamiento de la situación político-militar en el mundo y al aumento continuo de las tensiones en Europa, sobre todo en las fronteras oeste y sur de Bielorrusia».

Estos ejercicios se llevan a cabo en dos etapas. La primera, de aquí al 9 de febrero, incluye el despliegue de tropas rusas y bielorrusas hacia «zonas amenazadas», la protección de las infraestructuras estatales y militares y la preservación del espacio aéreo.

Aunque Moscú no reveló cuántos soldados participarán en las maniobras, ni cuánto armamento pesado va a trasladar, el viceministro de Defensa ruso, Alexander Fomin, confirmó que el Kremlin enviaría 12 cazas Su-35 avanzados y dos baterías de sistemas antiaéreos S-400.