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Civiles muertos en las calles de BuchaAFP

Día 40 de guerra en Ucrania

La masacre de Bucha asesta un duro golpe al Kremlin, que contraataca con su arsenal de bots

Las tropas del Kremlin han dejado tras ellos un escenario de destrucción y muerte en los suburbios de Kiev, la capital de Ucrania.

A medida que recuperan el control de las zonas que, hasta hace unos días, han estado ocupadas por el ejército ruso, los soldados ucranianos no dejan de encontrar nuevos cadáveres de civiles asesinados.

Muchos están tirados en el suelo junto a objetos de su cotidianidad: bicicletas, llaves de casa, bolsas con comida.

Otros están maniatados con signos de haber sufrido torturas como quemaduras o mutilaciones. Los fiscales ucranianos informaron de 410 cuerpos recuperados, pero los números de víctimas siguen subiendo.

La ciudad de Bucha, una zona residencial con chalets y apartamentos con una población de 30.000 personas y lugar de descanso de muchos vecinos de Kiev, se ha convertido en símbolo de los crímenes de guerra cometidos por los ocupantes.

Los muertos que se acumulaban en las calles eran tantos que tuvieron que enterrarlos en una fosa común

El alcalde de la localidad informó que los muertos que se acumulaban en las calles eran tantos que tuvieron que enterrarlos en una fosa común. Hasta 280 víctimas enterraron en dicha fosa.

Los primeros periodistas que lograron entrar en Bucha después de la liberación de la ciudad describieron una escena dantesca con decenas de cuerpos tirados en el suelo.

Las condenas internacionales no se hicieron esperar y el Kremlin contraatacó con un comunicado del ministerio de Defensa ruso en el que negaba cualquier masacre y acusaba al gobierno ucraniano de orquestar un montaje propagandístico.

Para argumentarlo, los medios de propaganda rusos difundieron un vídeo en el que aparecen supuestas víctimas dentro de bolsas de plástico negras. De repente uno de los muertos saca un brazo, enciende un pitillo y se pone a fumar.

El vídeo es, para Moscú, la prueba irrefutable de que las escenas de terror en Bucha son un montaje.

Un análisis demuestra que el vídeo de la supuesta víctima que fuma es falso

«Durante el tiempo en que la ciudad ha estado bajo el control de las fuerzas armadas rusas, ni un solo residente local ha sufrido ninguna acción violenta. Los militares rusos han entregado y distribuido 452 toneladas de ayuda humanitaria a civiles en la región de Kiev», aseguró el Kremlin en el comunicado.

Sin embargo, Televisión Española publicó un análisis en el que se demuestra que el vídeo de la supuesta víctima que fuma es falso, una fake news de libro.

Un bulo de toda la vida fabricado con imágenes del making off de un vídeo clip del año 2020 del rapero ruso Husky, como demuestra TVE.

La virulencia con la que el Kremlin trata de contraatacar las noticias sobre la masacre de Bucha en el ámbito propagandístico muestra que Moscú está nervioso.

Las pruebas de crímenes de guerra podrían suponer un golpe de gracia para los planes expansionistas de Putin en un momento en que el ejército ruso se muestra vulnerable con la retirada en los frentes del norte.

El papel de los bots

El profesor de la Universidad CEU San Pablo y especialista en fake news, Ignacio Blanco Alfonso, explicó a El Debate que para comprender el origen de los vídeos falsos sobre la matanza de Bucha hay que hacerse una pregunta clave: «¿A quién beneficia la propagación de un vídeo teatralizado?».

La respuesta: «Sin duda a Rusia. Casi seguro es Rusia la que está detrás». «La lógica nos dice que estos montajes proceden de quien trata de contrarrestar las noticias sobre la masacre que estamos leyendo en los medios del mundo occidental».

Argumentó que «esos vídeos tienen sentido en el contexto del sistema de comunicación a través de las redes sociales, que producen una percepción fragmentaria de la realidad».

«Uno solo de esos vídeos teatralizados que consiga viralizarse a través de los bots (en este caso, los bots rusos), puede conseguir imponer en un determinado momento un mensaje», señaló.

Los bots desempeñan un papel crucial en las campañas de desinformación sistemáticaIgnacio Blanco, profesor de la Universidad CEU San Pablo

«Esos bots, además, están conectados entre sí. No hablamos de un bot, hablamos de miles de bots interconectados», añadió.

Los bots «desempeñan un papel crucial en las campañas de desinformación sistemática. Son cuentas falsas en redes sociales (principalmente Tik Tok, Instagram, Twitter) operadas por inteligencia artificial, no por seres humanos».

Estas cuentas «se programan para desarrollar una actividad que sería imposible de desarrollar por seres humanos, porque tendría que estar retuiteando la fake news cada minuto».

El éxito de estos vídeos, o mensajes, difundidos por los bots para inundar las redes, radica en su corta duración y su mensaje sencillo. En el caso de la propaganda rusa el mensaje sería: «Esto es lo que Ucrania está haciendo para intentar perjudicar la imagen de Rusia».

En ese contexto, «tiene mucho sentido que la contrapropaganda rusa fabrique vídeos para intentar contrarrestar la fuerza de la verdad, la fuerza de las imágenes que estamos viendo en los medios de comunicación libres».

Imponer la verdad

El profesor Blanco destacó que el objetivo principal de la propaganda de Moscú es controlar la opinión pública de Rusia. «Le interesa mucho más controlar la información dentro que lo que se dice en el exterior. Rusia está intentando evitar que dentro del país se imponga la verdad que estamos conociendo en el resto del mundo».

Sin embargo, advirtió, «es muy difícil ponerle puertas al campo y a veces llegan también estas informaciones a Rusia».

El profesor del CEU encuadró esta estrategia de propaganda, donde los bots juegan un papel central, en el contexto de la guerra híbrida desatada por Rusia desde hace años.

En la sociedad de la posverdad lo que priman son los sentimientos por encima de los hechosIgnacio Blanco, profesor de la Universidad CEU San Pablo

«Una guerra en la que la información rusa ha ido preparando el terreno para justificar la invasión de Ucrania». Una estrategia propagandística que encuentra en la sociedad de la posverdad el entorno propicio para desarrollarse.

La sociedad de la posverdad, apunta el profesor Blanco Alfonso, «no significa algo que viene después de la verdad. Posverdad quiere decir que la verdad es irrelevante, que la verdad ha pasado a un segundo plano».

En un contexto de posverdad, «Putin puede decir que el presidente ucraniano es un nazi que está exterminando a los rusos del Donbás, sin ninguna prueba, y no importa, porque en la sociedad de la posverdad lo que priman son los sentimientos por encima de los hechos demostrados».

En ese entorno, «la información es, como en todas las guerras, un arma más que se utiliza para controlar a la opinión pública en favor de la opción que uno patrocine».

Ante las evidencias de que los supuestos montajes, los órganos propagandísticos del Kremlin han ofrecido una tercera versión. El ministerio de Defensa ruso reconoce ahora que sí hay decenas de civiles muertos en Bucha, pero responsabiliza al batallón ucraniano Azov.