Acusan a la ONU de retrasar un informe sobre derechos humanos en China hasta después de los Juegos Olímpicos

China logró un gran éxito de imagen este viernes con la inauguración de los Juegos Olímpicos de Invierno de Pekín. El presidente de China, Xi Jinping, no iba a permitir que ningún asunto geoestratégico le amargara su gran acto de propaganda.

Después de la polémica campaña de boicot encabezada por Estados Unidos, ningún otro asunto iba a ensombrecer la ceremonia. Y ese otro asunto podría haber sido el informe de la ONU sobre la violación de derechos humanos en China contra la minoría uigur.

Según publicó el periódico South China Morning Post, China habría pactado retrasar la publicación del informe hasta que finalicen los Juegos Olímpicos, a pesar de que ya está redactado.

La portavoz del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Liz Throssell, aseguró que el informe no podría estar listo antes del comienzo de la cita olímpica. Sin embargo, las fuentes de South China Morning Post, el informe ya está ultimado para su publicación.

Una antigua empleada del Alto Comisionado, Emma Reilly, se mostró muy crítica con el modo en que la ONU está gestionando las violaciones de derechos humanos contra los uigures. Según señaló, el freno a la publicación del informe tiene una motivación política y «conviene a ambas partes».

Reilly protagonizó en noviembre una agria polémica al filtrar documentos que probarían que la ONU estaba facilitando al gobierno chino nombres de disidentes, y fue despedida por ello.

Parlamentarios estadounidenses también se mostraron muy críticos con la Alta Comisionada de las Naciones Unidas Para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, y le recordaron que existía un compromiso de su oficina con publicar el informe de forma inminente.

«Ningún país puede eludir el escrutinio internacional por cometer abusos contra los derechos humanos», defendieron los parlamentarios.

La situación de los uigures en China motivó la campaña de boicot internacional contra los Juegos Olímpicos de Pekín. Estados Unidos, Australia, Reino Unido, Canadá anunciaron que no asistirían a la ceremonia de apertura como forma de protesta.