Rusia amenaza con bombardear Kiev y Estados Unidos responde enviando más armas a Ucrania

Estados Unidos y Rusia elevan el tono de sus acusaciones y amenazas con Ucrania como campo de batalla. En las últimas horas, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha acusado al presidente ruso, Vladimir Putin, de estar cometiendo un «genocidio» en Ucrania y ante el incremento de las hostilidades ha anunciado que enviará más armamento al país europeo. Mientras que desde el Kremlin amenazan con volver a bombardear Kiev.

A medida que se recrudece la ofensiva en el Donbás, los mandatarios se han vuelto más beligerantes, dinamitando cualquier posibilidad de llegar a un acuerdo de alto el fuego en Ucrania. El propio secretario general de la ONU, António Guterres, ha manifestado que «en estos momentos» no es factible «una tregua humanitaria en toda Ucrania». Putin, también ha enfriado las negociaciones de paz, culpando al Gobierno de Kiev de tomar decisiones «incoherentes» y haberse «alejado de los acuerdos alcanzados en Estambul».

La tensión es cada vez mayor y cualquier error de cálculo puede provocar que el conflicto escale más allá de las fronteras ucranianas. Rusia ha informado de que están presenciando «intentos de sabotaje y ataques de las tropas ucranianas contra instalaciones» en su territorio, y por ello, el Ministerio de Defensa ruso ha advertido de que «si estos incidentes continúan», el Ejército «atacará los centros de toma de decisiones, incluso en Kiev».

A comienzos de este mes, Rusia acusó a Ucrania de haber bombardeado un depósito de petróleo en la localidad de Bélgorod, en el oeste de Rusia, lo que supondría el primer ataque ucraniano en suelo ruso. Sin embargo, las autoridades ucranianas nunca afirmaron ni desmintieron esta información. La llamada «operación militar especial» se centra ahora en el este y sur del país, donde se espera que sea una guerra de guerrillas que se dilate en el tiempo. Una batalla que realmente nunca ha terminado y que sigue ocho años después, desde que empezaran las revueltas en 2014.

En Mariúpol es solo cuestión de días o incluso horas que el Ejército ruso se haga con el control de este enclave estratégico. Las tropas rusas han conseguido limitar los combates a la zona industrial de la ciudad. Asimismo, los separatistas prorrusos ya dan casi por controlada la región de Lugansk. El jefe de los separatistas de esta zona, Leonid Pasechnik, ha afirmado que «entre el 80 y el 90%» de la localidad está bajo su dominio. Además, ha anunciado que enviarán refuerzos a sus «hermanos de Donetsk» una vez se hagan con el control total de Lugansk.

A pesar de los avances rusos en el este del país, las tropas ucranianas continúan infligiendo grandes daños a las tropas rusas, más de lo que el propio Kremlin quiere admitir. En la madrugada del jueves, Ucrania ha asegurado que ha alcanzado un buque insignia ruso en el mar Negro. «El crucero misilístico 'Moskva' ha sido alcanzado por misiles Neptune», han revelado las autoridades ucranianas. Mientras que la agencia oficial de noticias rusa, Tass, se ha hecho eco de un «incendio». «Como resultado de un incendio en el crucero de misiles 'Moskva', la munición detonó. El barco sufrió graves daños. La tripulación ha sido evacuada en su totalidad», explica Tass, que añade que «se están investigando las causas».

Estados Unidos enviará más armamento

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha autorizado un nuevo paquete adicional de asistencia militar por 800 millones de dólares a Ucrania, cuando todavía el Departamento de Defensa norteamericano «sigue entregando equipos del último paquete», según ha señalado el portavoz del Pentágono, John Kirby.

Según Kirby, el conjunto de equipos que se enviarán a Ucrania incluye: cañones Howitzers de 155 milímetros con 40.000 municiones, además de diez sistemas de contraartillería AN/TPQ-36 y radares de vigilancia aérea AN/MPQ-64 Sentinel. A lo que hay que sumar 100 vehículos acorazados Humvee, 200 carros blindados para el transporte de soldados y 11 helicópteros Mi-17.

El portavoz de Defensa ha señalado que para usar parte del nuevo material, los soldados ucranianos necesitarán entrenamiento. «Hasta ahora, gran parte de lo que se ha transferido a los ucranianos han sido sistemas con los que ya están familiarizados», ha explicado Kirby, que ha adelantado que lo más seguro es que formen a «un pequeño número de fuerzas ucranianas», eso sí fuera, del país. Una vez entrenados volverán a Ucrania para instruir a otros soldados en el manejo de las nuevas armas.