El líder de Chechenia prepara un golpe de mano contra la élite del Kremlin con la protección de Putin
Ramzan Kadyrov, señor de la guerra y líder de Chechenia, ha endurecido el tono de sus críticas contra la élite del Kremlin por la gestión de la invasión de Ucrania
Muchos en los pasillos del Kremlin se echan a temblar sólo con escuchar el nombre de Ramzan Kadyrov, señor de la guerra bajo el amparo de Vladimir Putin y líder absoluto de Chechenia.
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Todo aquel que sea objeto directo de sus críticas sabe que tiene motivos para preocuparse, y últimamente ha puesto en su punto de mira a demasiadas cabezas pensantes de Moscú.
En esta ocasión, el blanco de los agresivos comentarios del presidente checheno ha sido el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov.
Ciego de ira
Según The Times, Kadyrov, muy crítico con las negociaciones con Ucrania y ciego de ira por la retirada rusa de Kiev, acusó a Peskov de no ser un verdadero patriota: «Algo habrá que hacer al respecto», afirmó en unas declaraciones inquietantes.
El presidente de Chechenia está en el poder desde el año 2007 y ha sido acusado de crímenes de guerra y violación de los derechos humanos como violaciones sistemáticas, torturas y ejecuciones sumarias.
Kadyrov tiene absoluta autonomía para gobernar Chechenia como le plazca, donde ha instaurado un régimen de terror, mientras mantenga su lealtad a Rusia y, en particular, a Vladimir Putin.
Hace unos días se le pudo ver en el frente de Mariúpol acompañado de su hijo de 14 años, a quien vistió de militar y le endosó un fusil de asalto.
Kadyrov no ahorró críticas a las negociaciones en Estambul con Kiev y a la retirada de las tropas rusas de la región de Kiev: «Somos luchadores y no estamos de acuerdo ni con estas negociaciones ni con sus acuerdos», afirmó en declaraciones recogidas por el diario El País.
Guerra santa
Kadyrov ha movilizado a miles de voluntarios chechenos para combatir en Ucrania. Territorio mayoritariamente musulmán, el señor de la guerra convocó una yihad, o guerra santa islámica, para motivar a sus soldados en el combate.
Cercano al presidente ruso, Putin trata al líder checheno como si fuera un hijo. Lo ha dotado de un poder inusitado que le permite formular con impunidad unas críticas a la élite militar rusa que nadie más se atrevería a hacer.
No en vano, Kadyrov, que fue antiguo líder independentista checheno y cambió de chaqueta para convertirse en fiel aliado del Kremlin, es el hombre que logró aniquilar el movimiento independentista checheno y quien mantiene a raya todo conato de rebelión en la díscola república del Cáucaso.
Frente a la decadencia del otrora todopoderoso Peskov, arrastrado como toda la élite de Moscú por las dificultades en Ucrania, Kadyrov es ahora el intocable y nadie en el Kremlin se atreve a rechistarle.
Preocupación en el Kremlin
La principal preocupación en este momento, a la luz de sus continuas declaraciones contra la cúpula del Kremlin, es que esté conspirando para dar un golpe de mano y hacerse con el control de la seguridad de la Federación Rusa.
Sólo una acción decidida de Putin podría evitarlo, pero parece improbable que eso se produzca. Una fuente anónima del Kremlin citada por The Times señala que Kadyrov está embarcado en una campaña a conciencia de desprestigio contra los líderes del área de seguridad de la Federación Rusa.
The Times consultó también a la analista política especializada en el Kremlin, Tatiana Stanovaya. Según esta experta, «Kadyrov es un problema para el Kremlin», pero no para Putin.
Equilibrio de lealtades
Se trata de un equilibrio de lealtades. La fidelidad de Kadyrov hacia el presidente ruso parece fuera de toda duda, no así para los gerifaltes de Moscú.
Stanovaya aseguró que son muchos dentro del gobierno ruso los que quieren poner fin a la guerra, pero ninguno está dispuesto a hacer algo para lograrlo.
Peskov reaccionó al ataque del peligroso aliado de Moscú con una balbuceante justificación. Defendió que aquellos con responsabilidades en el Gobierno no deben competir entre ellos para demostrar quién es el más patriota.
Ramzan Kadyrov es uno de los más firmes partidarios de la invasión rusa a Ucrania. En los primeros días de la invasión mandó a su lugarteniente, el general Magomed Tushaev, también acusado de crímenes de guerra, a dirigir a las tropas chechenas.
Tras hacerse unas fotografías sonriente y armado hasta los dientes en el frente de Kiev, Tushaev fue eliminado por la resistencia ucraniana el 26 de febrero, solo dos días después de comenzar la guerra.