Reino Unido encañona a los oligarcas rusos con un nuevo régimen de sanciones
La nueva iniciativa de Downing Street golpea a Rusia «donde más duele»: en la cartera
Ante la creciente amenaza de Rusia en la frontera ucraniana, y la reticencia de su presidente Vladimir Putin a tomar la vía diplomática, la OTAN empieza a blindarse. Estados Unidos ha puesto en alerta a casi 10.000 soldados, y Reino Unido anunció que duplicaría sus propias tropas. Sin embargo, el bombazo británico ha llegado de la mano de su ministra de Exteriores y del Brexit, Liz Truss, que compartió ante el país el nuevo régimen de medidas contra los oligarcas rusos y sus fortunas atesoradas en Reino Unido.
Bajo esta legislación, el Gobierno británico podrá sancionar a cualquier persona o entidad «de importancia económica o estratégica para el Kremlin». Significa que los rusos adinerados que residan en Reino Unido y colaboren con el presidente ruso Vladimir Putin podrían sufrir castigos, como la congelación de su patrimonio, o restricciones de viaje.
Sin revelar nombres o identificar a estos oligarcas rusos, Liz Truss decretó que «no tendrán donde esconderse» tras imponer la normativa.
[Queremos] que los oligarcas de Putin no puedan esconderse ni ayudar al Estado ruso
«De momento, nuestras sanciones económicas son muy limitadas, así que solo podemos atacar a las compañías directamente involucradas con la desestabilización de Ucrania», compartió la ministra con la cadena Sky News. «Queremos ampliarlas para que cualquier compañía de interés para el Kremlin pueda ser sancionada, para que los oligarcas de Putin no puedan esconderse y ayudar al Estado ruso desde lejos».
La decisión del Gobierno británico responde a las preocupaciones de Estados Unidos. La semana pasada, oficiales americanos admitieron la dificultad para imponer sanciones de peso contra Putin, a raíz de las décadas de tolerancia inglesa hacia el dinero ruso en Londres. «El dinero de Rusia está tan atrincherado en Londres que no podemos chantajear a Putin con él», se quejó un oficial de Washington.
Sin embargo, el nuevo régimen quiere poner fin a la indulgencia de Westminster. «Esto nos permitirá golpear a Rusia donde más duele», comentó una fuente del Ministerio de Exteriores a The Times. «Truss quiere que reforcemos las advertencias al Kremlin de que cualquier incursión acarreará un importante coste económico».
¿Qué es «Londongrado»?
Un reportaje del periódico The Times bautiza a Londres como «Londongrado». Revela que 100.000 propiedades en suelo británico pertenecen a entidades offshore. Por otra parte, la asociación Transparency Internacional vinculó a más de un billón de libras en bienes con fortunas rusas «sospechosas».
Existe una conexión entre el círculo íntimo de Putin, y el dinero ruso en Reino Unido. El 0.001% de los adultos de Rusia poseen más riqueza que el 99.8% restante. Este dato se traduce en 500 personas con más dinero que sus 114.6 millones de compatriotas. Ese es el electorado de Putin, las personas que le importan. Y también son quienes atesoran su riqueza en el extranjero.
Durante una cumbre en diciembre, Boris Johnson prometió a su homólogo estadounidense, Joe Biden, regular las compañías extranjeras en posesión de propiedades británicas. La iniciativa se hizo eco de una propuesta similar en 2018, cuando el comité de asuntos exteriores parlamentario investigó el dinero ruso en Reino Unido, y terminó por recomendar sanciones a los oligarcas conectados al Kremlin, más recursos para las agencias de seguridad, y «una limpieza» de los paraísos fiscales británicos. La idea se quedó en recomendación y no llegó a buen puerto.
La promesa de Johnson a su amigo Biden tampoco parecía haber dado frutos. La semana pasada, el ministro de Estado de Eficiencia y Transformación, Lord Theodore Agnew, abandonó su puesto. Además, reveló que el Gobierno había abandonado sus planes contra el dinero ruso. «Al ser el ministro anti-fraude, me parecía deshonesto continuar en el puesto al ser incapaz de hacerlo correctamente. No podía defender nuestro historial», lamentó al dimitir. La comunidad internacional considera que existe un «visado de oro» en Reino Unido, que permite a las grandes fortunas «comprar» su nacionalidad inglesa.
Johnson contra Putin
La atropellada respuesta de Reino Unido se suma al esfuerzo de Boris Johnson para demostrar su preocupación por Ucrania. Envuelto en una dura crisis de reputación que podría costarle el puesto, el premier británico busca desviar la atención del pueblo inglés, a la espera del informe que dictará si las fiestas en Downing Street fueron o no ilegales.
Johnson viajará a Ucrania para sopesar la situación desde la propia región amenazada. Asimismo, conversará con Putin en una llamada telefónica para hacer hincapié en la importancia de la diplomacia y tratar de disuadir al mandatario ruso de llevar a cabo una invasión.
Por su parte, la ministra de Exteriores Liz Truss se reunirá con su homólogo Sergei Lavrov. Además, Reino Unido duplicará sus 1.500 soldados para enviar 3.000 a la frontera, su contribución a las fuerzas de la OTAN.