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El presidente de Estados Unidos, Joe BidenAFP

Biden busca alternativas al crudo ruso en Venezuela

Un acuerdo entre Washington y Caracas podría significar la recuperación de la capacidad petrolera venezolana

Una delegación de alto nivel de EE.UU. ha viajado a Venezuela para reunirse con el presidente Nicolás Maduro, mientras que el mundo busca alternativas al petróleo ruso, en caso de que las sanciones de Occidente sobre Rusia se endurezcan luego de su invasión de Ucrania.

En la visita de mayor relieve de los últimos años, los funcionarios estadounidenses trataron el posible levantamiento de sanciones a las exportaciones de petróleo venezolano, a medida que Biden considera prohibir las importaciones de petróleo y gas ruso.

EE.UU. es exportador neto de energía en general y de petróleo en particular desde hace varios años. Sin embargo, Rusia se ha colocado como el segundo mayor exportador de petróleo a EE.UU., por detrás de Canadá y adelantando a México. El crudo ruso ha sustituido en parte al venezolano, cuyas exportaciones tradicionalmente cruzaban el Caribe para ir a parar a las refinerías estadounidenses del Golfo de México, construidas específicamente para su crudo pesado.

Si bien Venezuela acopia las mayores reservas de petróleo del mundo y fue una potencia exportadora, su capacidad productiva se ha deteriorado considerablemente en los últimos años, entre malas gestiones, corruptelas y sanciones, pasando de los tres millones de barriles de petróleo diarios hasta caer por debajo del millón, –las cifras siempre son orientativas por el flujo de petróleo que sale de Venezuela disfrazado con falsa bandera–.

Un acuerdo entre Washington y Caracas podría significar la recuperación de la capacidad petrolera venezolana si se desmontan las sanciones y se permite a las energéticas occidentales –también a la india Reliance– invertir y operar los campos caribeños y de la faja petrolífera de la cuenca del Orinoco. En todo caso, sería a medio plazo. Según los cálculos del economista Francisco Monaldi de la Rice University, Venezuela podría producir dos millones de barriles diarios más en cinco años, luego de una inversión de doce mil millones de dólares al año.

Los precios de la energía disparados por la guerra de Ucrania; el precio del barril de petróleo Brent se acerca a su récord histórico de 2008, sobre los 140 dólares. Ante este panorama, firmas de Wall Street y otros inversores estadounidenses reconocen una oportunidad para presionar a la Administración de Biden a levantar sus sanciones sobre uno de los productores de petróleo con mayor potencial del hemisferio occidental.

El contacto entre los delegados de Biden y Maduro representa un cambio significativo en la política de Washington hacia Caracas. Las relaciones diplomáticas con el régimen de Maduro están rotas desde 2019, cuando la Administración de Donald Trump impuso sanciones más duras y pasó a reconocer junto a otros 60 países al opositor Juan Guaidó como el presidente legítimo de Venezuela. Desde entonces, Guaidó ha perdido apoyos, e incluso sus valedores se resignan a tratar con el gobierno de facto en el Palacio de Miraflores, el de Maduro, mientras que este ha conseguido aferrarse al poder, recayendo en Cuba, Rusia, China e Irán.

Las elecciones de medio término en EE.UU. este noviembre asoman en el horizonte. Con las mayorías en el senado y la cámara de representantes en juego, Biden y los demócratas procuran acotar los precios del combustible. Entretanto, halcones republicanos interpretarán cualquier aperturismo con Caracas como signo de debilidad. El senador Marco Rubio de la Florida, influyente también en el Comité de Relaciones Exteriores del Senado, se apresuró a comentar en redes sociales «Biden está usando a Rusia como una excusa para hacer el acuerdo que siempre quiso hacer de todos modos con el régimen de Maduro. En vez de producir más petróleo estadounidense, quiere reemplazar el petróleo que le compramos a un dictador asesino con el petróleo de otro dictador asesino».

La refinería Citgo, de origen venezolano, pero que opera en EE.UU. podría ser una ficha clave en la negociación. Varios acreedores tienen procesos legales abiertos en los que reclaman a Citgo, pero hasta ahora, el Gobierno de EE.UU. ha bloqueado cualquier intento de toma de control de la refinería, controlada por la oposición de Maduro desde 2019.