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El presidente de la Federación Rusa, Vladimir Putin. -/Kremlin/dpaKremlin/dpa / Europa Press

Guerra Rusia - Ucrania

Putin exige el reconocimiento de la soberanía rusa sobre Crimea para poner fin a la invasión a Ucrania

Reconocimiento de la soberanía rusa sobre Crimea, neutralidad y desmilitarización y «desnazificación» de Ucrania. Esas son las tres exigencias del presidente ruso Vladimir Putin para poner fin a la invasión de Ucrania.

Putin planteó estas exigencias preliminares al presidente francés, Emmanuel Macron, durante una conversación telefónica que mantuvieron este lunes.

La conversación entre ambos mandatarios se produce mientras se desarrollan las negociaciones de paz entre Ucrania y Rusia en el puesto fronterizo bielorruso-ucraniano de Aleksandrovka-Vilcha. Ambas delegaciones se encuentran dialogando desde esta mañana y han expuesto sus reclamaciones.

El ministro de exteriores bielorruso, Uladzimer Makey, que actúa como anfitrión, recibió a la delegación ucraniana con un inquietante «podéis sentiros completamente seguros».

Los equipos negociadores de Rusia y UcraniaAFP

La delegación ucraniana ha exigido para negociar con Rusia un alto el fuego inmediato: «La clave es un alto el fuego y la retirada de las tropas del territorio ucraniano», señaló la parte ucraniana por medio de un mensaje difundido en el perfil de Twitter de las fuerzas armadas ucranianas.

February 28, 2022 ">

El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, se mostró poco optimista sobre los resultados de la negociación: «No creo mucho en el resultado de esta reunión». Sin embargo, aceptó que Ucrania explore la vía diplomática «para que ningún ciudadano ucraniano tenga dudas de que yo, como presidente, no intenté parar la guerra».

Durante una conversación telefónica mantenida con el primer ministro británico, Boris Johnson, el presidente ucraniano afirmó que las próximas 24 horas serán cruciales para Ucrania, por lo que abogó por incrementar la ayuda militar de occidente para garantizar la resistencia ucraniana.

Tropas rusas desmoralizadas

El avance de la invasión no se está desarrollando como planeaban los estrategas rusos y las tropas ya empiezan a padecer los efectos del cansancio y la desmoralización ante la resistencia mostrada por los militares y milicianos ucranianos.

En ese contexto, el negociador ruso, Vladimir Medinski, afirmó que «nos hemos propuesto llegar a un acuerdo, pero tiene ser en el interés de las dos partes». Cuando más se alargue la guerra, menos opciones de éxito tendrá Rusia.

Después de dos días de fuerte empuje, el avance de las tropas rusas se ha ralentizado y en algunos frentes, incluso detenido.

Entre el jueves y el sábado, los invasores rusos se introdujeron en el interior de Ucrania desde la península de Crimea hacia Odessa por el Mar Negro hasta conquistar la ciudad de Jersón. También desde Crimea por el Mar de Azov para tratar de conquista la ciudad portuaria de Mariupol y crear un pasillo hacia el Donbás. Desde la frontera rusa central hacia el río Dniéper; y desde Bielorrusia y el norte de la frontera ruso-ucraniana hacia Kiev, que les permitió conquistar la central nuclear de Chernóbil y cercar la capital ucraniana.

Avance de las tropas rusas en UcraniaKindelan

Las tropas rusas, acompañadas de un fuerte bombardeo sobre las posiciones ucranianas y gracias a la aplastante superioridad aérea rusa, han logrado conquistar con relativa facilidad y sin casi resistencia amplias zonas de campo abierto, pero están encontrando grandísimas dificultades para controlar los centros urbanos.

La estrategia ucraniana de defensa pasa por dejar avanzar a los soldados rusos en campo abierto y plantarles cara en las ciudades, donde los soldados rusos se han encontrado en una ratonera.

La invasión no está siendo el paseo militar que se esperaban Putin y sus estrategas. Los soldados ucranianos, mucho mejor entrenados que en la guerra de 2014, cuando Ucrania perdió Crimea y el Donbás, fuertemente armados por los países de la OTAN con cohetes antitanque Javelin, Stinger y Nlaw, además de los drones Bayraktar de fabricación turca, está suponiendo un hueso duro de roer para el poderoso ejército ruso.

Los soldados rusos, por su parte, están empezando a sufrir los efectos del cansancio después de meses movilizados en las fronteras ucranianas y de una guerra relámpago que les está suponiendo un gran esfuerzo con avances que no cubren las expectativas.

Según publica The Times, los planes de Putin consistían en conquistar Kiev y otras ciudades importantes de Ucrania en 48 horas y forzar a Zelenski a capitular.

Además, Putin habría imaginado una épica ceremonia en el simbólico monasterio de las Cuevas de Kiev, el lugar más sagrado de la capital ucraniana, en la que un humillado presidente Zelenski le rendiría pleitesía y le entregaría a Rusia su país. Esa escena, al menos de momento, no se va a producir.

Muchos soldados, algunos tremendamente jóvenes, se encuentran desmoralizados. Nadie esperaba una guerra urbana de guerrillas, más bien rápidos avances y poca oposición. A cambio, se están encontrando con una resistencia atroz no sólo del ejército regular ucraniano, también de civiles, incluso rusoparlantes, a los que muchos soldados rusos ven como sus conciudadanos.

Los números de víctimas no dejan de elevar. La Alta Comisionada para los Derechos Humanos de la ONU, Michelle Bachelet, cifró en 102 civiles muertos y cientos de heridos, además de más de 300.000 refugiados.

El gobierno ucraniano elevó la cifra de civiles muertos durante los combates a 350 fallecidos, entre ellos 16 niños.

En un ataque registrado en la tarde de este lunes en barrios residenciales de la ciudad de Járkov se han producido al menos 11 muertos, una cifra que podría aumentar dada la magnitud del ataque.

El ejército ruso aún no ha recurrido a toda su capacidad bélica para doblegar a Ucrania. Sin embargo, los problemas e imprevistos que se está encontrando en esta primera oleada de la invasión aconsejan prudencia antes de involucrar a más efectivos.

Las imágenes de soldados rusos saqueando supermercados ucranianos, o de precarios camiones de suministros atrapados en el barro de los bosques de Ucrania, muestra lo que los servicios de inteligencia occidentales y el ejército ucraniano sobre el terreno están apuntando: Rusia tiene serios problemas logísticos para sostener el avance a gran escala de sus tropas.

Amenaza nuclear

El alto mando del Kremlin está tomando decisiones que, aparentemente, responden a la improvisación ante el desarrollo de los acontecimientos: el envío de 12.000 soldados chechenos a combatir en Ucrania, el anuncio de la entrada de Bielorrusia en la guerra y el envío de miles de mercenarios del grupo Wagner a Ucrania para asesinar al presidente Zelenski.

Al mismo tiempo, el Kremlin anunció que Putin había dado la orden de poner en alerta las «fuerzas de disuasión» del ejército ruso, lo que se anunció como la puesta en alerta del armamento nuclear ruso. Otro elemento más que indica que, sobre el terreno, la guerra no se desarrolla como había planeado el presidente ruso.

Las capacidades militares rusas podrían verse aún más comprometidas por los efectos de las sanciones adoptadas por occidente: en la mañana de este lunes, el rublo se desplomó un 28% y se situó a 107,48 dólares por rublo en un mínimo histórico.

Por su parte, el presidente Zelenski trata de sumar todos los recursos humanos posibles frente al envite ruso. Después de haber movilizado a la población civil y de haber pedido voluntarios, ahora ha anunciado que sacará a los presos con experiencia militar de la cárcel para que luchen contra el invasor: «No ha sido una decisión fácil desde el punto de vista moral, pero sí útil».

Además, el presidente ucraniano sigue incesante su campaña diplomática para lograr una mayor implicación de la OTAN y la Unión Europea en defensa de Ucrania. Su último movimiento ha sido pedir a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, el ingreso de Ucrania en la Unión Europea.

Por otra parte, la Santa Sede se ha ofrecido a poner la maquinaria de la diplomacia vaticana al servicio de la mediación entre Rusia y Ucrania en una negociación para lograr un alto el fuego. En un mensaje de Twitter, el presidente Zelenski agradeció al Papa Francisco sus «palabras de consuelo en este momento difícil».