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Putin, durante una ceremonia en Moscú en 2018

Vladimir Putin, durante una ceremonia en Moscú en 2018GTRES

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¿Por qué Putin nunca mueve el brazo derecho cuando camina?

A lo largo de sus más de 20 años en el poder, el presidente ruso ha llamado la atención por sus extraños andares. En 2015, un estudio halló la posible explicación a su costumbre

Comienza el vídeo y Vladimir Putin camina por un pasillo, una explanada o un bosque de la taiga siberiana. Solo, acompañado por otro jefe de Estado o rodeado de una comitiva. Las circunstancias son indiferentes; lo que no cambia es su manera de moverse. En todas y cada una de las grabaciones en las que el presidente de Rusia aparece caminando, ya sea ayer o cuando llegó al poder, hace 22 años, llama la atención un detalle difícil de pasar por alto a simple vista: Putin nunca (o apenas) mueve su brazo derecho en plena marcha.

Al andar, las personas balancean los brazos de manera alterna por inercia, lo que proporciona estabilidad al cuerpo y brinda un plus de energía en el movimiento. No es, sin embargo, el caso del mandatario: como si de un brazo ortopédico o inerte se tratase, Putin lo mantiene siempre pegado a la cintura, moviendo por el contrario el izquierdo de manera mucho más enérgica que en las condiciones de un desplazamiento normal.

Aunque en un primer momento hubo quien lo atribuyó a un principio de Párkinson, en 2015 un equipo de neurólogos publicó en la prestigiosa revista British Medical Science un estudio que reveló la posible explicación a esta anomalía: Putin tiene, al igual que otros funcionarios rusos, el llamado «paso del pistolero», una táctica de seguridad instruida por el extinto KGB a los aprendices de espía.

Al comenzar el estudio, los expertos descartaron rápidamente la hipótesis del Párkinson al no apreciar otros síntomas asociados a la enfermedad, como el temblor en las manos o una escasa coordinación de los miembros. Por ello, orientaron sus pesquisas hacia la otra conjetura que barajaban: la formación del mandatario en la inteligencia soviética.

Tras indagar en esa dirección, los expertos hallaron un «manual de entrenamiento de la KGB» en el que encontraron aparentemente la respuesta a la intrigante cuestión. Dicha guía enseñaba a los espías a caminar con la mano derecha pegada al pecho para poder así desenfundar el arma en una fracción de segundo en caso de necesidad. «Encontramos otros ejemplos de una oscilación mínima de un brazo vinculada al manejo de las armas: en los vaqueros de las películas del oeste», agregaba el estudio.

Putin ingresó en los servicios de espionaje de la URSS a mediados de los 70, pero interiorizó tanto el método –al igual que otras enseñanzas que definen su carácter personal y político– que tras su paso por el cuerpo no dejó nunca de aplicarlo.

El hábito no es exclusivo del líder ruso, según destaca el estudio, que analiza el caso de otros tres altos funcionarios con formación militar y del expresidente Dmitri Medvédev, con unos andares similares a los de Putin. No obstante, a Medvédev, elegido directamente por Putin para sustituirle durante el periodo en el que no pudo optar a la reelección (2008-2012), no se le conoce ninguna instrucción de carácter castrense. Por esta razón, los autores del trabajo apuntaron en su momento que su caso podía obedecer a una manera de mimetizarse o imitar a su superior.

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