Día 43 de guerra en Ucrania
Cinco objetivos de Vladimir Putin para su conquista de Ucrania
El presidente de la Federación rusa necesita resarcirse del fracaso de sus objetivos de la primera etapa de la invasión
Moscú necesita una victoria. Vladimir Putin busca compensar sobre el campo de batalla lo que a todas luces se aprecia como un fracaso, al menos en la primera fase, de la invasión.
La estrategia militar del hombre que soñó con una «operación especial» rápida no ha funcionado, pero está a tiempo de cambiarla. Estos son cinco posible objetivos para Moscú.
En busca de símbolos
El 9 de mayo se celebra en Rusia el aniversario de la capitulación, en 1945, de la Alemania nazi frente a las tropas aliadas, especialmente soviéticas. El Kremlin tendrá que presentar a su opinión pública un balance positivo.
«Putin está obsesionado por las fechas simbólicas y la historia. Por lo tanto tiene desesperadamente necesidad de una victoria antes del 9 de mayo», considera Alexander Grinberg, analista del Instituto para Seguridad y Estrategia de Jerusalén (JISS).
«Rusia no puede permitirse perder», refexiona Serguei Karaganov, presidente honorario del Consejo para la Política Exterior y de Defensa rusa, afín al presidente ruso. «Lo que está en juego para la élite rusa es mucho. Para ellos se trata de una guerra existencial», añadía al sitio New Statesman.
Asaltar Mariúpol
Los rusos «quieren lograr la toma completa de Mariúpol», afirma Alexander Grinberg. Esta ciudad del sureste del país, situada en el mar de Azov, está prácticamente derruida por los incesantes bombardeos de Rusia desde y da la impresión que no tardará en caer.
«Es una posición que reclama un número importante de fuerzas de asalto», analiza Pierre Razoux, director académico de la Fundación mediterránea de estudios estratégicos (FMES).
Controlar Mariúpol garantizará una continuidad territorial de Crimea con una franja que uniría hasta las dos repúblicas separatistas prorrusas del Donbás, Donetsk y Lugansk. Eso facilitaría a los rusos «avanzar para tomar lo que resta de Donbás y fijar un espacio continuo en el sur de Ucrania y el litoral del mar de Azov», precisó Pierre Razoux.
Más territorio
Rusia quiere precisamente garantizar la seguridad de las conquistas registradas en las últimas semanas y el control incuestionable de las ciudades y regiones de Lugansk y Donetsk.
Su objetivo es «establecer a largo plazo regímenes de ocupación» en el Donbás, asegura Ivan Klyszcz, investigador estoniano para el grupo de reflexión Riddle.
La hipótesis de un cese del fuego está sobre la mesa, pero «la guerra está lejos de terminar. Las cosas podrían cambiar y dar ventaja a los rusos en caso de operación exitosa en el Este de Ucrania», considera el Instituto estadounidense del estudio de la guerra (ISW).
Si un cese del fuego ocurre sobre el principio de «conserva lo que tienes», «Rusia podría quedarse con varias partes de Ucrania», confirmó Ivan Klyszcz. «Eso, –matiza– crearía fronteras de facto en el lugar donde se sitúa la línea del frente» de batalla.
Ganar tiempo
«El Ejército ruso perdió más tropas en las dos primeras semanas de la guerra en Ucrania que los estadounidenses en 20 años en Afganistán», subraya el grupo de reflexión Soufan Center de Nueva York (Estados Unidos).
Frente a la resistencia de Ucrania, el Estado mayor ruso tuvo que revisar sus objetivos, pero no necesariamente a largo plazo. Pierre Razoux menciona inclusive la posibilidad de «partir Ucrania en dos», teniendo en cuenta el río Dniepr. «Pero esto no ocurrirá en esta secuencia», asegura.
Rusia debe reconstituir sus fuerzas y reemplazar el armamento y los blindados destruidos. Un cese de los combates le posibilitaría «volver al asalto y jugar el segundo round de aquí a seis meses o un año».
Pero la pausa beneficiaría también a Ucrania. «Más allá de la batalla actual por el Donbás, si esto se convierte finalmente en una guerra de desgaste, Ucrania estaría en una posición más favorable», observa en Twitter Michael Kofman, experto de Rusia en el Centro de análisis navales (CNA) en Washington.
Divide y vencerás
Rusia ha constatado el frente unido de Occidente pero éste parece fácil de quebrar. Un ejemplo, cuando el presidente estadounidense Joe Biden mostró su preocupación y dio a entender la necesidad imperativa de que Putin dejara el poder, el presidente francés Emmanuel Macron tomó una prudente distancia.
Atentos a potenciales fisuras entre los socios, Reino Unido, Estados Unidos, Francia, Alemania e Italia reaccionaron y se advirtieron mutuamente para evitar «relajarse en lo que respecta a la unidad y determinación» frente a la invasión rusa.
El punto más polémico es el de la energía ya que no todos los países tienen el mismo grado de dependencia. Alemania es la que está más atada al gas ruso y no puede soltar lastre de la noche a la mañana. «El objetivo es también dividir a la opinión pública de los países: los europeos entre ellos, una parte de estos frente a los ucranianos o los europeos y los estadounidenses», destaca Pierre Razoux.