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La presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, y el presidente de Ucrania, Volodímir ZelenskiTwitter Ursula von der Leyen

Guerra Rusia-Ucrania

Las atrocidades rusas despejan el camino de Ucrania hacia la Unión Europea

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha prometido acelerar la adhesión de Kiev a la institución comunitaria, el informe sobre la candidatura será «cuestión de semanas», ha asegurado

Las atrocidades cometidas por el Ejército ruso en Ucrania han provocado que la Unión Europea establezca como prioridad la adhesión de este país a la institución comunitaria. La UE se había mostrado cautelosa ante las peticiones del presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, de activar «mecanismos especiales» para una rápida incorporación de su país a la Unión, pero los últimos acontecimientos han hecho que la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, reconsideré la petición y ha prometido acelerar la adhesión de Ucrania a la Unión Europea.

La masacre de Bucha, así como las imágenes de Borodyanka, que han revelado los horrores de la invasión rusa, han impactado a la comunidad internacional, que ha mostrado su rechazo, llegando a suspender a Rusia del Consejo de Derechos Humanos de la ONU con 93 votos a favor, 24 en contra y 58 abstenciones. Ursula von der Leyen viajó ayer a Kiev, junto a Josep Borrell, alto representante de la Política Exterior de la Unión, para ser testigos en primera persona de la crueldad de esta guerra y mostrar el apoyo de la institución a Ucrania.

Los líderes europeos, enfundados con chalecos antibalas, se dirigieron a los alrededores de la capital ucraniana, donde visitaron una fosa común. Una vez en Bucha y tras haber visto la devastación que presenta la ciudad tras la retirada de las tropas rusas, Von der Leyen lanzaba un mensaje para todos aquellos que niegan lo ocurrido en Ucrania: «Hemos visto toda la frialdad del Ejército de Putin. Hemos visto la imprudencia y el corazón frío que ellos han tenido al ocupar esta ciudad. Hemos visto la humanidad en pedazos en Bucha».

Ursula von der Leyen y Josep Borrell, mientras visitan una fosa común en la ciudad de BuchaAFP

Mientras que la presidenta de la Comisión Europea y el alto representante de la Política Exterior de la Unión condenaban los ataques rusos en estas localidades, Rusia atacaba una estación de tren en Kramatorsk, en la región de Donetsk, repleta de civiles que esperaban coger un tren para huir de, precisamente, los bombardeos. Al menos 52 personas han muerto a causa del impacto de un misil en la central ferroviaria y más de un centenar han resultado heridos.

El ministro de Relaciones Exteriores de Ucrania, Dmytro Kuleba, ha acusado a Rusia de ser consciente de que «la estación de tren de Kramatorsk estaba llena de civiles que esperaban ser evacuados» y aun así «la atacaron con un misil balístico». La presidenta de la Comisión Europea, ya en Kiev, denunciaba el ataque contra la estación de tren, que tachaba de «despreciable». Borrell también condenaba lo sucedido en Kramatorsk y ha acusado a Moscú de «cerrar las vías de escape de quienes huyen de esta guerra injustificada» y «causar sufrimiento humano».

Tras una reunión entre el presidente ucraniano y los líderes de la Unión Europea, Von der Leyen y Zelenski mostraban su buena sintonía, durante una declaración conjunta, donde el mandatario ucraniano agradecía la ayuda y el apoyo de la Unión. La presidenta de la Comisión Europea, por su parte, ha anunciado que su institución elaborará el informe sobre la candidatura para el proceso de adhesión de Ucrania a la Unión Europea «en semanas». «Aquí empieza tu camino hacia la UE», le ha aseverado a Zelenski, mientras le entregaba un informe repleto de preguntas, que el presidente ucraniano deberá completar para iniciar el proceso.

«El objetivo es estar en la Unión Europea. Lo más importante es que compartimos los mismos valores. Y es por ellos que luchamos, por la libertad, por los derechos de nuestro pueblo», ha asegurado Zelenski en la rueda de prensa. Aún así el presidente ucraniano ha insistido en seguir presionando a Rusia a través de más sanciones y, sobre todo, con el envío de armas a su país. La Unión Europea, según ha adelantado la propia Ursula Von der Leyen, ya estaría preparando la sexta ronda de sanciones contra Moscú, poco después de haber aprobado un quinto paquete, que afecta por primera vez al sector energético.

Más armas para Ucrania

La Unión Europea daba luz verde, este jueves, justo un día antes de la visita de sus líderes a Kiev, a una nueva batería de sanciones contra Rusia, que incluye la prohibición de las importaciones de carbón ruso, así como un embargo de armas a Moscú y el veto de exportar alta tecnología al país. Además, Borrell ha anunciado que la UE destinará otros 500 millones de euros del Fondo Europeo para la Paz a una ayuda militar adicional para Ucrania, con el objetivo de «seguir apoyando la valiente defensa de su país y su pueblo».

A este anuncio se suman los realizados por el primer ministro de Reino Unido, Boris Johnson, y su homólogo alemán, Olaf Scholz, que se han comprometido a enviar más ayuda militar a Kiev. Johnson por su parte, ha adelantado que su Gobierno enviará equipamiento militar por valor de 100 millones de libras (120 millones de euros), entre los que se incluyen misiles antiaéreos Starstreak y 800 misiles antitanques.

Estados Unidos también contribuirá a aumentar la capacidad militar de Ucrania. El presidente norteamericano, Joe Biden, ha informado, a través de un comunicado, que su país desplegará una batería antimisiles Patriot en Eslovaquia, a cambio de que este país envíe a Kiev su sistema de defensa antiaérea. Los países de la OTAN han incrementado el envío de armas al país de Europa del Este, sobre todo, tras la difusión de las imágenes de Bucha y Borodyanka.

Rusia sin embargo continúa negando su implicación en estas matanzas, al igual que ha negado haber perpetrado el ataque del viernes contra la estación de tren Kramatorsk. El Kremlin ahonda en el discurso de que se trata de un «montaje» de Ucrania y Occidente, que busca «el fracaso de las conversaciones de paz», así como un pretexto para «seguir imponiendo sanciones» a Moscú.