Día 33 de la guerra en Ucrania
Los periodistas rusos desafían a Putin con una entrevista a Zelenski
Moscú prohíbe su difusión y acusa de «agentes extranjeros» a los periodistas
La libertad está en riesgo, pero la vida también. Estos son los desafíos que afrontan los periodistas en la Rusia de Vladimir Putin. En rigor, no muy diferentes a los que tiene cualquier persona que exprese públicamente su desacuerdo con el pensamiento imperialista del ex agente del KGB. Aún así, los medios de comunicación mantienen un coraje formidable y retan al Kremlin con informaciones valiosas que demuestran que la invasión de Ucrania, no es una «operación especial» sino una guerra brutal desatada por capricho del amo del Kremlin.
El último desafío al poder absoluto de Moscú lo protagonizó un grupo de periodistas al aceptar una entrevista conjunta con Volodimir Zelenski que Putin ha prohibido difundir. La entrevista, sin aparente límite de tiempo ni condiciones, la publicó en su cuenta de Telegram el presidente de Ucrania. Antes el ente regulador ruso, el Roskomnazor, emitió un comunicado en el que advertía que ningún medio de comunicación o red privada podía publicar las declaraciones del enemigo que, en realidad, es su víctima.
De la cita por videoconferencia participaron media docena de colegas populares como Mijail Zigar o Tijon Dziadki, éste último director de TV Rain, televisión clausurada por su mirada independiente. Zelenski insistió en esta comunicación, que «Rusia debe conocer la verdad. Los periodistas rusos del canal de Youtube de Zigar, TV Rain, el portal Meduza y de Kommersant y Novaya Gazeta tuvieron respuestas a todas su preguntas», anunció dando muestras de su apertura total.
Algunas de sus declaraciones arrojaron algo de luz a las negociaciones -continúan hasta el jueves- o al menos a lo que Zelenski considera que es imperativo para poner fin a la guerra. «Necesitamos un acuerdo con el presidente Putin» pero, advirtió, «los garantes no firmarán nada mientras haya tropas en Ucrania».
Impensable una entrevista similar al presidente de Rusia, los periodistas -a los que atrapen- se arriesgan, en el mejor de los caso, a terminar en el banquillo. El acoso a los medios de comunicación o el terror a que los rusos escuchen la versión de Zelenski queda manifestó en los términos del comunicado del Roskomnadzor. «Los medios que hayan realizado entrevistas serán sometidos a escrutinio para determinar el alcance de su responsabilidad y la respuesta apropiada que se adoptará». Dicho esto, lanzó el inevitable aviso en forma de acusación: «son agentes extranjeros», consignó en alusión a algunos de estos colegas.
Acoso de la «operación especial»
La censura de los medios nacionales e internacionales no es nueva aunque se ha recrudecido desde el 24 de febrero, madrugada en que las tropas rusas entraron a sangre y fuego a la región separatista del Donbás, para luego seguir su ruta accidentada en lo que denominó «primera fase» de la «operación especial». En octubre del pasado año una quincena de países denunció el , «acoso cada vez mayor» a los medios que no seguían a pies juntillas las directrices de Moscú. Alemania, Francia, Reino Unido, Canadá, Australia, Dinamarca Grecia e Islandia, entre otros, firmaron una declaración conjunta donde expresaban su preocupación. España, se descolgó de la condena.
Tras la invasión, por orden judicial, se cerraron más medios y redes. Entre otras, las que están en la órbita de Meta como Twitter, Instagram o Facebook, a las que la justicia de Putin considera «extremistas». Whatsapp, por ahora, se ha librado del cerrojo al no ser un medio de «difusión pública de información». No así el diario alemán Bild o la web del periodista Alexander Nevzorov, éste último exiliado en el exterior y al que investiga la Fiscalía General
Buena parte de las agencias de noticias extranjeras, corresponsales y enviados especiales a Rusia abandonaron, en plena guerra, el país por temor a terminar encerrados en un calabozo. La guerra ha potenciado la ira de Putin, la censura y las detenciones a los que considera subversivos. La desinformación forma parte de una estrategia bélica que, pese a todo, no ha arrojado los resultados esperados por él. Nadie le cree y el coraje parece estar venciendo al miedo.
La sumisión ya no es patrimonio general de la sociedad y la prohibición de Twitter, Instagram y Facebook, ha provocado que la gente agudice el ingenio o sus conocimientos informáticos para para violar las prohibiciones mediante una red privada (VPN).
Las técnicas para deshacerse de los medios de comunicación y sus profesionales, varían y se perfeccionan. Pero también el ingenio de los censurados, el último ejemplo fue el de Marina Ovsyannikova que irrumpió en directo en el telediario para denunciar la guerra y las «mentiras» del Canal 1 del que era editora. Estuvo detenida unas doce horas, le impusieron una multa simbólica y ahora está pendiente de un juicio donde la pueden condenar a 15 años de cárcel. En una situación similar se pueden encontrar hoy los periodistas que se animaron a cumplir con su trabajo y lograr el sueño de cualquier colega: entrevistar a Volodimir Zelenski.