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La policía reprime a manifestantes en San PetersburgoAFP

Guerra Rusia-Ucrania

Rusia reprime con brutalidad a su propio pueblo en las manifestaciones contra la guerra

La policía rusa detuvo a un grupo niños que acudieron a la Embajada de Ucrania en Moscú a dejar un ramo de flores

Son manifestaciones tímidas, no muy numerosas, pero cada vez se producen en más ciudades de Rusia. Las concentraciones ciudadanas contra la invasión rusa de Ucrania están creciendo a lo largo y ancho del gigante euroasiático. Por el momento, se han registrado en 103 ciudades. Sin embargo, el Kremlin no está dispuesto a dejar espacio a la más mínima oposición interna a sus planes y las está reprimiendo con dureza.

La policía rusa ha detenido a más de 6.400 personas en Rusia por manifestarse contra la guerra. De ellas, al menos 3.000 han sido detenidas en Moscú.

San Petersburgo y Moscú son las ciudades donde se han producido un mayor número de concentraciones y las más numerosas. Pero las protestas se han registrado en todo el país.

Las manifestaciones surgieron con temor de forma espontánea al inicio de la invasión, y aumentaron de intensidad tras el llamamiento del opositor ruso encarcelado por el régimen de Vladimir Putin, Alexéi Navalni. Por medio de un mensaje difundido en Facebook, Navalni pidió a los rusos a manifestarse contra la invasión a Ucrania.

«Pido a todo el mundo que tome las calles y que luche por la paz», dijo el opositor. «Si para frenar la guerra tenemos que llenar las cárceles y las camionetas de la policía, llenaremos las cárceles y las camionetas de la policía», defendió.

En una comparecencia judicial el jueves pasado, Navalni se expresó en contra de la guerra y aseguró que se trata de una cortina de humo de Putin para ocultar a los ciudadanos rusos los problemas internos y el deterioro de la economía.

Miedo a la represión

Por el momento las manifestaciones no son masivas ni ponen en aprietos a las fuerzas de seguridad. Más bien, los manifestantes acuden con bastante miedo a la represión policial. Las pancartas son escasas, las proclamas se limitan a rechazar la guerra y las manifestaciones consisten en silenciosas caminatas por la calle.

Los muchos años de régimen de Putin en Rusia, donde no se ha permitido ninguna actitud de contestación o protesta a las políticas del Kremlin, han destrozado a la sociedad civil. Inmersa en una profunda espiral del silencio, los contrarios al régimen y a las continuas aventuras militares de Putin comienzan ahora a salir a la luz.

Símbolos de las protestas

A pesar de que las manifestaciones aparentan ser bastante inofensivas, la policía se afana en reprimirlas con especial violencia. La contestación de los rusos a la guerra de Putin en Ucrania ya ha dejado varios símbolos de las protestas.

En una manifestación celebrada en la ciudad de Ekaterimburgo, un grupo de policías rodea a una mujer joven que participaba en la manifestación. Intentan detenerla, pero ella los ignora sin inmutarse. Finalmente la reducen a golpes con una violencia desproporcionada. El vídeo ha estado circulando por las redes sociales en las últimas horas y ha causado la indignación en la sociedad rusa.

Otro episodio que ha contribuido a calentar todavía más los ánimos entre los rusos fue la detención de un grupo de niños que acudieron a dejar flores en la embajada de Ucrania en Moscú con un cartel rechazando la guerra.

Los niños habían acudido a la embajada ucraniana junto con sus padres. La policía los detuvo y, tras retenerlos en un camión policial, trasladaron a las familias a una comisaría, donde les requisaron los teléfonos y amenazaron a los padres a gritos con retirarles la custodia de los niños. Finalmente, las familias fueron liberadas, pero deberán comparecer ante el juez.

La antigua portavoz del opositor Navalni denunció la brutalidad policial con un mensaje en Twitter: «¡Esto es fascismo! Mata a los niños ucranianos, y a los rusos los mete entre rejas».

Un tercer caso que está circulando entre los ciudadanos rusos es el de la artista de 78 años, Elena Osipova, superviviente del asedio a Leningrado durante la Segunda Guerra Mundial y un símbolo de la resistencia rusa frente al nazismo.

Como tantos otros ciudadanos, se manifestó en San Petersburgo contra la guerra y fue detenida por la policía rusa por llevar carteles contra la guerra y contra las armas nucleares.

Defensores de la invasión rusa

De todos modos, la oposición a la invasión rusa a Ucrania no es, ni mucho menos, unánime en la sociedad rusa. Como ejemplo, el caso de Masha, una joven rusa de 24 años educada en Europa y residente en la capital rusa.

En declaraciones a El Debate afirmó que «como ciudadana rusa estoy totalmente de acuerdo con la operación del gobierno ruso en Ucrania. Es algo que se tenía que hacer».

«Putin está en lo correcto. Además, no se puede decir que haya sido totalmente su decisión, el no es el único que participa en la toma de decisión. Esta decisión se ha tomado dentro del gobierno ruso», argumentó.

La joven pro Putin continuó: «Es una decisión que no se ha tomado en un momento. Ha sido una decisión adecuada, es lo mejor para nuestro país, y lo mejor para Ucrania, ya que ese país ha estado fuera de control durante demasiados años. Durante ese tiempo se ha producido una guerra dentro de sus fronteras, pero nadie ha querido hablar de ello».

«Me entristece todo lo que está sucediendo. Sin embargo, algo había que hacer. Tarde o temprano se habría producido la guerra, y sucedió ahora», concluyó.