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El presidente Putin con el líder chechenoAFP

Día 48 de guerra en Ucrania

El hombre de Putin en Chechenia no da por perdida Kiev: «Habrá una nueva ofensiva»

Ramzan Kadyrov se mostró muy crítico por la decisión de Rusia de retirarse del norte de Ucrania y aseguró que los chechenos «no vamos a dar ni un paso atrás»

¿Bravuconada o un desliz que podría revelar los planes de Putin en Ucrania?

El lenguaraz presidente de Chechenia, Ramzan Kadyrov, aseguró que Rusia no ha renunciado, ni mucho menos, a la conquista de Kiev y de toda Ucrania.

En una alocución difundida en su hiperactivo canal de Telegram, el líder checheno, acusado de crímenes de guerra y de violación de los derechos humanos en su política de puño de hierro en Chechenia, aseguró que una vez conquistada Mariúpol y el Donbás, Rusia iniciará una nueva ofensiva sobre Kiev.

«Primero liberaremos por completo (el Donbás), y luego conquistaremos Kiev y las demás ciudades» de Ucrania, afirmó. «No vamos a dar ni un paso atrás, os lo aseguro», añadió.

Somos luchadores

Ramzan Kadyrov se mostró hace unos días muy crítico con la decisión de poner fin a la ofensiva sobre Kiev y replegar a las tropas rusas en el frente norte, y con las conversaciones con el gobierno de Kiev en Estambul.

«Somos luchadores y no estamos de acuerdo ni con estas negociaciones ni con sus acuerdos», afirmó en declaraciones recogidas por el diario El País.

Rusia anunció el pasado 29 de marzo una «reducción radical» de su actividad militar en Kiev y Chernígov, es decir, el repliegue de sus tropas en el frente norte.

El plan inicial del Kremlin era lanzar una guerra relámpago contra Ucrania para conquistar en cuestión de días Kiev y las principales ciudades ucranianas y forzar la dimisión del gobierno de Volodimir Zelenski y su sustitución por un gobierno prorruso.

La feroz resistencia ucraniana, el apoyo de los países occidentales con el envío de armas, y la mala planificación logística de los estrategas del Kremlin, favoreció el fiasco del ejército ruso.

Miles de bajas en solo unas semanas, cantidad ingente de material militar calcinado y el fracaso en prácticamente todos los objetivos obligó a Moscú a recular.

Tras cesar a gran parte de la cúpula del ejército y de los servicios de inteligencia internos, el FSB, Rusia anunció que iba a centrarse en su objetivo principal: la conquista de Mariúpol y del Donbás.

La retirada rusa del norte de Ucrania reveló los crímenes de guerra cometidos por las tropas de Putin con miles de civiles muertos, torturados y mutilados, además de decenas de denuncias de violaciones y abusos sexuales cometidos por los soldados rusos.

Ramzan Kadyrov se mostró entusiasmado desde el inicio de la invasión el 24 de febrero y ofreció un apoyo sin grietas al presidente ruso.

El presidente checheno envió a Ucrania un importante contingente de soldados chechenos pertenecientes a la Guardia Nacional chechena al mando del general Magomed Tushaev, su mano derecha, que murió en el intento de asedio a Kiev en los primeros días de guerra.

Para motivar a sus soldados, Kadyrov, musulmán devoto al igual que la mayoría de los chechenos, convocó una yihad, una guerra santa islámica, en Ucrania.

Esta nueva declaración de Kadyrov se enmarca en su estrategia de ganar peso en la cúpula del Kremlin.

Consciente de contar con un respaldo pleno de Vladimir Putin, el mandatario checheno es el único que se atreve a criticar públicamente los errores del ejército ruso en Ucrania y a atacar de forma directa a la corte política del presidente ruso.